21/Sep/03 Un argentino halló los restos fósiles de un roedor gigante Fue en Venezuela. Era parecido al Conejillo de Indias actual, pero enorme. Pesaba unos 700 kilos y medía 3 metros de largo y 1,30 de alto. Vivió hace unos 8 millones de años. Lo bautizaron "Goya". ![]() (Clarín) La categoría peso pesado de los roedores ya tiene un nuevo dueño. Se trata del Phoberomys pattersoni, un roedor gigante que habitaba hace unos 8 millones de años en la orilla de un antiguo río de Venezuela y cuyos fósiles fueron hallados por un investigador argentino y uno venezolano. Su tamaño era similar al de un búfalo: pesaba unos 700 kilos 10 veces más que la capibara, el más grande de los roedores actuales y medía 3 metros de largo y 1,3 de alto. De la existencia de este animal ya se sabía: en 1980 se habían encontrado, en esa misma zona de Venezuela, algunos dientes que revelaban la existencia de un súper ratón. La novedad es que hasta ahora jamás se habían hallado huesos de este roedor. "Imagínense un Conejillo de Indias de aspecto extraño, pero enorme y con una larga cola para poder mantener el equilibrio entre sus patas traseras y dientes en constante crecimiento", dijo el científico argentino Marcelo Sánchez Villagra. Y agregó: "Era semiacuático, como el carpincho, y probablemente buscaba alimento a lo largo de una ribera". Los restos del animal bautizado "Goya" fueron hallados en el pueblo de Urumaco, a unos 400 kilómetros de Caracas. En esa zona, según creen los científicos, antiguamente había un río que corría paralelo a la Cordillera de los Andes y desembocaba en las aguas del Caribe. El descubrimiento fue hecho por Sánchez Villagra y el científico venezolano Orangel Aguilera. Después, la bióloga argentina Inés Horovitz se sumó al estudio de los fósiles. "Mi tarea fue estudiar qué características en común existían entre este roedor gigante y algunos animales vivientes para establecer cómo habían evolucionado estos últimos", contó ayer Horovitz a Clarín, desde Estados Unidos. Sánchez Villagra se fue de Argentina con su familia a principios de la década del 80, cuando tenía 11 años. Allí, en 1992, se graduó en Biología. Seis años después hizo un doctorado en la Universidad de Duke de los Estados Unidos. Y ahora trabaja en la Universidad de Tubingia, en Alemania. Inés Horovitz, de 37 años, hizo el secundario en el Nacional Buenos Aires y se graduó de licenciada en Biología en la UBA en 1991. Poco después se fue a Estados Unidos, donde hizo su doctorado. Ahora vive en Los Angeles y es profesora adjunta en el Departamento de Biología Organísmica, Ecología y Evolución de la Universidad de California. "Sánchez Villagra me invitó a participar de este estudio porque sabía de mi experiencia en esqueletos de roedores. Nos conocimos cuando hacíamos el doctorado en Estados Unidos", dijo Horovitz. El fósil de Goya fue encontrado completo en un 90 por ciento entre capas sedimentarias de carbón y unas rocas de color café. Descubrieron los restos a mediados de mayo de 2000, pero recién ahora lograron clasificarlo. Primero habían supuesto que pertenecía a la misma familia de roedores como las chinchillas o vizcachas. Estudios posteriores, sin embargo, determinaron que se trataba de un antepasado prehistórico del pacarana, un roedor que habita en Venezuela, Colombia y Bolivia y es un pariente cercano del Conejillo de Indias. Del estudio de los huesos surge que las patas y muslos traseros del Phoberomys pattersoni eran mucho más grandes y fuertes que sus extremidades delanteras. Por sus largos dientes se llegó a la conclusión de que tenía una dieta abrasiva, probablemente consistente en hierbas de aguas ricas en sal. El descubrimiento y todas sus conclusiones aparecerán en la edición de hoy de la prestigiosa revista estadounidense Science. Las únicas tres personas que firman el estudio que publicará la revista son Sánchez Villagra, Horovitz y Aguilera. Horovitz aclaró a Clarín que no se hallaron evidencias de qué causó la extinción de estos roedores. Pero dijo que pudo afectarle el cambio climático esa zona de Venezuela ahora es más seca, algún virus o el surgimiento de un nuevo depredador. |