Entrevista con Pablo Capanna

Axxón: Tus primeras aproximaciones a la lectura de CF y el despertar de tu interés por ella ¿estuvieron relacionados directamente con la revista Más Allá?

Pablo Capanna: Cuando salió Más Allá yo estaba en sexto grado. Leía historietas de aventuras, pero mi favorito era Flash Gordon. También las de Oesterheld: Misterix, que ya había conocido en Italia y Bull Rockett, un nombre inspirado en Buck Rogers. Además estudiaba dibujo de historietas por correo con el método de Alex Raymond, el dibujante de Flash Gordon. De todos modos, los primeros libros con los que había aprendido a leer eran Los viajes de Gulliver y La isla misteriosa de Julio Verne.

Poco antes de que saliera Más Allá, la editorial Abril había publicado algunos cuentos de CF en Cinemisterio, una revista con fotonovelas de aventuras. Para mí fue toda una novedad enterarme de que había ciencia ficción "literaria" fuera de la historieta. Cuando me trajeron Más Allá recuerdo que estaba en cama con fiebre, pero la leí en un solo día.

Después, me acompañó durante toda la secundaria, pero no logré contagiar el entusiasmo a mis amigos. En la revista apareció un aviso de alguien que había fundado el Club de Amigos de Más Allá (CAMA). Era el proto-fan, y vivía en Ramos Mejía, a pocas cuadras de mi casa. Me fui hasta ahí, pero no me animé a tocar el timbre, pensando que sería algún físico nuclear, pero seguramente era otro mocoso como yo.

AX: ¿Creés que hubo una evolución de la CF desde un género menor, escrito para jóvenes o por lo menos con la única intención de entretener y sorprender en sus primeras épocas, a un tratamiento más profundo, más "literario" por los autores actuales?

PC: Nadie puede negar que el género ha tenido una larga evolución a lo largo de un siglo o más y que los escritores han ido levantando sus recursos literarios. Pero aquello que proponíamos gente como yo hace treinta años, era destruir los prejuicios que segregaban a la cf; la propuesta es que para esta fecha los libros de cf fueran criticados como cualquier otro tipo de narrativa, respetando sus peculiaridades y que un Premio Nobel de Literatura pudiera escribir cf alguna vez o utilizar sus recursos en otro contexto.

Nada de eso ha ocurrido. La cf ha sido tolerada, con la condición de que se mantuviera dentro de los límites del gueto donde se la ha encerrado, y es estudiada como "género" subliterario. Ya no es el gueto de los electricistas de barrio, es el gueto de la industria editorial, que la condena a gastar cantidades innecesarias de papel.

AX: ¿Qué temas te impresionan e interesan más?

PC: Me resulta difícil especificar algún tema en especial. En general, prefiero la variante "cosmológica" como en Stapledon o en la ucronía, pero cualquiera de los temas de la cf puede dar pie a una gran obra o a un mamotreto insoportable, tal como ocurre con cualquier otro tema.

AX: ¿Qué temas te gustaría encontrar en la CF que se escribe ahora?

PC: La cf de hoy parece sentirse hostigada por los avances tecnológicos. Daría la impresión de que cualquier idea original ya es obsoleta cuando se escribe y publica. Además, los propios científicos tratan con gran seriedad temas como la teleportación o el hiperespacio, que asimilaron en la cf de su juventud , y cuesta plantearles nuevos desafíos.

Me gustaría que la cf hiciera algún aporte original acerca de cómo resolver los problemas del Nuevo Desorden Mundial y de la exclusión, en otras palabras: "¿cómo sigue esto?". Pero si a ningún economista se le ocurre una propuesta inteligente, por utópica que sea, para combatir la desocupación, a los escritores de cf no se les puede pedir mucho más.

AX: ¿Cuál sería la diferencia —o qué causaría la diferencia— entre los autores norteamericanos de CF y los del resto del mundo?

 PC: Básicamente, el acceso a la información científica de primera mano, y la experiencia de vivir en una sociedad que ha sido la primera en recibir el impacto de la alta tecnología, lo cual da un cierto entrenamiento y una cierta plasticidad.

Pero por otro lado, la incapacidad, propia de todos los centros imperiales de la historia, para entender qué ocurre lejos del centro del poder, o cómo piensan los que viven en la periferia.

AX: ¿Aparte de los autores que ya te he visto analizar, como Dick, Ballard y Smith, qué autores de CF te impresionan o te impresionaron?

PC: Cuando era muy joven, tuve una debilidad por Lovecraft, que como era de temer, cayó en manos de los ocultistas, de donde por otra parte venía. Casi enseguida, le perdí el interés. Por supuesto, disfruté con Bradbury, Sturgeon, Ursula K. Le Guin y Kurt Vonnegut. De los menos exitosos, rescato a Clifford Simak y Walter Miller. El último autor que logró "atraparme", hace bastante tiempo ya, fue Christopher Priest.

AX: ¿Han producido algún cambio (impacto, influencia) en la sociedad todos estos años de producción y lectura de literatura de CF?

PC: Recién dentro de un tiempo, cuando se tome distancia frente a la historia del siglo XX, se entenderá que la cf ha sido responsable de todas las fantasías del imaginario tecnológico: contribuyó a evitar la guerra nuclear, puso al espacio como frontera, nos dio a los robots y la radioastronomía, los robots, el SETI y todo lo demás. Incluso muchas ideas científicas nacieron en la cf.

AX: ¿Creés en la posibilidad de existencia de civilizaciones extraterrestres con mayor o igual desarrollo que la nuestra?

PC: Desde el punto de vista de las probabilidades, parecería necesario que hubiera no una sino muchas civilizaciones. Sin embargo, el fracaso que ha sido el SETI hasta ahora, y las nuevas perspectivas planteadas por el principio antrópico parecen alentar la duda.

AX: ¿Creés que llegaremos a tomar contacto alguna vez?

PC: Cuando era chico y leía Más Allá soñaba con eso y también con los ovnis, que acababan de aparecer. Pero después de muchos años de esperar el contacto sin éxito, de ver como los ovnis se convertían en una seudorreligión y de entender la poca posibilidad de que haya vida en nuestro sistema, fui perdiendo el interés. De todos modos, si se produjera el contacto, sería el hecho más importante en toda la vida de la especie.

AX: Teniendo en cuenta que tu formación y capacidad para expresar ideas parecen ser las ideales para un escritor, ¿por qué razón no continuaste escribiendo ficción?

PC: La capacidad de escribir "teoría" como se dice ahora (o "ensayo" como dicen los editores) es bastante distinta a la de narrar. Hay narradores natos y talentosos que decepcionan cuando uno los conoce decepcionan, por sólo son brillantes para escribir, pero opacos para pensar. Viceversa, hay profundos pensadores que resultan aburridísimos, porque no saben escribir claro.

El talento para narrar no depende de la cultura, la educación o la capacidad discursiva. Es algo como el talento para la música o para la pintura. En mi caso, después de algún intento juvenil a la edad en que todos son poetas, desistí porque descubrí que eso no era lo mío. La poca capacidad de persuasión que tenía preferí ponerla al servicio de las ideas; también me propuse hacer alguna docencia, para ayudar a otros a disfrutar el talento de los escritores que admiraba.

AX: El contacto cotidiano de hoy con varios de los elementos que fueron tema de especulación en otras épocas, ¿es mejor o peor para los escritores de CF? ¿Qué temas ha dejado para la especulación y capacidad de producir sorpresa en la CF?

PC: En el siglo XIX pasaban 50 años entre un descubrimiento científico y sus aplicaciones prácticas. Hoy, ese plazo va de tres a cuatro años, de manera que no hay tiempo de pensar. Creo que el impacto ha sido enorme, y en general me parece que inhibe la fantasía. El margen que queda abierto es el de siempre; la cf no trata de ciencia o tecnología, sino del impacto que tienen los cambios del contexto tecnocientífico sobre la vida de la gente.

AX: Te satisface lo que leés hoy de la nueva producción de CF?

PC: Lamentablemente, ya en la época de El Péndulo había dejado de leer sistemáticamente cf, y sólo de vez en cuanto leo algo que me recomiendan o simplemente lo que cae en mis manos. Me parece que la peor plaga de la cf fue su éxito económico. Fue el precio de su marginación: hacia los años 50 se dejaron de escribir cuentos porque las novelas rendían más, en los ochenta se descubrió el negocio de las trilogías, y ahora cualquiera se dedica a inventar un mundo tras saquear las ideas de los pocos que fueron capaces de hacerlo, y espera confiado las ventas.

AX: ¿Qué es lo mejor y qué es lo peor de la literatura de CF? —No me refiero a obras en particular, sino a la CF en sí misma.

 PC: Lo mejor, si encuentra un lector dispuesto, es provocar esa mentada actitud de asombro, que permite por un instante pensar que lo cotidiano o evidente puede no ser necesariamente así.

Lo peor: nos tienta a hacernos miembros de un grupo de contención donde todos hablan de lo mismo y la realidad no entra. Además, siempre está el peligro de creer en todo lo que dice, olvidándose de que es literatura.

AX: ¿Cómo ves la CF en Argentina y en los países hispanoparlantes?

PC: De hecho, con la desindustrialización, el auge de las finanzas, el abandono de la ideología desarrollista, y el desaliento a la investigación, la ciencia y la tecnología han pasado a ser juguetes, como se ve en los diarios. En este contexto, una cf dura no parece ser una perspectiva probable. Pero siempre se puede expresar la visión del "otro lado", imaginando por ejemplo las formas de la fragmentación en un mundo dividido en countries y villas, los conflictos que vienen y el rol que jugará en ellos la tecnología.

(c) Eduardo J. Carletti, Axxón, 22 de Agosto de 2000

 

 

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