Un sensor español que mide la contaminación urbana gana Premio "Ciudades Inteligentes"

Un sensor ciudadano llamado Smart Citizen, hecho en Barcelona, fue distinguido con el premio World Smart Cities. El novedoso dispositivo electrónico, concebido en el Fab Lab del Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC) en Poble Nou, fue seleccionado entre más de 200 proyectos a nivel mundial por su contribución al concepto de ciudad inteligente

El kit de Smart Citizen permite a cualquier ciudadano medir los niveles de contaminación y de ruido en su entorno y compartir la información en tiempo real en la red. El proyecto fue desarrollado a partir de una placa electrónica de hardware abierto Arduino y fue financiado a través de Goteo, la red de financiación colectiva y colaboración distribuida.

“El camino hacia la ciudad inteligente es el empoderamiento del ciudadano”, asegura Tomás Díez, director del Fab Lab de Barcelona, el centro de educación, investigación, diseño y producción que se ha convertido en referente mundial de la fabricación digital, avanzando hacia la idea de la Fab City.

“Imaginemos una ciudad en la que cualquiera pueda medir no sólo la humedad y la temperatura, sino la contaminación ambiental y acústica desde su propio balcón”, advierte Díez. “Imaginemos que esa información se pudiera subir y compartir en el acto en las redes sociales”.

“Pues bien, esa posibilidad está ya ahí con un dispositivo como el Smart Citizen, que ha sido creado de una manera colaborativa y que de alguna manera se mantiene fiel a su espíritu”, agrega el director del Fab Lab. “La idea es tener herramientas que te permitan tener información de primera mano, y contribuir de paso a la transformación de la ciudad en un lugar más vivible y respetuoso con el medio ambiente”.

El Smart Citizen, desarrollado en colaboración con Acrobotic Industries en California, el Hangar INteraction Lab y el IAAC, simboliza de alguna manera el futuro que ya está aquí, como se ha podido ver estos días en la feria Smart Cities. Allí estuvo por cierto otro invento autóctono, la Urbike diseñada por el catalán Eduard Sentís en su taller-garaje de Rubí. La Urbike es una bicicleta robusta e industrial, con ruedas macizas y sin cadena, que se ha convertido en la base de la primera bicicleta pública “inteligente” en Dinamarca.

Bicis públicas que nos ayudan a elegir el mejor camino, dispositivos que informan sobre las plazas libres de aparcamiento en plena calle, semáforos con luces Leds que envían señales a los móviles de los invidentes, farolas que autorregulan su intensidad en función del trasiego de peatones, contenedores que avisan cuando están llenos o al menor conato de incendio…

El horizonte de la smart city, volcada hasta ahora en el terreno de la movilidad urbana y la eficiencia energética, entra ahora una nueva dimensión con la llegada del smart citizen. “No podemos seguir teniendo ciudadanos pasivos en una ciudad inteligente”, concluye Tomás Díez, el director del Fab Lab barcelonés, que se presagia el advenimiento del fab citizen.

Barcelona acogerá precisamente el próximo año el décimo encuentro internacional de Fab Labs, una nueva vuelta de tuerca hacia el futuro colaborativo y productivo que ya está aquí.

Fuente: El Mundo. Aportado por Eduardo J. Carletti



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