22/Dic/03

Guerra contra insectos en México

TEMAS: Biología, Zoología, Entomología, Insectos, Orthoptera, Ortópteros, Langostas, Saltamontes, Plaga

Dos colonias en el norte de Mérida, México, sufrieron la invasión de una manga de langostas. Se trata de un sector de los fraccionamientos San Carlos y Cámara de Comercio, en el norte de la ciudad. Allí vivieron días con angustia y disgusto ante el ataque de las nubes de langostas, dañinas no sólo para los jardines sino también para sus propiedades. Los habitantes de las casas afectadas no han obtenido respuesta de las autoridades, según informaron, el sábado, ya que no hubo resultados luego de sus llamadas a la Sagarpa, el Ayuntamiento y la Secretaría de Salud.

La desatención oficial llevó a los vecinos a tener que enfrentarse en una lucha sin cuartel contra estos insectos. Utilizaron desde simple agua hasta una mezcla con detergente, además de ramas y raquetas de tenis. Los transeúntes y automovilistas debieron luchar y protegerse contra los insectos voladores, que causaban leves pero desagradables lesiones con sus patas cubiertas de espinas.

Los automovilistas que transitaban sobre la avenida principal de ese sector subían sus ventanillas para evitar que invadieran sus vehículos y los motociclistas se cubrían el rostro con el consiguiente riesgo de sufrir algún accidente, ya que sólo maniobraban con una mano y perdían momentáneamente la visibilidad.

"No puedo salir, me dan miedo", dijo con angustia Maricela Rosado Valdés, cuyo predio número 299-A de la calle 18 entre 11 y 9 de Residencial Cámara de Comercio fue atacado en dos ocasiones por las langostas. Su casa muestra los signos de la invasión de los miles de insectos: las paredes y ventanas quedaron manchadas. Su esposo tuvo que gastar en una bomba aspersora para convertirse en un improvisado "cazalangostas".

Según la señora Rosado Valdés, los insectos llegaron hace dos días (esto era el sábado) y eran tantos que "parecía una invasión". Destruyeron plantas de los jardines, dejaron sin hojas pequeños árboles y mancharon la pintura exterior de varios predios. Luego de su ataque urbano, los insectos retornaron a su hábitat natural: los montes de la ex estación radiomonitora de la SCT.