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19/Jul/04

Insectos plaga: el apocalipsis de las hormigas locas amarillas en Australia

TEMAS: Biología, Zoología, Entomología, Insectos, Anoplolepis gracilipes, Hymenoptera, Formicidae, Euploea alcathoe enastri, Lepidoptera, Danaidae

Ha comenzado el trabajo para liberar el territorio norteño de Australia de una de las plagas más terribles del mundo. Se envenenará a mil millones de hormigas locas amarillas en un intento de detener el avance de estos insectos, que van dejando atrás una huella de devastación.

Las hormigas locas amarillas (Anoplolepis gracilipes, Hymenoptera: Formicidae), llamadas así debido a sus movimientos caóticos, son una de las especies más invasoras del mundo. Estas hormigas han perdido la capacidad de formar reinas que vuelen lejos de la colonia para crear nuevas comunidades en otros lugares. En cambio, su número aumenta hasta que forman densas supercolonias, con hasta 1.000 hormigas por kilómetro cuadrado de arbustos.

Las hormigas fueron vistas por primera vez en el norte de Australia en 1990, pero su número ha estado creciendo rápidamente en los últimos años. En la tierra de Arnhem en Australia del norte, los insectos han infestado un territorio de 25.000 kilómetros cuadrados, haciéndose una fiesta con la vegetación local y matando o dejando fuera de competencia a las poblaciones de invertebrados residentes del lugar.

"A menos que se haga algo, esto podría causar la muerte de todo el ecosistema", dijo el ecólogo Ben Hoffmann de la Organización Australiana de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth (Commonwealth Scientific and Industrial Research Organisation, CSIRO), que encabeza la campaña de extirpación.

Las hormigas terrestres locales de Arnhem ya están en declinación, dijo Hoffmann. "Las hormigas locas las atrapan y las rasgan en pedacitos", explicó. La mariposa Euploea alcathoe enastri (Lepidoptera: Danaidae), que se pensaba que existía en cuatro sitios en la región, es otra desaparecida. Las hormigas locas invadieron una de esas regiones hace varios años, y desde entonces la mariposa parece haber sido extinguida localmente.

Las hormigas rocían ácido fórmico en los ojos de sus víctimas, cegándolas y haciéndolas morir de hambre. Como las actividades de las hormigas cambian la flora y fauna locales, animales más grandes, como los wallabies y possums (una especie de comadreja) podrían tener problemas para sobrevivir. El efecto se podría extender a los seres humanos. Las hormigas y los aborígenes comparten algunos recursos, tales como las bayas, dijo Hoffmann. La gente local podría ver disminuidas sus reservas de alimento.

"Esta pequeña hormiga destruirá nuestra cultura, nuestra tierra, nuestra vida, así que debemos matarla ahora", dijo Djawa Yunupingu, guardabosques senior en la tierra de Arnhem.

"Es increíblemente importante que se intente controlar las hormigas", dice Dave Clarke, encargado principal de la colección de invertebrados del zoológico de Londres. La gente subestima a menudo el impacto de una especie invasora en los ecosistemas nativos, pero puede resultar una amenaza tan grande como la pérdida del habitat, dijo.

Los investigadores planean combatir las hormigas dejando caer sobre las colonias desde helicópteros unos gránulos de veneno diseñado especialmente. Las pelotillas, llamadas Presto, contienen un producto de harina de pescado que las hormigas adoran, pero que otros animales detestan.

El equipo de Hoffmann ha comenzado ya a trazar los límites de las colonias de esta hormiga, y apunta a esparcir las pelotillas a través de tres cuartas partes del área afectada en un año. El grupo espera haber suprimido completamente a las hormigas de la región en un año más.

El veneno ya ha rendido resultados esperanzadores en la isla Christmas de Australia, donde desde 1989 las hormigas destruyeron una población de hasta 20 millones de cangrejos de tierra rojos (Gecarcoidea natalis), produciendo una declinación del 30% en la población de este cangrejo. El ataque con veneno dejó a la población de la hormiga loca bajo control, sin que haya afectado a otros animales, dijo Hoffmann.

Se piensa que las hormigas locas amarillas deben ser originarias de África y que pudieron llegar a Asia y el Indopacífico ocultas en los materiales de embalaje y cajones. Los investigadores sospechan que el primer lugar al que llegaron fue la tierra de Arnhem, durante la segunda guerra mundial, cuando los barcos norteamericanos hacían viajes frecuentes entre Australia y las islas del Pacífico sur, con importantes poblaciones de hormigas.

Más información:
Crazy ants to meet their doom

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