La vía láctea y una roca viajera en el Valle de la Muerte
En 1849, un grupo de 30 aventureros estadounidenses intentaron cruzar un valle desértico en busca de un camino más corto hacia los ricos yacimientos auríferos californianos.
Uno de los 18 supervivientes, llamó a aquel infierno el Valle de la Muerte, y desde entonces ese es el nombre por el que se conoce a esta basta extensión salina, situada por debajo del nivel del mar, y totalmente carente de vegetación. Pocos se adentran allí, salvo tal vez las misteriosas piedras viajeras, pero precisamente por esa ausencia de interés para los humanos, el valle es un lugar perfecto para huir de la contaminación lumínica y observar el cielo.
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La foto que ilustra este post haced clic sobre ella para verla en alta resolución es obra de Dan Duriscoe (científico y astrónomo amateur que trabaja en el Parque Nacional del Valle de la Muerte), y es un ejemplo perfecto de la “transparencia” de los cielos nocturnos que se divisan desde este páramo. En ella, la Vía Láctea se muestra en todo su esplendor, e incluso aparece una de las antes citadas piedras viajeras. La imagen es tan espectacular que fue seleccionada por la NASA para su popular sección imagen astronómica del día el pasado 8 de mayo de 2007.
Fuente: Astroseti
Autor: Miguel Artime
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