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23/abr/02




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Investigadores de la Universidad de Cambridge entrevistaron a más de cien chicos de dos escuelas primarias. A cada uno de ellos le pidieron que identificara diez especies de fauna y, luego, diez clases de Pokémon. Y los pequeños reconocieron antes, mejor y sin dudar a Pikachu, Metapod, Muk y Wigglytuff que a los ratones, nutrias, escarabajos, sauces, robles y abetos que les mostraron los investigadores. "No me sorprende", dijo uno de los especialistas a cargo del estudio..

A los chicos ingleses, Pikachu les resulta más familiar que cualquier animal silvestre

(Clarín) La "Pokemanía" ya lleva un tiempo entre nosotros. La serie, los juegos y todo lo que lleva el sello dorado de Pokémon es, casi de antemano, un éxito. Las cifras son contundentes: con más de 17 mil millones de dólares recaudados en concepto de franquicias y habiendo facturado cerca de 400 millones extras por sus películas, los extraños y coloridos dibujitos animados impactaron con tanta fuerza entre los chicos que la Universidad de Cambridge, Inglaterra, quiso medir su influencia. Y descubrió que, para los chicos ingleses, los personajes de Pokémon son más familiares que los animales y las plantas originarias de Gran Bretaña.

Aunque parezca increíble, los científicos descubrieron que la mayoría de los 109 chicos de entre 4 y 11 años entrevistados reconocieron más fácilmente a las criaturas de Pokémon que a algunos seres vivos. El estudio, que fue publicado por la revista estadounidense "Science" en su servicio para abonados, partió de una suposición ("Los niños saben muy poco sobre vida silvestre") y concluyó que los pequeños fanáticos, todos alumnos de dos escuelas de Cambridgeshire, reconocen antes y mejor a Pikachu, Metapod, Muk y Wigglytuff que a los ratones, nutrias, escarabajos y robles de las zonas rurales de la isla.

Uno de los responsables del estudio, el doctor Tim Coulson, del Departamento de Zoología de la Universidad de Cambridge, Inglaterra, dijo a Clarín.com que está "más decepcionado que sorprendido" por los resultados. Según el informe final de los investigadores, los chicos de 4 años acertaron el 32% de las respuestas sobre fauna, mientras que los de 8 años respondieron correctamente el 53% de las veces. Lo sorprendente es que la misma selección de chicos identificó sin error a los personajes de Pokémon en el 78% de los casos.

Sin embargo, Coulson sostiene que "el estudio no permite especificar si el conocimiento que tienen los niños sobre la naturaleza es igual o peor que en el pasado. "Hace 20 años, cuando iba a la escuela, estaba fascinado por las plantas y los animales, pero eso no es parámetro de nada —dice el científico que cree que los chicos reconocen más a los bichos de Pokémon que a muchos animales por dos razones—: Por un lado, no se les enseña demasiado sobre vida silvestre en el colegio; y por otro, es muy probable que muchos padres, especialmente en las ciudades, tampoco sepan mucho al respecto".

El doctor Andrew Balmford, que también participó del estudio, dijo que, "durante la primaria, los niños aprenden mucho más sobre Pókemon que sobre su fauna nativa. De hecho, al ingresar el secundario sólo son capaces de nombrar a menos del 50% de las especies". Pero no todo es desaliento. Gracias a la investigación, Coulson dice estar en condiciones de afirmar que, así como pueden aprender sobre criaturas Pokémon, los chicos también pueden aprender sobre las particularidades de la flora y la fauna. "Los biólogos no deben perder esta oportunidad. Si quieren introducir a los niños al tema deben elaborar propuestas más entretenidas".

Lejos quedaron los tiempos en que, con disimulado desprecio, se definía a los personajes de Walt Disney como "antropomorfos", acusando al viejo Walt de "desvirtuar gatos y perros con sentimientos y comportamientos humanos". Los japoneses aprendieron la lección: los Pokémon viven en un mundo alienado en la que las palabras, la imaginería, los paisajes, los deseos y las esperanzas dependen de normas incomprensibles y códigos hiperespecializados. Un mundo nuevo y cerrado. Un universo del que a los chicos les cuesta salir y al que los adultos no consiguen entrar. Un nuevo planeta en el que no hay lugar para Heidi ni Frutillitas y en el que el Pato Lucas y el Coyote desafinan por ingenuos.