26/ago/02
Increíblemente, una obra de
Eurípides se reestrenó en Grecia después de más de 2.400 años. El
manuscrito se había perdido. Una copia fue hallada en lo que fue un basural,
cerca de El Cairo.
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El drama que faltaba: Hipsipila,
de Eurípides
(Clarín) Mañana (por el lunes) culmina en Grecia la primera
temporada de funciones de Hipsipila, una obra de Eurípides que estuvo
perdida durante casi dos mil años. Reconstruida a partir de fragmentos hallados
en Egipto entre fines del siglo XIX y principios del siglo XX, la obra se
estrenó con dirección de Spyros Evangelatos en el antiguo teatro de Epidauro,
en ocasión del último Festival Helénico, que tiene como sedes los principales
escenarios griegos.
La historia de cómo llegó a nosotros Hispsipila es casi tan milagrosa
como la de la protagonista de este drama de inspiración mítica. Según cuenta
la leyenda, Hipsipila fue reina en Lemnos y esclava en Esparta, amante de Jasón
y nodriza del hijo del célebre rey Licurgo. Involuntaria responsable de la
muerte del heredero de Licurgo, Hipsipila fue salvada de una segura ejecución
por sus propios hijos.
Hoy se sabe que Hispipila, la obra, se estrenó en Grecia en el año 408
antes de Cristo, y que fue escrita en el 406, poco antes de la muerte de
Eurípides el último de los grandes trágicos de la época clásica; autor de
Medea, Ifigenia en Aulide, Electra y Las troyanas, entre otras. Pero, como
ocurrió con una inmensa porción de la literatura griega antigua, el rastro de Hipsipila
se perdió en los primeros siglos de la era cristiana.
Las excavaciones llevadas a cabo desde 1896 por dos estudiosos de Oxford,
Bernard Grenfell y Arthur Hunt, en lo que fue un antiguo basural de la
desaparecida ciudad de Oxyrhynchus a 160 km al sudoeste de El Cairo
permitieron hallar cerca de cien mil valiosísimos papiros. Entre ellos había
transcripciones de Homero, Píndaro, Safo y, para la sorpresa de los helenistas
de todo el mundo, casi un tercio de los versos completos de la obra perdida de
Eurípides. Se calcula que esos versos fueron copiados alrededor del año 200
después de Cristo en el papiro que actualmente se encuentra en la Biblioteca
Bodleiana de Oxford y que en 1908 fueron publicados en su versión fragmentaria.
"En esos antiguos depósitos de basura como el que se halló en Egipto uno
suele encontrar una página desprendida, en mal estado, comida por las
polillas... Pero este manuscrito es excepcional", dijo Peter Parsons,
titular de griego y director del proyecto de los papiros de Oxyrhynchus de la
Universidad de Oxford.
El comienzo está intacto en el manuscrito: la primera palabra que pronuncia la
protagonista es el nombre de Dioniso que, según el mito, fue el abuelo de
Hipsipila. La heroína, interpretada en este reestreno por la estrella del
teatro griego Leda Tassopoulou, invoca al dios y luego relata su desventura al
niño muerto que lleva en sus brazos. Ella era la hija del rey de Lemnos cuando
las mujeres de la isla que renegaban de los ritos de Afrodita tomaron la
furibunda decisión de asesinar a todos los hombres. Entonces Hipsipila
escondió a su progenitor en la isla de Quíos.
Ya en el trono de Lemnos, Hipsipila hospedó en su tierra a los Argonautas y
compartió el lecho con Jasón. De esa relación nacieron mellizos varones que,
como el resto de los varones de Lemnos, debían morir. Y al intentar ella
salvarlos, el secreto de Quíos fue descubierto. Desterrada y vendida como
esclava, Hipsipila fue a servir a la corte de Licurgo, donde pasó a ocuparse
del único hijo del rey, Ofelces.
Un día, mientras cuida de Ofelces, Hipsipila se encuentra con los ejércitos de
los siete generales que van, desfallecientes por la sed, en marcha contra Tebas.
Mientras ella les enseña dónde encontrar una fuente de agua, una serpiente
mata accidentalmente al pequeño Ofelces. Acusada luego por Licurgo, quien la
considera culpable de la muerte de su hijo, Hipsipila es rescatada por Euneo y
Thonates, sus propios mellizos, quienes formaban parte de uno de los sedientos
ejércitos griegos.
"Se trata de un atípico estreno mundial de un atípico trabajo que se
presenta atípicamente", dijo Evangelatos, quien estuvo en la Argentina en
1993 dirigiendo a la compañía Amphi Theatre en una versión de Electra.
El imaginó a Hipsipila entre las ruinas de un imaginario palacio
espartano "para evocar la naturaleza fragmentaria de la obra".
Tassos Roussos, traductor al griego moderno de casi todas las tragedias de
Eurípides, reconstruyó el texto para esta flamante puesta en escena:
"Corrí el riesgo de llenar las lagunas del texto dijo Roussos a la
agencia AP tratando de seguir el espíritu de Eurípides."
Las palabras siempre conmocionantes de Eurípides merecían el escenario del
Epidauro, joya sobreviviente de la arquitectura griega del siglo IV a.C. Desde
hace quizá dos mil años que la increíble historia de Hipsipila no resonaba
entre esas piedras.