8/Nov/03
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Los huesos de Drácula no están en su tumba
(Stardust, EFE) Tal y como afirma el historiador Nicolae Serbanescu en su libro Historia del
Monasterio Snagov, en la tumba del príncipe valaco Vlad el Empalador (Vlad Tepes), que vivió en el siglo
XV e inspiró al escritor irlandés Bram Stocker para su novela Drácula, sólo se encontraron huesos de
caballo.
El autor relata que el príncipe, famoso por las guerras contra los turcos y también por su crueldad, murió
asesinado en 1476 a los 45 años y fue enterrado a escondidas por los monjes en la iglesia del monasterio Snagov
(construida en el siglo XIV), localidad en que se construirá el parque turístico Draculalandia.
Poco antes de que Stoker publicara su novela sobre el conde-vampiro, la tumba de Vlad fue profanada en 1875 y
sus huesos fueron enterrados en otro sitio que todavía no ha sido descubierto.
En aquel entonces, el máximo jerarca de la iglesia cristiana ortodoxa, el patriarca Filaret, había ordenado que
fuera borrada la inscripción de la piedra sepulcral de Vlad el Empalador, considerado un criminal.
El príncipe solía aplicar a los ladrones, a otros infractores, a los prisioneros turcos y a sus enemigos políticos el
suplicio del palo, que consistía en impalarlos, es decir, atravesar con un estaca el cuerpo del condenado desde el
coxis a la nuca.
Los historiadores Nicolae Iorga y Dinu Rosetti, que realizaron excavaciones en la tumba de Vlad en 1933,
encontraron sólo huesos de caballo y un anillo con las armas de Valaquia, que se supone perteneció al príncipe,
indica Serbanescu en su libro.