30/Mar/04
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El cerebro humano creció a costa de la mandíbula, según estudio
Un equipo científico reportó el miércoles que una mutación genética ocurrida hace 2,4 millones de años podría ser
la razón por la que los seres humanos modernos tienen el cerebro grande y los maxilares débiles.
(CNN, Reuters) Los científicos descubrieron que la mutación en un gen, codificado como MYH16, ocurrió más
o menos en la misma época en que sus cráneos empezaron a cambiar de forma y a diferenciarse de los de los primates,
lo cual permitió el crecimiento del cerebro.
Sin embargo, a cambio de esto, los seres humanos desarrollaron mandíbulas más pequeñas y menos poderosas.
"Esta coincidencia en tiempo puede indicar que la reducción de la fuerza y de los músculos en los maxilares disminuyó
la tensión sobre el cráneo que, a su vez, eliminó el constreñimiento evolucionario al desarrollo del cerebro", dijo
Nancy Minugh-Purvis, miembro del equipo científico de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania, que
fue el que hizo el descubrimiento.
Todos los seres humanos portan la mutación MYH16, pero otros primates, incluidos los chimpancés y los macacos,
también tienen dicho gen. A través de millones de años, desde que ocurrió la mutación genética, los cráneos humanos
han aumentado tres veces su tamaño original, mientras que los maxilares se han reducido.
Pete Currie, del Instituto de Investigación Cardíaca Victor Chang en Sidney, Australia, cree que el estudio, publicado en
la revista científica Nature, podría constituir la primera diferencia genética funcional entre los seres humanos y los
primates.
"Notablemente, el momento de la aparición de esta alteración genética, o mutación, coincide aproximadamente con la
aparición de las características 'humanoides' en los fósiles de homínidos", escribió Currie en la revista.
Minugh-Purvis, junto con Hansell Stedman y otros expertos de la universidad, armaron el complicado rompecabezas
después de descubrir que el gen aparecía intacto en primates, pero había mutado en seres humanos.
A menudo se vinculan las alteraciones genéticas con algún tipo de enfermedad hereditaria, pero los científicos están
confundidos acerca del tipo de trastorno que podría ser común a todos los seres humanos en el mundo.
Otros estudios revelaron que el MYH16 está vinculado a los músculos que intervienen en la mordida y la masticación, y
que codifica a una proteína en los músculos de las mandíbulas de los primates. Esto llevó a los investigadores a
sospechar que el trastorno común entre los seres humanos es la mordida débil.
Stedman y sus colegas consideran que una mordida más débil pudo haber relajado la tensión sobre el cráneo para que
creciera más y esto concedió mayor espacio al cerebro, por lo que aumentó de tamaño.
"Sólo podemos esperar que este estudio sea la vanguardia de una nueva ola de análisis centrados en la genética de la
evolución humana", concluyó Currie.