8/May/04
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Publicaciones recibidas: Páginas perdidas, de Paul Di
Filippo
Título: Páginas perdidas (1° Ed. Marzo 2004)
Autor: Paul Di Filippo
Título Original: Lost Pages (1999)
Traducción: Eugenia Arrés López
Colección Albemuth Internacional #3
Editorial: Grupo AJEC.
255 páginas
Ciencia ficción
Parpadeos, guiños, fuegos de artificio. Con las aproximaciones a un libro como Páginas perdidas de Paul Di
Filippo ocurre lo mismo que con el análisis de un fenómeno cuántico: el observador influye, ¡y cómo influye!
Estamos ante diez ucronías que, por definición y desde un comienzo reniegan del "gran punto de inflexión" y soslayan la
posibilidad de que Inglaterra se vuelque al catolicismo, que los confederados ganen la Guerra de Secesión o que Hitler
logre invadir los Estados Unidos y se los reparta con Hiroito... ¿Cuáles son los "pequeños puntos de inflexión" que
prefiere Paul Di Filippo? Un par de tíos perspicaces advierten que el peligro no debe ser subestimado y se llevan a Ana
Frank (la célebre niña que escribió un diario hasta el día de su muerte en un sótano de Amsterdam) a Hollywood, donde
con llamativa facilidad se convierte en estrella de cine, reemplaza a Judy Garland en El Mago de Oz, se casa
con Mickey Rooney, tiene un affaire con Vincente Minnelli y una hija a la que llama Liza. No se trata de escribir OTRA
HISTORIA, sino otra historia de Ana Frank. Antoine de Saint-Exupery, el autor de El Principito, más fiel a su
condición de piloto de avión que a ninguna otra, llega a Kenia, donde un grupo de flemáticos y corruptos ingleses,
resistentes a una plaga que acaba de acabar con la población de Europa, tienen serias dudas de abandonar su vida
placentera y dedicarse a repoblar el mundo. Por allí anda un Jimmy Ballard adolescente, aunque no tiene casi ninguna
importancia en la trama. Y mucho más: Robert Heinlen, convertido en presidente de los Estados Unidos, envía a un
grupo de saludables hombres y mujeres a colonizar la Luna... engañados; Franz Kafka es una especie de superhéroe, con
identidad secreta y todo, en la década de 1920. William Barroughs, Jack Kerouac y Neal Cassaddy se drogan con todo
lo que encuentran, pero evitan que el mundo caiga en la era nuclear, para bien o para mal. Algo parecido hace un
viajero del tiempo que llega de 1985 a 1915 y se dedica a asesinar a Einstein y a cuanto físico pudo haber tenido
relación con el Proyecto Manhattan, por lo que tenemos Tercera Guerra Mundial en 1965, pero con armas
convencionales. Los platos fuertes parecen ser un emotivo homenaje a John W. Campbell jr. de parte de un escritor
navajo, un pastiche bastante intragable con Alfred Bester, Ted Sturgeon y Alice Sheldon (con un bastante fugaz cameo
de Ursula K. LeGuin) alcanzando la comprensión y la gestalt unidos en un cuerpo divino... etcétera y un relato
"dickiano" que está muy bien imitado, en el que el gran PKD alternativo es ferretero y se ha casado con Linda Ronstadt,
que no es cantante y pesa más de 100 kilos.
No hay dudas de que Paul Di Filippo es un intelectual astuto, capaz de fabricar un producto irreverente y divertido que
hará las delicias de los lectores habituales del género. Pero hay que aceptar que para que las diez historias alternativas
acerca de un mundo que no fue lleguen a sus respectivos remates ha tenido que forzar muchas piezas y violentar la
naturalidad narrativa, en especial abusando del truco del hecho inverso. También hay que aceptar que el libro se lee de
un tirón y que nunca aburre... si se pueden superar los excesos autoreferenciales.
Dos palabras acerca de la edición. Sin mala leche y con afán de ayudar para que se superen los errores en la próxima.
La de Eugenia Arrés López no es una gran traducción, pero que ella misma sea la correctora de estilo... En la página
132 hay un festival de erratas. Desde una mala conversión de pies a centímetros que nos deja al cuerpo especial de
WACs, una Guardia de Honor Presidencial, la èlite de las èlites, formada por individuos impresionantes y "curvilíneos"
de un metro setenta de estatura (¡yo soy más alto que eso!) hasta descubrir que los personajes que viajan en el avión son
Hank, Elsie y Hank (sic) sólo han transcurrido cinco líneas. Eso sin contar con la desprolijidad de las sangrías, los
guiones mal ubicados y párrafos de diálogo sin indicaciones. Se puede mejorar, hay que poner empeño.
En síntesis y mordiendo la cola: parpadeos, guiños, fuegos de artificio. Alguna gente se divierte aún con menos.
Sergio Gaut vel Hartman para Axxón y Garrafex News.