10/Jun/04
|
Revista Axxón
Axxón en facebook
Lectores de Axxón en facebook
|
|
Tecnología de ciencia ficción para neutralizar la pesadilla ecológica del Prestige
Un vídeo filmado durante los trabajos para sacar el veneno que aún alberga el buque hundido muestra el
espectacular despliegue tecnológico que acabará con la amenaza ecológica.
(La Voz de Galicia) Como una película de Spielberg, pero de verdad. Repsol sorprendió hasta el asombro a
quienes ayer asistieron en la Zona Franca de Vigo a la proyección del video grabado durante la extracción de la primera
lanzadera cargada de combustible del Prestige.
No era para menos. En un escenario que recordaba los viajes submarinos de la imaginación de Julio Verne, un grupo de
máquinas engendradas en Galicia convertía en realidad el final de la pesadilla. A 3.830 metros, tres robots
(los Innovator) abrían bocas, palpando el casco del Prestige como si del suelo de la Luna se tratase. Buscaban y
hallaban los puntos más seguros para perforar un buque lleno de disgustos.
Concluida su misión, regresaban a la superficie, de vuelta al mundo real, dejando su sitio en la oscuridad del fondo del
mar a máquinas más grandes y de apellido más complejo: las "hot tapping".
Para sorpresa del público congregado en la presentación, el artilugio perforaba el casco sin que se escapase ni el más
fino hilo de fuel. La magia de la ciencia permitía que donde había una gruesa capa de acero se abriese un agujero de 70
centímetros. El veneno del Prestige se quedaba dentro, detenido por una válvula de doble cierre creada para encauzar el
fuel.
Y de ahí a la fase más espectacular, ésa en la que el video recuerda a un guión de Hollywood: una bolsa lanzadera del
tamaño de un edificio de ocho plantas bajaba hasta los 3.830 metros de profundidad para quedar suspendida a dos
metros del agujero, del que fluía sin desvíos un espeso chorro de plastilina negra. Tras quince horas, la gigantesca urna
de aluminio made in Galicia subía hasta quedarse a 60 metros de la olas, donde empezaba el último paso, mezcla de
ciencia e ingenio: para que la viscosísima sustancia fluya hasta el barco que la lleva a tierra se rodea al hidrocarburo
de una película de agua que evita que el fuel se pegue a la estrecha tubería.
Y de ahí al fin sólo hay un viaje un barco hasta Galicia, la misma tierra en la que se fabricaron unos ingenios mecánicos
que asombrarían al mismísimo Spielberg.