13/Jul/04
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La ciencia ficción en la Semana Negra
Presente en la Semana Negra de Gijón gracias a 'Los tejedores de cabellos', recién
publicada en España por Bibliópolis, el novelista alemán Andreas Eschbach ostenta el
mérito de haber sido el primer autor de ciencia ficción alemán que se ha traducido en
Francia en los últimos dieciocho años. Allí, al igual que en su país, ha conquistado el
favor de la crítica. Y también suscita pasiones en Italia, Polonia, o la República Checa.
«Realmente no era un riesgo publicarlo en España —afirma su editor, Luis García Prado—,
en su país de origen lo llaman 'el Chrichton alemán'. Me atrevería a decir que en unos
meses su novela puede ser considerada la mejor novela fantástica del año en España».
Para el propio Eschbach, este éxito es un tanto sorprendente. «No sé cómo hablar de mí
mismo en términos de reacción frente a mi novela. Cuando uno escribe solo están el libro
y tú. Quieres contar algo, pero no piensas en cómo va a reaccionar la gente cuando lea
tu novela».
El libro se convierte en una 'fábula política y moral' con la que hace un retrato del
totalitarismo y de la arbitrariedad del poder absoluto, con las sombras de ejemplos
como Hitler o el sistema soviético, que se proyectan sobre los tejedores silenciosos y
adaptados a la brutalidad, incapaces de ver y comprender que su forma de vida carece de
lógica.
Del cuento a la novela
'Los tejedores de cabellos' parte de un cuento que Eschbach publicó en 1986: en un mundo
semidesértico existe una casta de tejedores que elabora alfombras con los cabellos de sus
mujeres e hijas. Solo una alfombra en toda la vida, que una vez concluida es enviada al
palacio del Emperador. Y tras venderla, entrega el producto de la misma a su hijo, quien
continúa la tradición en una labor de carácter casi sagrado. A partir de esta primera
narración, Eschbach creó su novela, donde se analiza la descomposición de los imperios y
de las sociedades que los mantienen. «Lo curioso es que mientras yo escribía esta novela,
el Muro de Berlín estaba cayendo, y el imperio soviético se descomponía. Al final, yo ya
no sabía si escribía mi novela porque el Muro caía, o si el Muro estaba cayendo porque yo
escribía mi libro», manifestó ayer Eschbach en Gijón. Sea como fuere, para Eschbach esta
coincidencia es un refuerzo de su teoría sobre el género de ciencia ficción, que manifiesta
diciendo que «hay un error muy común, que es creer que la ciencia ficción trata del futuro.
En realidad, es un género que trata del presente, de sus riesgos y de sus posibilidades».
Una teoría que apoyaba también el británico John M. Harrison, que tiene en el mercado
español las novelas 'Luz' y 'Viriconium'. La ciencia ficción es un género al que la
corriente anglosajona «plantea respuestas» y al que la europea «aporta las preguntas y,
por lo tanto, crea libros mucho más interesantes para el lector», en palabras de Eschbach.
Final colonial
Harrison explicó cómo cuando él empezó a escribir, a principios de los años setenta,
Inglaterra estaba tomando conciencia de que había dejado de ser un Imperio. «El Reino
Unido descubrió que ya no era una potencia colonial, se encontraba en una época de cambio.
Y eso es mi novela: el reflejo de la descomposición de un imperio», señaló. Así, según
Harrison la novela de fantasía plasma la realidad política de un momento determinado.
«De hecho, Occidente vive como si el mundo fuese un parque de atracciones, y el escritor
de fantasía es, hoy día, quien mejor puede reflejar este sentimiento».
La posibilidad de que la ciencia ficción cobre protagonismo en Europa pasa por la necesidad
de aportar «su propia perspectiva», algo que para Eschbach no sólo es una obligación
cultural, sino comercial, ya que «el editor se plantea que para qué va a traducir una obra
francesa, española o alemana, si repite lo que ya nos cuenta una americana».
El festival literario gijonés apoya asimismo esta visión del género con una serie de mesas
redondas que culminan hoy.
Más información:
El Norte de Castilla
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