07/Sep/04
Libros reseñados: Máscaras de matar, de León Arsenal
Vamos a empezar por lo más superficial, pero también lo primero que llega a la vista: la tapa del libro es muy buena. Es una ilustración con pocos colores, en la gama del azul, pero con infinidad de matices. Es una ilustración donde se resalta la máscara como elemento importante, como lo anuncia el título. Y no en vano el libro es premio Minotauro: la edición de Minotauro es muy buena. Rasgando esta superficie, comencemos con el contenido del libro. Aunque, siguiendo con este enfoque superficial, podemos encasillarlo en un género: es fantasía heroica, épica si lo queremos atenuar para no utilizar el término "políticamente incorrecto", aunque su propio autor no reniega de la clasificación de "espadas y brujería" (sword & sorcery según la denominación original), un subgénero para mi gusto injustamente relegado. Sin embargo esta fantasía heroica no sigue el modelo clásico norteamericano; tiene una característica profundamente española, muy agradable a nuestros paladares. Todos los nombres tienen resonancias gallegas, lo que es sumamente agradable dentro de la globalización hegemónica que marca nuestro tiempo. Es un buen trabajo el que ha hecho el autor con los nombres, y este no es un tema menor en la escritura. Pero por supuesto que el buen trabajo no termina allí. En la novela se nos introduce en un mundo fascinante, donde hay una impresionante y muy compleja mezcla de culturas, paisajes e idiosincrasias. En estos escenarios se mueven varios personajes que nos resultan rápidamente fascinantes, a pesar de lo breve y esquemático de sus descripciones. He percibido tres hilos importantes en la novela, que se van cruzando y conformando la trama. Uno es la cacería de Corocota, el hombre lobo y cazador de cabezas (una especie de policía al estilo INTERPOL, que ignora fronteras y jurisdicciones) que persigue a una bruja por violar una importante prohibición. Otra es el viaje de Palo Vento, amigo y compañero de batallas de Corocota, un hombre serpiente cuyo destino se cruza en varios puntos con la marcha del Cufa Sabut, máscara legendaria de inmenso poder. Y la última, que pasa un poco más inadvertida pero para mí es muy interesante, es la investigación, casi pesquisa, del maestro sureño Te-Cui, que nos permite por momentos ver toda esta sociedad con la mirada del extranjero. Viaja acompañado por otro amigo de Corocota, el hombre halcón Cosal. Todos estos personajes terminan acompañando al ejército de Don Tavarusa, un dios vivo que va a combatir el levantamiento de la Máscara Real y el Cufa Sabut. Como habrán notado por estas breves frases, abundan los clanes relacionados con animales; ésta es una de las organizaciones sociales de la región. Estos clanes se manifiestan en las vestiduras, el lenguaje y las formas de actuar de los personajes... así como en las máscaras que usan, por supuesto. Las máscaras son uno de los móviles de la acción, en este caso las poderosas máscaras que llegan a tomar control de su portador, encarnando en él su ideal y haciéndolo actuar de manera arquetípica. Es muy complejo el accionar de las máscaras, y parte de la maestría de Arsenal se muestra en que nunca lo explica directamente. Las máscaras rara vez llegan a ese punto de posesión, pero por supuesto que siempre influyen en el accionar del portador. Hay también protocolos e interacciones entre las propias máscaras, que los hombres (o mujeres) que las llevan deben respetar. Ninguna forma de ubicarse es casual, los enfrentamientos armados que son muy frecuentes, ésta no es una sociedad pacífica o idílica muchas veces se dan entre las máscaras y son ellas las que combaten entre sí. Aparecen tardíamente en la novela algunas discusiones sobre este tema, pero nunca se deja nada demasiado claro, y ese claroscuro también es muy atrayente, generando en cada acción una ambigüedad sobre si se debe al hombre o a la máscara... En todo este tema, me surgió fuertemente el recuerdo de "La Mariposa lunar", un excelente cuento de Jack Vance donde hay un planeta con un elaboradísimo protocolo regido por máscaras e instrumentos musicales. La asociación con Vance, que también Arsenal reconoce como influencia, no es solamente con ese cuento, sino que todo el estilo de las descripciones también me recordaron mucho ciertas características de los ambientes alienígenas que él describe tan bien. Hay mucha acción en la novela, pero no hay vértigo. No es un video clip, Arsenal nos lleva a veces con lentitud morosa por los paisajes de esta región, con tiempo para ver las cosas, tener pequeñas aventuras y hacer aparecer una multitud de personajes secundarios. Es una novela de aventuras, pero es una novela de gente también, donde a veces el paisaje interno de los personajes es tan abigarrado y rico como el externo. Uno se encariña rápidamente con varios de ellos, como el inolvidable Trapaieiro Porcaián, otro dios vivo que camina entre los hombres sin mayores pretensiones, o algunas de las brujas que aparecen... Por cierto, las brujas y las guerreras de esta novela no responden a muchos de los tópicos del género, de los que Arsenal se aparta sabiamente para cultivar un estilo propio y diferenciado. El suyo no es un mundo tolkieniano, ni es como el de Conan, ningún otro que hayamos leído antes, aunque trae elementos y evocaciones de muchos de ellos. Por supuesto, esto no lo hace muy recomendable para gente con prejuicios sobre el género, a pesar de que su prosa es impecable y muy rica. Eso también es notable en esta época de vocabularios reducidos y lecturas rápidas, el autor no teme hacer ir al diccionario a sus lectores. Por el lado de la contra, en este escenario excesivamente complejo hay muchas palabras, muchos nombres y sucesos que aparecen en el relato, todos juntos y muy rápidamente, y falta algún glosario para recordar rápidamente ciertos términos. Hay una breve introducción en el comienzo, sumamente densa, que aclara algunos significados, pero no los suficientes, y además es un poco desalentadora como punto de entrada del libro. Esto hace que el lector algunas veces se quede en el aire, preguntándose si los protagonistas eran gorgotas, momgargas o qué, y qué diferencia tenían con los mediarmas... En fin, que se dificulta un poco la lectura en esos detalles. Yo creo que bien vale la pena pasar por ese trance, pero no a todos les pasará lo mismo. El libro funciona bien en muchos niveles: la estructura narrativa, el relato de aventuras, el viaje de los personajes, la descripción de los escenarios, el bosquejo del mundo en que viven, su épica... y el encanto de las máscaras. No sé si habría mejores candidatos al premio Minotauro, pero sin duda es una elección que no desmerece para nada ese galardón. Carlos Ferro para Axxón y Garrafex News. Más información:Máscaras de matar |
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