16/Sep/04
Ciberpunk "made in Bolivia" De cuando en cuando Saturnina (Ed. Mama Huaco, 2004) de Alison Spedding salta directamente al medio de la literatura ciberpunk dándole un giro completamente radical incluso a la literatura de género ya establecida. (La Prens@) Aunque Bolivia ha tenido bajísima presencia en la literatura de ciencia ficción, la novela De Cuando en cuando Saturnina (Ed. Mama Huaco, 2004) de Alison Spedding salta directamente al medio de la literatura ciberpunk dándole un giro completamente radical incluso a la literatura de género ya establecida. William Gibson, Bruce Sterling y todos los escritores extranjeros tuvieron como base y punto de inicio las realidades de las grandes ciudades industrializadas y de las megápolis del primer mundo. Alison Spedding, antropóloga inglesa, que vive, investiga y escribe desde hace más de quince años en Bolivia, en cambio, comenzó a escribir en una realidad diferente a la de cualquier otro de estos escritores. Es de esta manera, por la realidad con la que se encuentra a su alrededor y por sus amplios estudios de la cultura aymara, que esta novela del futuro cobra un tinte distinto al que hemos conocido, pero también extrañamente familiar. La autora propone una historia para Bolivia y lleva este planteamiento hasta sus extremos sin perdonar a nadie y con la visión amplia de alguien que conoce a la perfección el mundo que ha creado. En la novela, Bolivia ya no existe como tal y es una región llamada "Qullasuyu Marka". Liberada después de las revuelta indígena ocurrida alrededor del 2022 que echó a los q'aras (blancos) y cerró las fronteras con los países vecinos, esta "Zona Liberada" empieza a crear las reglas para su propia sociedad. "Qullasuyu Marka" es entonces una autocracia sin un líder democrático, organizada en sindicatos y totalmente enfocada hacia el mundo rural. A pesar de eso, la Zona no se ha quedado alejada de los cambios globales y las comunidades están conectadas online y sus ingenieros espaciales están considerados entre los mejores de su profesión. Pero no sólo el universo creado por Spedding es deudor de la realidad en la que ha nacido la novela sino el mismo lenguaje de ésta es parte de la realidad creada por la autora. La novela está armada en base a declaraciones orales de los personajes en diferentes momentos y, por lo tanto, está escrito de la forma en que estos personajes se expresan. El lenguaje utilizado en el libro mezcla un castellano "no oficial" -un castellano oral con errores y formas propias -, intercalado con palabras y conversaciones en aymara y con palabras en spanglish que son aclaradas en pies de página o en el amplio y diverso glosario al final del libro. La novela entonces recrea un universo ciberpunk "made in Bolivia" que ensambla viajes espaciales, futuros posibles de otras regiones (Estados Unidos con una colonia de supremacía blanca en Fobos, África poblando desiertos marcianos, el pueblo musulmán intentando conservar su cultura incluso off-planet), realidades autóctonas (viajes en mula y en trufi junto a puertos espaciales en Uyuni y conexiones por internet), religiosidad indígena, rituales de ch'alla, de akulliku y de invocación a los muertos. Y la aventura en sí que relata los viajes de Saturnina Mamani: la camionera espacial feminista, anárquica y revolucionaria, su implicación en el "Comando Flora Tristán" y sus atentados terroristas y la historia de lo que ocurrió con la ex-Bolivia en voz de su abuela muerta. El conocer a "Satuka" y su compañera Fortunata en un bar de Ceres Orbital se presenta como la oportunidad única, desde la Guerra de Liberación del 2022, para que las extranjeras puedan acercarse a la verdad de la Revolución Andina y a la cosmovisión originaria que las llevó hasta las estrellas. |
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