06/Oct/04
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Científicos estadounidenses recibieron el Nobel de Medicina por develar los secretos del olfato
Dos científicos estadounidenses, el doctor Richard Axel del Instituto Médico Howard Hughes, de la Universidad de Columbia en Nueva York, y la
doctora Linda B. Buck, que trabaja en Centro Fred Hutchinson de Investigaciones sobre el cáncer en Seattle, se reparten este año el premio Nobel de Medicina
2004 por sus hallazgos de los "receptores olfativos y la organización del sistema del sentido del olfato". El Instituto encargado de la concesión de este
prestigioso galardón decidió repartir a partes iguales este premio dedicado a la Fisiología, más conocido como el Nobel de Medicina.
El premio, dotado con 10 millones de coronas suecas (el equivalente a poco más de un millón de euros), viene a reconocer la investigación de uno de los
sentidos más misteriosos del hombre: el del olfato. Según la institución sueca, es el más enigmático de todos los sentidos humanos porque no se entendía el
principio básico para el reconocimiento y recuerdo de 10.000 olores diferentes.
"Hasta que Axel y Buck realizaron sus estudios, el olfato era un misterio", señaló Sten Grillner, uno de los expertos del Instituto Karolinska tras anunciar el
galardón.
Los dos científicos laureados resolvieron el problema y, en una serie de estudios pioneros, aclararon cómo funciona el sistema olfativo. Ambos descubrieron una
familia genética compuesta por un millar de genes, que serían el 3 por cierto del total, y que son los que forman el equivalente al número de los llamados
receptores olfativos. Estos receptores están situados en las llamadas células receptoras del sentido del olfato y ocupan un área muy pequeña en la parte superior
del epitelio nasal, que es ahí donde se detectan las moléculas de los olores inhalados. Estas células receptoras tienen un tipo de receptor oloroso y cada uno es
capaz de detectar un número limitado de sustancias odorantes. Cada una de estas células receptoras está especializada para percibir olores determinados.
Después, y tras registrar la molécula olorosa, la célula envía la información por vías nerviosas directamente a los distintos glomérulos, unos dominios del bulbo
olfativo que es el área primaria del olfato en el cerebro humano donde se procesa la información
La células receptoras que tienen el mismo tipo de receptor envían su información al mismo glomérulo y desde estos dominios del bulbo olfativo cerebral, se lleva
a otras partes del cerebro donde se combina con la información de otros receptores formando una muestra concreta, una especie de "imagen olorosa". Así,
explica el comunicado del Instituto Karolinska, podemos experimentar conscientemente el olor de un lirio de primavera y recordar su olor en la memoria olfativa
en otras ocasiones.
Los investigadores Richard Axel y Linda B. Buck publicaron juntos sus estudios fundamentales en 1991 y en ellos describen la gran familia de genes que
componen los receptores del olfato. Después, ambos científicos trabajaron independientemente y, en diferentes estudios, aunque de forma paralela, consiguieron
describir el funcionamiento del sistema olfativo desde su nivel molecular hasta la organización celular que lo compone. Ayer, comentando su galardón a una radio
sueca, el propio Axel confesaba que se sentía honrado por el premio, y añadió que nunca se habría imaginado la posibilidad de ganarlo realizando la clase de
investigación que hacía. "Es realmente maravilloso, nunca había pensado en ello, sólo en mi propia ciencia".
Por su parte, Buck indicó a Associated Press que desconocía que su trabajo hubiera sido considerado para recibir el premio. "La gente suele decir cosas como
'Deberías ganar el Nobel', y desde luego, me siento muy honrada".