26/Oct/04

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El Interior Dinámico de la Tierra

En la superficie de la Tierra, la vida, a escala geológica, se desarrolla de forma calmada, si exceptuamos algún terremoto ocasional producido por el roce y el deslizamiento de las placas tectónicas. Pero debajo de dicha superficie, los científicos están empezando a encontrar una región mucho más dinámica y tumultuosa de lo que se suponía.

En efecto, a gran profundidad, donde el manto se encuentra con el núcleo fundido de hierro, los investigadores están descubriendo pistas de lo que podría ser un área altamente activa, llena de formas y sustancias exóticas.

Edward Garnero, sismólogo de la Arizona State University, afirma que esta capa es mucho más compleja de lo que pensábamos hace 10 años. Nos topamos allí con una situación súper-dinámica, que la convierte probablemente en la parte más extraña del interior de nuestro planeta. A una profundidad de unos 2.900 km, el cambio de densidad es varias veces mayor que el que encontramos en la superficie (representado por la diferencia entre el aire y las rocas).

La citada región tiene varios cientos de kilómetros de espesor y se llama zona D"" (D doble prima). En ella el manto inferior de rocas de silicato se encuentra con el núcleo de hierro líquido. Usando ondas sísmicas generadas por terremotos, los científicos sondearon esta región.

Midiendo las vibraciones de las ondas sísmicas producidas por terremotos en Norteamérica y Sudamérica, consiguieron investigar de forma detallada la zona D"" situada bajo América Central y el Caribe. Los especialistas descubrieron direcciones de vibración de las ondas totalmente inesperadas, señalando a la región más profunda del manto como punto de origen de estos cambios de alineación.

Para explicar la observación, deberíamos inclinar unos 20 grados el tejido rocoso que una vez se encontraba horizontal en el manto inferior. Allí, el material se contorsiona en una escala relativamente corta (cientos de kilómetros). Es decir, la región es altamente dinámica, probablemente influida por el movimiento del núcleo de hierro líquido.

Los sismólogos piensan que este paraje debe estar protagonizado por corrientes y turbulencias bastante vigorosas (a escala geológica). Además, existen grandes contrastes de densidad, lo que sugiere que podemos pasar muy rápido de la roca de silicato del manto, al hierro líquido del núcleo.

El centro de nuestro planeta debe estar tan caliente como la superficie del Sol. Por ello, tardará aún mucho tiempo en enfriarse. Lo hará a través de estos procesos de movimiento y mezcla internos.