24/Nov/04
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Grace, la casa del mañana, ya existe
La llave es la palma de la mano, los interruptores 'escuchan' y las paredes 'hablan'.
El futuro de los hogares es introducir la tecnología más vanguardista en un entorno de
hogar tradicional. "Que no se vea, pero que funcione", afirma John Gallagher, encargado
de mostrar al Navegante el interior de la Casa del Futuro, en su versión 2004.
La casa obedece al nombre de 'Grace', en honor a la vicealmirante Grace Murray Hopper,
matemática y pionera en el campo de la computación durante los años cuarenta. "Grace, ¿qué
hora es?", pregunta John. Inmediatamente una suave voz femenina contesta y da la hora
exacta, mientras que sobre la pared se proyecta información meteorológica y las luces se
regulan automáticamente.
Grace puede detectar quién está en casa, intuye sus necesidades e intenta satisfacerlas.
Por ejemplo, es capaz de asegurar que la abuela está teniendo un día normal, o que el hijo
pequeño ha salido.
La centralización de todo el ocio audiovisual (televisión, música, cine, juegos, fotos
digitales...) es otro de sus puntos fuertes: se puede acceder a toda la información
digitalizada desde un gigantesco televisor de plasma: un ejemplo de cómo los
electrodomésticos se relacionan en red.
La cocina es otro de sus puntos fuertes. En un futuro, los productos llevarán un etiquetado
de radiofrecuencia (RFID) gracias al cual Grace sugerirá recetas con los ingredientes
disponibles, realizará compras para reponer productos automáticamente o programará la
mejor manera de cocinar un determinado producto en el horno o en el microondas. Más fácil
imposible. "Creemos que el ocio también estará en la cocina o en la mera búsqueda de
información", sostiene Gallagher.
La mezcla de tecnología punta y tradición tiene su ejemplo más llamativo en el tablón de
anuncios de la cocina, que funciona con los imanes de toda la vida, pero gracias al
etiquetado RFID la superficie proyecta más información.
Así, al colocar el imán de una pizzería, enseguida aparece un menú con las opciones, y con
un solo toque se puede encargar por Internet la pizza deseada. Incluso los espejos ayudan
a elegir el vestuario sin necesidad de revolver estantes y cajones.
La casa escucha constantemente y "entiende" lo que oye, de manera que la iluminación o la
música pueden cambiar en función de lo que está pasando en su interior, todo para crear
sensaciones. "Las emociones son algo importante en este hogar", asegura Gallagher, y
demuestra cómo funciona una 'habitación reactiva': mientras lee un cuento, las luces
van modificándose en función del mismo.
"Algunas de estas tecnologías están en el mercado, otras aún no", comenta Gallagher, para
puntualizar que esta casa es una muestra de lo que podría verse en un futuro. No hay un
precio definido, aunque la mayor parte del sistema se puede encargar y presupuestar.
"Aún hay mucho que experimentar", concluye.
Fuente: Navegante