08/Mar/05

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En Tierra del Fuego descubren catorce cuevas geológicas

Fueron divisadas por un aficionado.

(La Nación) Catorce cuevas geológicas, la mayor de 160 metros de profundidad, fueron descubiertas por un explorador aficionado en un sitio de muy difícil acceso de Bahía Aguirre, sobre la costa sur de Tierra del Fuego, unos doscientos kilómetros al este de esta capital. El hallazgo fue ratificado por investigadores del Centro Austral de Investigaciones Científicas (Cadic), del Conicet, y por cuatro espeleólogos italianos de la Asociación Cultural de Exploración Geográfica La Venta, que relevaron el lugar durante seis días.

El antropólogo Ernesto Piana, experto en aborígenes costeros fueguinos, integrante de la expedición que se trasladó en helicóptero al sitio del hallazgo, constató que ninguna de las cuevas contiene restos humanos, a pesar de que a pocos metros de una entrada encontraron un yacimiento, probablemente yamana, con restos de utensilios, valvas de caracoles y huesos de guanaco y de lobo marino.

"No es extraño que estén vacías, por lo inaccesible de las entradas", dijo Piana a La Nación, al descartar la posibilidad de que las cuevas contengan vestigios de arte o información sobre el uso que pudieran darle los primeros habitantes de Tierra del Fuego.

Las cuevas de roca más australes del mundo entre las registradas serán materia de estudio para los geólogos. Uno de los mayores atractivos para los expertos serán las estalactitas que penden del techo de varias de ellas.

Algunas cuevas presentan dos o más bocas de acceso, y la amplitud inicial se va convirtiendo en un pasillo angosto que sólo se puede atravesar avanzando de costado. "En el interior apagábamos las linternas y era tanta la oscuridad que las retinas no lograban acostumbrarse, no veíamos nada", recordó Piana.

El hallazgo de las cuevas fueguinas fue casual. El logro pertenece al fotógrafo amateur Sergio Anselmino, que las divisó durante una travesía costera alrededor de la península Mitre, caminando en solitario durante 45 días. Las entradas "impactaron" al deportista, que las fotografió y, al regresar a Ushuaia, las mostró en el Cadic. "Así me enteré de que no había registro de estas cuevas; fue una linda sorpresa", dijo.

"Normalmente, las cuevas marinas son cortas, pero éstas tienen entre 15 y 160 metros, son de origen tectónico y formadas por la fractura de las rocas volcánicas. Algunas tienen entre 12 y 15 metros de altura", precisaron los investigadores. Antonio De Vivo, Gianni Todini, Andrea Broglia y el jefe del grupo, Tullio Bernabé, junto con Anselmino y Piana, recorrieron las formaciones, algunas de ellas conectadas entre sí por pasadizos subterráneos. Lo escarpado del sitio, al que no se puede llegar en barco porque el mar golpea contra las rocas, obligó a montar el campamento base a 220 metros de la costa, por lo que cada jornada de trabajo comenzaba con un penoso descenso hasta la playa, soportando granizo, lluvia y viento.

Para ahorrar peso, los expedicionarios no llevaron agua y la tomaban del escurrimiento de la turba, por lo que bebían un liquido color té con el que se hidrataron, cocinaron y se lavaron.