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Lograron probar que la música tiene sabor
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(DPA, Clarín) Un sonido tiene gusto salado, otros acordes musicales saben a agua pura. Tests realizados con jóvenes músicos profesionales suizos
demostraron que existe este raro tipo de percepción sensorial "acoplada".
Científicos del Instituto de Neuropsicología de la Universidad de Zurich descubrieron que siempre que una flautista de 27 años sube un determinado intervalo de
tono percibe en cada caso un sabor particular en la lengua, señala un artículo publicado en la revista científica británica Nature en su edición del 3 de
marzo.
De esta forma tan marcada, un fenómeno semejante no había sido descripto antes científicamente, dijo el profesor Lutz Jaencke a la agencia dpa.
La mujer, originaria de Basilea, adjudica involuntariamente a una tercera menor un gusto salado, y a una tercera mayor un gusto dulce.
Esto es un verdadero fenómeno de sinestesia, es decir, la experiencia involuntaria de cruzar sentidos, como por ejemplo que un determinado sonido nos
remita directamente a un color. O que una imagen o sensación subjetiva, propia de un sentido, como por ejemplo el olfato, surja determinada por otra sensación
que afecta a un sentido diferente, como la visión. Pero, según los investigadores, este ejemplo extremo de sinestesia es muy poco frecuente.
Otras personas pueden también relacionar la música con colores.
Para demostrar este particular acoplamiento de los sentidos, los científicos evaluaron las reacciones de la mujer a lo largo de más de un año.
Al ser comparada con otros cinco músicos, mostró una "seguridad de acierto" claramente más rápida en la asignación de gustos y tonos.
Además, la mujer le atribuye a cada tono un color determinado. Esta capacidad de sinestesia es, según calificaron los investigadores, casi perfecta y mucho más
rápida que la demostrada por otras personas. Un don que, según Jaencke, se presenta en una de cada 2.000 personas, mientras que otros estiman que se
registra sólo en una de cada 500 personas.
Otros fenómenos sinestésicos ya estudiados por la ciencia, donde se reportaba la percepción de combinaciones gustativas o gustos específicos de comida ante
un determinado estímulo sonoro, hacen pensar a los músicos que quizá podría usarse las escalas de tonos y semitonos (utilizadas de manera minuciosa) para
trabajar con personas que presenten diversos problemas cognitivos.
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