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Publicaciones reseñadas: Mi nombre es Legión, de Roger Zelazny
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Título: Mi nombre es Legión
Título original: My Name is Legion (1976)
Autor: Roger Zelazny
Traducción: Leonardo Domingo
384 páginas
Editorial: Edhasa
Colección: Nebulae (Barcelona, 2002)
Encuadernación : Tapa dura
Este libro es una reedición de Edhasa/Nebulae. Enhorabuena, me encanta que se reediten los clásicos del género, y sin duda cualquier obra de Zelazny
lo es. Leí este libro en la edición de la vieja colección Nebulae, de Sudamericana, hace unos cuantos años (como veinte); así que esta relectura fue casi un
reencuentro.
Como al reencontrarse con un viejo amigo, el primer impulso fue decirle: ¡Qué cambiado estás! Olvidando, por cierto, que yo estoy igual de cambiado...
El libro que me alucinó en mi adolescencia no puede producirme el mismo efecto ahora.
Sin embargo, fue un reencuentro agradable... Claro, los detalles de escenarios "de ciencia ficción" que tenía en ese momento, hoy parecen un decorado bastante
avejentado en comparación con lo que estamos acostumbrados a leer y ver. En cierta forma, es como ver las series de esa época (Fuga en el siglo
XXIII, que ahora está dando de nuevo, o la primera Star Trek) y reírnos de lo ingenuo de los decorados y efectos especiales. Pero en ambos casos
(el libro y las series), detrás de esa ambientación, quedan poderosas ideas, que aún hoy son originales y nos llevan a planteos interesantes.
El libro que yo leí tenía el título en castellano bastante más sugestivo de El hombre que no existía, en contraste con esta rigurosa traducción del original.
Esa es la premisa básica que une estos tres cuentos largos: el protagonista, este hombre que no existe para el sistema y cuyo nombre puede ser Legión, ya que
fabrica y adopta diversas identidades a medida de su trabajo. Nuevamente, no puedo evitar pensar en las series televisivas y preguntarme cómo nadie le pidió
esa idea a Zelazny para hacer una, ya que este tipo, además de no estar registrado, es un experto en computadoras, hábil luchador y pasable detective. ¡Qué
personaje se ha perdido la MGM!
Los tres cuentos están narrados en primera persona, desde el punto de vista de este personaje. En el primero, donde la anécdota es bastante intrascendente, se
aprovecha para ambientarnos en este "mundo futuro" donde cada individuo está absolutamente registrado en el sistema, posibilitando la clásica fantasía
totalitaria, aunque Zelazny nos ahorra su descripción. El personaje (tengo que seguir llamándole así porque, por supuesto, no tiene nombre propio) solo la
considera una posibilidad, y por las dudas prefiere escaparse del registro. Al salir del registro, debe buscar un modo de vida al margen del sistema, y consigue
trabajos de agente privado: investigación, espionaje, seguridad, etc. Para esto usa su doble ventaja de no estar registrado y conocer el sistema lo suficiente
como para fabricarse identidades falsas.
Así, en el primer cuento (creo que el más flojo de los tres) lo vemos intentando evitar el sabotaje de un proyecto tecnológico de gran escala. Conocemos su
historia, y su muy humana dualidad: es un tipo "bueno", dispuesto a no molestar a nadie y salvar vidas, pero por otro lado perfectamente dispuesto a liquidar
limpiamente a tres tipos porque se acercaron a su secreta identidad (otro punto divertido es que lo hace con un gadget bien típico de las historietas: un
anillo con esporas asesinas, contra las que él está inmunizado). Esto se completa cuando luego descubre que jugó para el bando equivocado, y que al evitar el
sabotaje, contribuyó a la destrucción de una ciudad submarina... Y toma las medidas adecuadas.
Después de esta presentación, en el segundo cuento lo vemos resolver un clásico policial, con un misterioso asesinato, luego otro, múltiples sospechosos, cada
uno con su motivo... y un desenlace sorpresa donde aparece el elemento de CF.
En estos dos relatos la acción tiene muy buen ritmo, es difícil aburrirse y el lector se deja llevar por la prosa simple y elegante de Zelazny. Se nota que estamos
ante un buen escritor de oficio. No hay derroches poéticos ni nada recargado, no hay extensas descripciones; el lenguaje se corresponde a la acción pura.
Apenas hay un poco de especulación, favorecida por el hecho de conocer lo pensamientos del protagonista, por la narración en primera persona. Pero si bien
tienen un contenido importante de ideas originales, los cuentos en sí no nos hacen pensar en un gran maestro.
Esto se rompe violentamente en el tercero de los cuentos, una indiscutible (bueno, digamos) obra maestra, consagrada por varios premios. Nuevamente hay un
policial clásico, con varios asesinatos en serie, pero en este caso, el sospechosos principal es el elemento de CF: un robot. En este cuento hay muchas vueltas
de tuerca y muchísimos giros, integrados en la trama con gran habilidad. Agradezco a mi débil memoria no haber recordado el final, y haber podido
sorprenderme de nuevo con él. Aquí sí se nota la presencia de un escritor superior, en el ritmo y el manejo de las riendas de la escritura, donde al final vemos
que cada elemento tenía su razón de ser, que cada hilo se anuda y que la imagen del tapiz es distinta de lo que creíamos, forzando prácticamente una relectura
del cuento.
En fin, nuestro amigo envejeció y ya no podremos jugar al fútbol con él, pero podemos seguir charlando amigablemente sobre temas muy diversos, porque sus
puntos de vista son tan interesantes como entonces.
La traducción me pareció buena y no intrusiva, respetando el lenguaje simple que debe tener el original. La ilustración de tapa es un punto terrible en contra: si
hablamos del posible envejecimiento del contenido, esta tapa es un dibujo de pulp de los '40. Y no me convence mucho que sea en tapa dura, y con 380
páginas, la tipografía se podría haber reducido bastante y con ella el número de páginas.
Pero sí, lo recomiendo, y no solo por la nostalgia. Zelazny siempre tiene algo para decirnos.
Carlos Ferro para Axxón y Garrafex News.
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Más información:
Relanzamiento de la colección Nebulae
Editorial Edhasa
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