24/Abr/05

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Premian a un joven biólogo argentino

Recibió el Whitley Award en Londres.

(Clarín) El 20 de abril, en un salón colmado de la Royal Geographic Society, Andrés Novaro —un joven biólogo argentino que vive y trabaja en Junín de los Andes— recibió de manos de la princesa Ana de Inglaterra el premio Whitley, el más destacado de los que se otorgan a proyectos ambientalistas en Gran Bretaña.

La distinción, dotada de 30.000 libras, se otorga desde 1994 a trabajos sobresalientes en la conservación de la naturaleza. Este año se presentaron unos 100 postulantes de todo el mundo y fueron premiados ocho.

"Nuestro proyecto intenta reducir la caza furtiva del guanaco y el choique (también conocido como ñandú petiso) —cuenta Novaro, pocas horas después de la ceremonia, desde su hotel en Londres—. El primero tenía poblaciones muy numerosas en Neuquén hasta que el área se transformó en una de las principales zonas de producción petrolífera. En la etapa de exploración se abrieron 40.000 picadas para hacer explosiones y mapear el subsuelo. En esa área la vegetación es espinosa, pero al abrir esos caminos les fue muy fácil a los cazadores llegar hasta los guanacos y la población descendió un 90%. El impacto en el choique fue tan fuerte que casi no se ven."

Novaro, que estudió en la Facultad de Ciencias Exactas de la UBA y se doctoró en la Universidad de Florida, es actualmente investigador del Conicet y desde 1998 —cuando regresó al país con su esposa, norteamericana y también bióloga— trabaja en el Centro de Ecología Aplicada de Neuquén.

El guanaco llega hasta Perú, pero las poblaciones principales se encuentran en la Patagonia. Novaro trabaja con pobladores de la zona para que se cierren las picadas. "Si se cierran los accesos a estos caminos -afirma-, como la vegetación es muy espinosa no hay peligro de que los cazadores vuelvan a entrar."

Para bloquear las picadas, se hacen zanjones profundos acompañados de montículos, y en algunos casos se ponen tranqueras o alambrado. "El 70% de las picadas sigue siendo transitable —dice el investigador— y en esa zona los guanacos y choiques mermaron muchísimo. Por otro lado, éste es un trabajo que se puede hacer bastante rápido."

Según el científico, el guanaco es una especie emblemática de la Patagonia. "Es el principal herbívoro y tenía muchas interacciones con el ecosistema —explica—. Con él se pierde un eslabón importantísimo, se diría que el sistema queda lisiado. Pero además se pierde un recurso, porque tanto la lana del guanaco como su carne y la carne y las plumas de los choiques se podrían aprovechar sustentablemente si se hicieran experiencias controladas. La lana del guanaco alcanza un precio mucho mejor que el de la de oveja. Si hacemos bien las cosas, en pocos años podríamos tener una población esquilable. Todavía estamos a tiempo."