28/May/05

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Robert Sheckley regresa a EEUU luego de pasar un mes enfermo en Kiev

El famoso escritor de ciencia ficción Robert Sheckley emprendió hoy el camino de retorno a EEUU tras haber permanecido durante un mes en un hospital de Kiev, enfermo y sin dinero para pagarse el tratamiento.

(EFE) Generosas donaciones de varios particulares y el dinero recaudado por admiradores de diversos países permitieron cubrir el tratamiento del veterano escritor en una clínica privada de Kiev y su vuelo a casa a bordo de un avión médico especial de la compañía Lufthansa.

El septuagenario escritor estadounidense, considerado uno de los 'padres' de la ciencia ficción moderna, se sintió mal el pasado 27 de abril y fue ingresado en la clínica Borys donde le diagnosticaron una 'insuficiencia pulmonar progresiva' y una neumonía doble.

Sheckley, que asistía en la capital de Ucrania a una conferencia internacional de ciencia ficción, estuvo varios días al filo de la muerte, tan débil que los médicos lo mantuvieron en estado de sueño artificial, hasta que recuperó la consciencia y empezó a convalecer.

Conectado las casi 24 horas del día a un aparato de respiración artificial, el escritor, de 76 años, pagaba así el desprecio por su salud, pues no había visitado un médico desde hace veinte años, a pesar de fumar hasta tres cajetillas de cigarrillos al día, que hace varios años ya le costaron un infarto.

Su médico de cabecera de la clínica Borys, Igor Konivets, dijo hoy a la prensa que el estado de Sheckley ha mejorado hasta el punto de que puede respirar durante 25 minutos por sí sólo, sin ayuda del equipo de ventilación artificial de los pulmones.

Borys Sidyuk, de la asociación ucraniana de escritores de ciencia ficción que había invitado a Sheckley a Kiev, explicó que Sheckley voló a Fráncfort donde pasará a bordo del un avión médico de la compañía aérea alemana que lo trasladará a EEUU.

El director de la clínica ucraniana, Borys Radutski, agregó que los médicos decidieron hacer transbordo en Alemania debido a que el vuelo Kiev-Nueva York dura doce horas, mientras que desde Fráncfort en el avión especializado se tarda sólo siete horas y media.

En ambos trayectos, Sheckley viaja acompañado por dos médicos de la clínica ucraniana, pues por ahora sólo se consigue garantizar reservas de oxígeno a bordo de los aviones médicos para un máximo de seis horas.

La hija de Sheckley, Ani, viajo antes a Fráncfort junto a otro doctor para preparar el transbordo y ultimar los detalles con Lufthansa, que aceptó realizar el vuelo a pesar de que la respectiva factura aún no fue pagada por completo.

Según Sidyuk, la factura de la clínica Borys totalizó unos 17.000 dólares, que ya fueron abonados, en parte por la asociación que había invitado al escritor y el grueso, dos tercios del total, gracias a las donaciones de particulares.

Además, en las cuentas abiertas para recaudar dinero se acumularon unos 2.500 dólares —y el dinero sigue llegando—, que serán transferidos a una cuenta especial abierta en EEUU para costear el tratamiento y la recuperación del escritor en su país.

Su traslado a EEUU cuesta 57.800 dólares, de los cuales 47.000 los pagó el magnate y diputado Víctor Pinchuk, yerno del ex presidente ucraniano Leonid Kuchma, quien el jueves visitó a Sheckley en la clínica para expresarle su admiración y respeto.

Otros 2.000 dólares llegaron desde España transferidos por los organizadores de la 'Semana Negra' de Gijón, certamen cultural al que Sheckley había asistido en dos ocasiones.

El escritor mexicano y director del festival, Paco Ignacio Taibo II, anunció que con ese fin de editarán 2.000 ejemplares de uno de los relatos de Sheckley para venderlo durante la Semana Negra al precio de 1 euro.

El caso es que Sheckley había perdido en Kiev el seguro médico contratado al recoger el visado ucraniano y no se logró localizar a la empresa que se lo vendió, mientras que su seguro estadounidense de pensionista no cubre gastos médicos en el extranjero.

Los amigos y organizadores de la visita de Sheckley a Ucrania se vieron obligados hace una semana a anunciar una colecta de fondos, puesto que la familia del escritor no tiene ahorros y no podía asumir los gastos médicos.

La época de la mayor popularidad de Sheckley ya ha pasado, sus libros ya casi no se editan en EEUU y son poco conocidos por las nuevas generaciones.

Lo paradójico de la situación era que los libros de Sheckley se vendieron en tiradas millonarias en la extinta URSS, donde varias generaciones crecieron nutriéndose con la fantasía, el humor y el talento literario del escritor estadounidense.

Sin embargo, el imperio comunista jamás le pagó a Sheckley lo debido, pues se negó hasta lo último a firmar la Convención de Ginebra de derechos de autor.