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No restituirá obras el Museo Británico
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La Justicia dispuso que no se devolvieran a sus dueños piezas que habían sido robadas por los nazis. Eran reclamadas por los hijos de un abogado judío.
Se intenta crear un precedente para evitar las demandas de Grecia por los frisos del Partenón, entre otras históricas demandas.
(La Nación) Que al Museo Británico no le gusta desprenderse de sus piezas no es noticia. Pero esta semana, en un hecho llamado a sentar precedente,
el Museo Británico quiso devolver una serie de dibujos a quienes comprobó que eran sus auténticos dueños y la Justicia local no lo permitió.
Detrás de la polémica decisión, como siempre, estuvo la sombra de los famosos frisos del Partenón, reclamados por Grecia.
En su sentencia, que según distintos especialistas cierra la puerta a las exigencias de las autoridades helénicas, el juez sir Andrew Morritt reconoció que los
cuatro dibujos una delicada Sagrada Familia, de Niccolo dell´Abbate; un Mercurio y Apolo, de Nicholas Blakey; una Santa Dorotea con el Niño Jesús, de un
discípulo del alemán Martin Schongauer, y una Virgen y Jesús siendo adorado por Santa Isabel y el San Juan niño, de Martin Johann Schmidt habían sido
robados en 1939 por los nazis de la casa del abogado judío Arthur Feldman.
El doctor Feldman, que vivía en la ciudad checa de Brno, luego murió torturado por los nazis y su mujer, en el campo de concentración de Auschwitz. Desde
hace varios años, sus hijos reclaman a Londres la restitución de esas obras de arte, que el Museo Británico adquirió poco después de la Segunda Guerra
Mundial.
Sin embargo, según los fundamentos del citado magistrado, el Alto Tribunal de Justicia prohibió al Museo Británico restituir los dibujos a los herederos
legítimos, alegando que la ley del Parlamento que protege las colecciones de los museos británicos tiene prioridad sobre la "obligación moral" de devolver las
obras robadas a sus propietarios legales.
El principal asesor legal del gobierno, lord Peter Goldsmith, había pedido aclarar este caso, alertando que una sentencia de la corte, que afirmaba que había una
obligación moral de restituir esos objetos sentaría un precedente legal que abriría la puerta a los reclamos de Grecia.
La saga de los "mármoles Elgin", como se conoce en Inglaterra a los frisos del Partenón, que increíblemente están determinando la suerte de la familia Feldman,
comenzó en 1801, cuando el entonces embajador británico ante el Imperio Otomano, lord Elgin, encontró el Partenón en un estado de olvido y decrepitud total.
Lord Elgin "salvó" según algunos y "robó" según otros los frisos, al obtener una autorización del gobierno otomano (que dominaba Grecia entonces) para
transportarlos a Inglaterra. En 1816, los vendió al Museo Británico por 35.000 libras, una cifra que hoy se estima cercana a los US$ 2 millones.
Piezas en disputa
Los ingleses subrayan que el traslado contó con la autorización del que era entonces reconocido internacionalmente como el gobierno legítimo de Atenas, pero
los griegos consideran que los turcos eran una "fuerza de ocupación", y en 1983 comenzaron sus reclamos.
Otras de las piezas del museo que podrían ser sujetas a disputa incluyen los "Bronces de Benín", una colección de figuras de metal que, en 2002, el Parlamento
nigeriano declaró robadas durante la colonia y las "piezas de ajedrez de Lewis", un juego de maravillosas piezas celtas del siglo XIII que lugareños de la isla de
Lewis (en la costa escocesa) se rehusaron a devolver después de un préstamo por parte del museo, ya que fueron encontradas en la zona.
A esas obras se suman objetos tempranos de los aborígenes de Australia, reclamados por los descendientes en sus comunidades, las Tablas de la Ley etíopes,
que después de 50 años de campaña serán transferidas en un préstamo a largo plazo a la Iglesia Etíope de Londres, en cuanto haya un edificio disponible para
albergarlas; y la famosa Piedra Roseta, para la cual el Consejo Supremo de Antigüedades de Egipto está solicitando un préstamo de tres meses para cuando el
museo de Giza esté terminado.
Todo esto, naturalmente, se verá afectado por la decisión tomada ayer por el tribunal londinense.
Mientras tanto, una vocero de la Comisión para el Arte Robado en Europa, que representa a los herederos de Feldman, declaró tras la decisión de la corte que
la sentencia "era de gran importancia para todos los que reclaman obras de arte que fueron objeto de robo durante el nazismo".
La vocera destacó que el fallo cerraba el camino para una restitución de las obras robadas y reclamó un cambio de la ley.
Señaló que la familia de Feldman confía aún en que, "en acuerdo con el compromiso del Museo Británico de devolver" los cuatro dibujos a los herederos
legítimos, se encontrará una manera de efectuar la restitución de las obras.
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