15/Jun/05
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Tertulia del Oeste de Buenos Aires I
Crónica de una tertulia de sábado (11 de junio de 2005) en el Oeste del Gran Buenos Aires.
La mítica plaza de Morón, ya descripta por Borges en El oro de los tigres, fue atravesada por una invasión de porteños de ley, que jamás imaginaron
andar por estos andurriales, además de nosotros, vecinos de este gran Oeste bonaerense.
Más, dichos porteños habían arrastrado en su peregrinaje forasteros de allende los mares: Una pareja de vecinos de Chicago, capital del condado de Cook,
Illinois; con su Majestad el bebé más hermoso y tranquilo que puedan imaginar.
El joven padre, estudiante de literatura, está preparando su tesis sobre las sutilezas de la SCI-FI latina, sin darse cuenta de que este país ya lo había atrapado en
su red de conexiones mágicas.
(Aclaración necesaria: La encantadora pareja viene del condado de Cook. Salieron del Gallo, y miles de Km después los recibe el Gallo de Morón, alicaído, y a
veces desplumado. Maravillas del Significante.)
Estaba interesado en nuestras "Hombre mirando al sudeste" y "Moebius", y por supuesto Borges.
Un sanguíneo y vital compatriota, recién llegado de México (Diego Escarlón), tenía ese azorado y complacido gesto del que escucha su acento otra vez, y siente
que las cosas entre nosotros, los argentinos, siguen igual.
La mesa de la Tertulia se engalanó con la presencia de los maestros don Sergio Gaut vel Hartman; don Eduardo J. Carletti (ejemplar de pura raza Oeste
—más hacia el Oeste que Morón—, en este caso) y don Luis Pestarini.
La nota emotiva fue la presencia de un lector con el que dichos escritores habían mantenido contacto epistolar por más de 20 años, pero no se conocían en carne
y hueso (Pancho Fernández, emigrado en los últimos años desde la remota ciudad sureña de Río Gallegos), y que concurrió con su bella hija de "misterioso aire
morisco" según dichos de Sergio GvH. La cronista no puede dar detalles de la animada charla que se estableció entre ellos, si bien se los veía contentos.
Del otro lado de la mesa se armó un debate amable sobre las películas de CF argentinas y la historieta; mientras don Edu Carletti nos relataba fragmentos de sus
expediciones en busca de insectos en la selva salteña (¡cuidado con los troncos caídos!, pletóricos de riquezas y peligros innominables) ya que es un
coleccionista apasionado.
Edu nos dio valiosos consejos sobre como escribir SCI-FI, pero lamento decir que nada dijo sobre la técnica de las crónicas, por lo que me disculpo desde ya,
por lo subjetivo de la presente.
El tiempo transcurrió animado en charlas que se establecían por empatía entre los distintos miembros de la tertulia, y nos despedimos, contentos —espero que
todos— y felices.
Además de los nombrados, también estuvieron Mariano Chinelli, Omar Munharriz, Raúl Simonetti, Gladys Canizzo (esposa de EJC) y (claro) Cristina Padin.
Cristina P.
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