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Libros recibidos: August Eschenburg, de Steven Millhauser
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Escrita en la década de 1980, esta novela corta nos lleva a la Alemania de principios de siglo XX, para que conozcamos a un talentoso muchacho que crea
autómatas fuera de lo común.
Título:
August Eschenburg
Autor: Steven Millhauser
Taducción: Marcelo Cohen
Editorial: Interzona
Colección: Línea C
Junio - 2005
Decía Norman Spinrad que "ciencia ficción es lo que se publica en las revistas y libros de ciencia ficción". Con tres libros en las vitrinas, queda claro que, para la
editorial Interzona, literatura fantástica será, parafraseando a Spinrad, todo lo que el director de Línea C, Marcelo Cohen, considere que es literatura fantástica.
Si los lectores están o no de acuerdo con él, es harina de otro costal. En todo caso, siempre será un honesto intento por atraer a esos lectores "de género" hacia
una serie de experiencias eclécticamente provocadoras, como bien quedó demostrado con la publicación de Plop de Rafael Pinedo, o Preparativos
de viaje, la selección de cuentos de M. John Harrison.
Si de clasificar se trata, entonces, August Eschenburg, la novela corta de Steven Millhauser (originalmente publicada en 1985 dentro del volumen In
the Penny Arcade), es un relato de ciencia ficción. Pero no cualquier ciencia ficción. Se trata de una CF "mecánica", que remite a Ambrose Bierce y su
maestro de Moxon, por mencionar otro ejemplar de la misma especie, aunque escrito casi ocho décadas antes. Al fin y al cabo, en August Eschenburg
la CF es tan sólo una buena excusa para mostrarnos los tiempos veloces de las postrimerías del Segundo Reich alemán.
Steven Millhauser (1943) reúne suficientes méritos como para agregar adjetivos aquí. Baste decir que este excéntrico neoyorquino ganó el premio Pulitzer en
1996, el World Fantasy por mejor cuento en 1990 ("The Illusionist") y estuvo nominado a ese mismo premio en 1995 (por "The Sisterhood of Night"). La
novela corta que nos ocupa se ubica en la Alemania del kaiser Guillermo: una época de esplendor y cambios paradigmáticos. Es precisamente en ese Berlín
prusiano y frívolo, donde August descubrirá que su talentosa (e intransigente) vocación por los autómatas va a contracorriente de esos cambios.
El relato (que algunos críticos han calificado como "la nouvelle perfecta") es detallista y reflexivo, aunque también aséptico y desapasionado: cualidades ambas
que parecen asociadas con los alemanes y los mecanismos de relojería, propios de los autómatas. No hay aquí retruécanos ni emociones fuertes, sino el lógico
devenir del adolescente que tiene un talento y que, con ese tesoro y con sus sueños artísticos como escudo, intenta abrirse paso en un mundo aparentemente
esquivo y disfuncional.
Dice Marcelo Cohen sobre esta obra (en un reportaje que le realizara
Página/12 para el suplemento Radar): "Millhauser es un escritor que trabaja con la realización durante toda la vida de las fantasías de infancia;
crea hechos imposibles mediante esa proyección y estos hechos generan delicia en la misma medida que fracaso. Tres de sus libros fueron publicados en Chile,
no le fue bien, y después de seis meses de conversaciones lo convencimos, sobre todo porque él coincidía en que la
nouvelle debía publicarse por separado".
Tal vez, esta fábula secular que relata Millhauser podría ser contada, con algunos cambios drásticos de escenario, hoy mismo. Porque ya en ese entonces se
percibían las semillas de esa frivolidad "consumista" que hoy vemos a diario y en todo su esplendor.
Alejandro Alonso para Axxón y Garrafex News.
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Más información:
August Eschenburg, en la Web de Interzona
Steven Millhauser, en Radar
August Eschenburg, de Steven Millhauser, ya está en las librerías argentinas
Libros recibidos: Preparativos de viaje, de M. John Harrison
Libros recibidos: Plop, de Rafael Pinedo