08/Ago/05

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Otro viaje a Marte para buscar vida

(La Nueva España) Los marcianos no son los seres de aspecto humano, antipáticos y obsesionados con la paranoia que describió Bradbury. Tampoco los terribles monstruos aniquiladores de Wells. De existir o haber existido se trataría de microorganismos que, o bien se desarrollaron en la época en la que Marte era más húmedo y se extinguieron, o aún resisten en pequeños torrentes de agua templada o en capas de hielo semienterradas. La NASA enviará el próximo miércoles una nueva sonda al planeta rojo. Obtendrá las imágenes de su superficie de más alta resolución que se conocen para, así, estudiar la historia del agua marciana, indagar las zonas donde pudo desarrollarse actividad biológica y hallar posibles lugares de aterrizaje para futuras misiones, incluida la que llevará el hombre al planeta vecino.

La sonda Mars Reconnaissance Orbiter (MRO) saldrá en dirección a Marte impulsada por un cohete Atlas V de dos fases y 57,4 metros de altura, con una carga de combustible de 333.000 kilogramos. La MRO recorrerá 500 millones de kilómetros y llegará al planeta a mediados de marzo del próximo año. Los principales objetivos de su misión son analizar la historia climática del planeta y detectar zonas, con abundancia de agua en estado congelado, en las que iniciar la exploración para hallar rastros de vida.

Hace unos cuarenta años, los seres humanos recibimos las primeras imágenes tomadas sobre Marte por la sonda Mariner 4. Fue la constatación de un planeta desértico, sometido al impacto de meteoritos que mellaban su superficie al igual que ocurría en la Luna, a causa de la existencia de una minúscula atmósfera. Nada había del paisaje surcado por canales de agua construidos por una civilización avanzada que aseguraba ver Percival Lowell en base al descubrimiento de Giovanni Schiaparelli a finales del siglo XIX. No había huellas de marcianos.

Sin embargo, en los últimos años aumentaron las evidencias del rastro de agua en Marte. Ciertas formaciones geológicas parecen haber sido originadas por corrientes de agua y las capas de hielo (en las que se mezcla agua y dióxido de carbono helado) son más abundantes de lo inicialmente previsto. Es probable, además, que existan masas de hielo en el subsuelo.

La MRO irá equipada con la cámara telescópica de más resolución jamás construida para su uso en otro planeta, capaz de ofrecer con gran definición objetos del tamaño de una mesa de cocina. Mediante la combinación de imágenes y el uso de filtros, será posible obtener vistas tridimensionales con una resolución que revelará diferencias de altura de hasta 25 centímetros. La sonda peinará la superficie de Marte para ofrecer el más detallado álbum fotográfico del planeta, que podrá combinarse con las imágenes desde el suelo que han enviado en abundancia los dos «rovers» que circulan sobre el planeta. Además, un análisis de imágenes espectrales aumentará las posibilidades de detección de minerales que pudieran haber tenido alguna relación con el agua.

La NASA, que intenta recuperar aliento tras los desastres de su transbordador, ve en Marte una buena fuente para volver a recuperar su buena imagen de antaño. Y la carrera para que el primer hombre lo pise está en marcha.