26/Ago/05

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Peligro de "vaca loca" en Chile

(Radio Mitre / InfoBAE) La República de Chile, una de las que mejor se han conducido históricamente en cuanto a sanidad animal, fue puesta hace 48 horas en la lista de países con alto riesgo de padecer infecciones de Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), conocida popularmente como "Mal de la Vaca Loca". La EEB, enfermedad de alta letalidad y transmisible al hombre y otros mamíferos, se contrae al entrar en contacto con una proteína llamada prión, contenida en las carnes, vísceras y productos elaborados a partir de animales enfermos.

"Los consumidores deben estar tranquilos porque tenemos la certeza absoluta de que esta enfermedad no se encuentra en el país", aseguró Francisco Bahamonde, Director Nacional del Servicio Agrícola y Ganadero (SAG) de Chile.

La medida, adoptada por la Unión Europea, de colocar a Chile en la Lista 3 y suspender en consecuencia todas las importaciones de derivados cárnicos de ese país, se debe a que entre 1997 y 1999 el país latinoamericano efectuó importaciones de harinas de carne y hueso del Canadá, provenientes de zonas donde más tarde se desató la epidemia de EEB. Más tarde, en 2000, Chile importó similares productos de regiones de Estados Unidos que a su vez fueron también azotadas por la temible enfermedad.

El problema chileno se suscita en un momento en que tres países del Cono Sur (Argentina, Paraguay y Uruguay) han sido declarados libres de EEB y no aceptan, desde hace tiempo, importaciones de países que se sabe o sospecha que tienen presente al prión. El mismo Chile, de impecable actuación en sanidad animal hasta el momento, había sido declarado incluso "país libre de aftosa" sin obligación siquiera de vacunar a su stock de ganado.

La EEB, enfermedad propia de lanares y caprinos, se transmitió a las vacas como consecuencia de haberse utilizado en su alimentación menudencias de ovejas y cabras enfermas, y la epidemia se desató primitivamente en países anglosajones. Si el ser humano ingiere o entra en contacto con el prión de la EEB, desarrolla la forma humana de la enfermedad, llamada Síndrome de Creutzfeldt-Jacob (SCJ). No sólo se debe a la ingesta de productos contaminados, sino también a heridas producidas por huesos de animales enfermos o mediante la administración de medicamentos (típicamente hormona de crecimiento) de origen bovino. El SCJ comienza con síntomas neurológicos y psiquiátrcos similares a los del Mal de Alzheimer, progresa rápidamente con daños del sistema nervioso central, y su velocidad de ataque convierte al pronóstico en desesperado, conduciendo rápidamente a la incapacidad, el coma y la muerte.

A pesar de que el funcionario chileno minimizó los riesgos, asegurando que "los productos importados se destinaron a la alimentación de aves y no de bovinos", se recomienda a los consumidores del país ejercer un estricto control acerca de la procedencia de los alimentos que consumen y tomar las precauciones del caso.

Otras enfermedades humanas producidas por el mismo prión u otro parecido son la Variante del Síndrome de Creutzfeldt-Jacob (SCJV), la Nueva Variante del Síndrome de Creutzfeldt-Jacob (SCJNV), el kuru, el Síndrome de Gerstmann-Straussler-Scheinker y el insomnio familiar fatal (IFF), este último presente en España.

Todas estas enfermedades son mortales para los mamíferos (incluido el hombre), y ninguna de ellas posee cura conocida.