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Publicaciones recibidas: Fénix Exultante (La edad de oro, Libro II) de John C. Wright
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Faetón, exiliado de la fantástica sociedad de la Ecúmene Dorada, llega a la ciudad de Talaimannar, perseguido por los oscuros intereses de su difuso enemigo,
la Ecúmene Silente. Los únicos que pueden ayudarle son los marginados de la ciudad. ¿Alcanzará esa ayuda para recobrar todo lo perdido? ¿Bastará la habilidad y la determinación de Faetón para mantener vivo su sueño, volver a estar al mando de la nave estelar Fénix Exultante?
Título: Fénix exultante (La edad de oro, Libro II)
Título original: The Phoenix Exultant
Autor: John C. Wright
Traducción: Carlos Gardini
Colección: Bibliópolis Fantástica n° 26
Madrid, 2004
256 páginas
Para ser justo, empecemos por lo malo. El autor había
aclarado en entrevistas que los libros de ésta
trilogía eran una única obra, escrita de un tirón. Muy
cierto: si no se tiene a La Edad de Oro a mano
al comenzar a leer ésta obra, o no se tiene muy fresca
la memoria, la lectura de los primeros capítulos es
difícil. El autor busca aclarar el escenario, de por sí
complejo, cosa que es de agradecer; pero no basta.
Sigamos ahora con lo bueno: lo anterior es lo único
discutible de este libro. Cuando se entra en la historia,
este problema queda totalmente olvidado. Me sorprendió
notar lo rápido que eso se produce, y es interesante (e
instructivo) estudiar las técnicas que Wright usa para
obtener ese efecto.
Si esta trilogía es en realidad una única obra,
queda muy pronto claro que todo lo visto en La Edad de
Oro es solamente la introducción, la presentación del
escenario. Aquí empieza la verdadera acción: y se nota
en lo que sucede y en el cambio del estilo. La prosa es
más dinámica, el texto es más ágil, los diálogos,
más chispeantes. El autor se permite jugar con las
situaciones y entre líneas uno sospecha (y comparte, que
es mucho mejor) que se divierte y disfruta con su
creación.
Si en La Edad de Oro tenía que detenerme en
muchas ocasiones, para estudiar cómo el autor redacta los párrafos
(otra cosa que merece estudio, por cierto) en Fénix Exultante
terminé obligado a hacerlo para saborearlos. ¿El mérito es
del autor, o es del traductor? Pocas veces me pasa de desear leer la
obra en su idioma original, para ver si supera lo que leí en
español; hasta ahora, sólo me había ocurrido con El Señor
de los Anillos. Aquí la respuesta sólo puede darla Carlos Gardini.
El personaje de Faetón pasa por todo el espectro de
emociones, en situaciones creíbles y
queribles. Faetón toma carnadura humana, y el autor
hasta se permite toques de humor pegándole el gaste,
tomándolo en solfa o, incluso, parodiándolo. Aquí es
importantísimo el personaje de Dafne, que es francamente
adorable (y no es nada común ver personajes femeninos en CF, que sean femeninos sin ser estereotipados, otra cosa para estudiar). Junto
con el personaje de Atkins, Dafne eclipsa en
muchas ocasiones a Faetón, aunque quede siempre claro
que es el protagonista y eje de la historia. Todo con un
guiño pícaro de complicidad con el lector. Entonces
queda claro el por qué uno se entusiasma y no puede
dejar de leer.
Es extraño que ocurra eso, porque el libro da enorme
entusiasmo siendo muy duro.
Es duro porque el escenario frente a Faetón es cruel
y depresivo: si en La Edad de Oro Faetón estaba
en el cielo, en Fénix Exultante cae
al más profundo de los infiernos. Todo lo bueno
de la Ecúmene Dorada no tiene cabida en Talaimannar, o
es, para Faetón, completamente indiferente. Y sin
embargo, en medio de la desgracia, la degradación y la
derrota, se entiende qué es la Ecúmene Dorada, dónde
está su esencia.
Es duro porque Faetón, limitado a usar solo la
herramienta de su cerebro y sus manos, se termina
enfrentando a sí mismo, reconociendo y asumiendo sus
flaquezas y debilidades en la más profunda adversidad y
dolor. Y sin embargo, hundido en la desesperación
redescubre y reafirma quién es, y sigue adelante en pos
de su sueño, apoyado en su determinación, convicción,
principios y valores.
Y si el lector es latinoamericano, es duro por una
tercera razón. La sociedad de Talaimannar es dolorosamente análoga a la de nuestras
sociedades. En su
pobreza material, social y moral. En la mezquindad
personal y la mezquindad pública. En su indiferencia
frente a la injusticia, y su desidia frente a cualquier
destino. Y al igual que en nuestras sociedades, análoga
en estar dirigida por personas (o entidades) corruptas y
miserables, que realizan actos dudosos o degradantes en
nombre de buenos fines o intenciones, apoyándose en
una masa de gente apática, e indiferente a nada que no
sea el mero sobrevivir día a día. Las observaciones
sobre la sociedad de Talaimannar son puñales en el alma,
porque se refieren, en realidad, a nosotros mismos. Son
observaciones comprensivas, generosas, pero precisas e
implacables.
Muchas veces me detuve en la lectura a preguntarme si
el autor habrá vivido en Sudamérica durante algunos
años... o si en realidad EEUU no es tan diferente a
nuestros países como suponemos.
Y duele mucho reconocer que frente a un escenario tan
doloroso pero brillantemente descrito, el autor propone
una salida. Porque nosotros mismos, en nuestra literatura
(da igual si es de CF o no) no lo hacemos: mostramos lo
terrible, pero pareciera como que es inevitable dejarlo ahí, someterse
a él. ¿Quizá John C. Wright pueda hacerlo porque no es
latinoamericano? Dejo, por supuesto, esa pregunta abierta
a debate.
Obviamente, de la salida que el autor propone sólo
diré dos cosas: que merece buscarse en las páginas de
éste libro, y que las discusiones que va a generar
serán para alquilar balcones. Ya en el comentario de
La Edad de Oro dejé bien clara la
ideología del autor, y sus referentes. En ese sentido no es casual
que el subtítulo de este libro sea Desposeídos en Utopía. La
sociedad de Talaimannar hace recordar al Anarres de Ursula K.
Le Guin, pero en su versión negativa: todo un desafío para
afrontar, debatir y rebatir.
Quizá no sea la salida
apropiada, pero por lo que plantea basta (en mi opinión)
para que este libro sea de consumo masivo, porque esta
clase de planteos son cada vez más necesarios. Quizá esta obra de pié
a que nosotros mismos empecemos a plantearlos.
Para concluir, entonces, resumiendo: ¿qué van
a encontrar en este libro? Planteos muy críticos, duros,
desafiantes y estimulantes. En un texto muy ameno y dinámico, muy
bien llevado y redactado, con un estilo que merece considerarse y
hasta imitarse. Con mucho humor y complicidad con el lector, y
personajes que uno tiene ahí, al alcance de la mano. Y para los
amantes de CF, escenarios que les van a hacer temblar las patitas
de sorpresa y entusiasmo. ¿Algo más?
Quizá no tan casualmente, en la Lista Axxón y
Comunidad CF se planteaba el rechazo y desdén hacia la CF por parte
de los escritores de literatura "clásica". Por mi parte, de
ahora en más cuando me encuentre a uno de esos literatos que ponga
mala cara al oír "Ciencia Ficción", le desafiaré a
que lea esta obra y después hablemos... llevándole a hacerlo con una
buena patada en el culo.
Y para todo el ambiente de CF en español, corran a
buscar esta Trilogía porque después de leerla, se darán cuenta de
que los límites son ahora más altos: el desafío para
nuestras creaciones es mayor, y las apuestas que tendremos que hacer
serán más arriesgadas. Algo que no viene para nada mal.
¡Ah, me olvidaba! Todavía queda ver un libro
más...
Jorge Korzan para Axxón y Garrafex News.
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Más información:
La edad de oro I en Bibliópolis
La edad de oro II en Bibliópolis
Publicaciones recibidas: La edad de oro (Libro 1) de John C. Wright