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13/Oct/05



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Publicaciones recibidas: Fénix Exultante (La edad de oro, Libro II) de John C. Wright

Faetón, exiliado de la fantástica sociedad de la Ecúmene Dorada, llega a la ciudad de Talaimannar, perseguido por los oscuros intereses de su difuso enemigo, la Ecúmene Silente. Los únicos que pueden ayudarle son los marginados de la ciudad. ¿Alcanzará esa ayuda para recobrar todo lo perdido? ¿Bastará la habilidad y la determinación de Faetón para mantener vivo su sueño, volver a estar al mando de la nave estelar Fénix Exultante?



Título: Fénix exultante (La edad de oro, Libro II)
Título original: The Phoenix Exultant
Autor: John C. Wright
Traducción: Carlos Gardini
Colección: Bibliópolis Fantástica n° 26
Madrid, 2004
256 páginas

Para ser justo, empecemos por lo malo. El autor había aclarado en entrevistas que los libros de ésta trilogía eran una única obra, escrita de un tirón. Muy cierto: si no se tiene a La Edad de Oro a mano al comenzar a leer ésta obra, o no se tiene muy fresca la memoria, la lectura de los primeros capítulos es difícil. El autor busca aclarar el escenario, de por sí complejo, cosa que es de agradecer; pero no basta.

Sigamos ahora con lo bueno: lo anterior es lo único discutible de este libro. Cuando se entra en la historia, este problema queda totalmente olvidado. Me sorprendió notar lo rápido que eso se produce, y es interesante (e instructivo) estudiar las técnicas que Wright usa para obtener ese efecto.

Si esta trilogía es en realidad una única obra, queda muy pronto claro que todo lo visto en La Edad de Oro es solamente la introducción, la presentación del escenario. Aquí empieza la verdadera acción: y se nota en lo que sucede y en el cambio del estilo. La prosa es más dinámica, el texto es más ágil, los diálogos, más chispeantes. El autor se permite jugar con las situaciones y entre líneas uno sospecha (y comparte, que es mucho mejor) que se divierte y disfruta con su creación.

Si en La Edad de Oro tenía que detenerme en muchas ocasiones, para estudiar cómo el autor redacta los párrafos (otra cosa que merece estudio, por cierto) en Fénix Exultante terminé obligado a hacerlo para saborearlos. ¿El mérito es del autor, o es del traductor? Pocas veces me pasa de desear leer la obra en su idioma original, para ver si supera lo que leí en español; hasta ahora, sólo me había ocurrido con El Señor de los Anillos. Aquí la respuesta sólo puede darla Carlos Gardini.

El personaje de Faetón pasa por todo el espectro de emociones, en situaciones creíbles y queribles. Faetón toma carnadura humana, y el autor hasta se permite toques de humor pegándole el gaste, tomándolo en solfa o, incluso, parodiándolo. Aquí es importantísimo el personaje de Dafne, que es francamente adorable (y no es nada común ver personajes femeninos en CF, que sean femeninos sin ser estereotipados, otra cosa para estudiar). Junto con el personaje de Atkins, Dafne eclipsa en muchas ocasiones a Faetón, aunque quede siempre claro que es el protagonista y eje de la historia. Todo con un guiño pícaro de complicidad con el lector. Entonces queda claro el por qué uno se entusiasma y no puede dejar de leer.

Es extraño que ocurra eso, porque el libro da enorme entusiasmo siendo muy duro.

Es duro porque el escenario frente a Faetón es cruel y depresivo: si en La Edad de Oro Faetón estaba en el cielo, en Fénix Exultante cae al más profundo de los infiernos. Todo lo bueno de la Ecúmene Dorada no tiene cabida en Talaimannar, o es, para Faetón, completamente indiferente. Y sin embargo, en medio de la desgracia, la degradación y la derrota, se entiende qué es la Ecúmene Dorada, dónde está su esencia.

Es duro porque Faetón, limitado a usar solo la herramienta de su cerebro y sus manos, se termina enfrentando a sí mismo, reconociendo y asumiendo sus flaquezas y debilidades en la más profunda adversidad y dolor. Y sin embargo, hundido en la desesperación redescubre y reafirma quién es, y sigue adelante en pos de su sueño, apoyado en su determinación, convicción, principios y valores.

Y si el lector es latinoamericano, es duro por una tercera razón. La sociedad de Talaimannar es dolorosamente análoga a la de nuestras sociedades. En su pobreza material, social y moral. En la mezquindad personal y la mezquindad pública. En su indiferencia frente a la injusticia, y su desidia frente a cualquier destino. Y al igual que en nuestras sociedades, análoga en estar dirigida por personas (o entidades) corruptas y miserables, que realizan actos dudosos o degradantes en nombre de buenos fines o intenciones, apoyándose en una masa de gente apática, e indiferente a nada que no sea el mero sobrevivir día a día. Las observaciones sobre la sociedad de Talaimannar son puñales en el alma, porque se refieren, en realidad, a nosotros mismos. Son observaciones comprensivas, generosas, pero precisas e implacables.

Muchas veces me detuve en la lectura a preguntarme si el autor habrá vivido en Sudamérica durante algunos años... o si en realidad EEUU no es tan diferente a nuestros países como suponemos.

Y duele mucho reconocer que frente a un escenario tan doloroso pero brillantemente descrito, el autor propone una salida. Porque nosotros mismos, en nuestra literatura (da igual si es de CF o no) no lo hacemos: mostramos lo terrible, pero pareciera como que es inevitable dejarlo ahí, someterse a él. ¿Quizá John C. Wright pueda hacerlo porque no es latinoamericano? Dejo, por supuesto, esa pregunta abierta a debate.

Obviamente, de la salida que el autor propone sólo diré dos cosas: que merece buscarse en las páginas de éste libro, y que las discusiones que va a generar serán para alquilar balcones. Ya en el comentario de La Edad de Oro dejé bien clara la ideología del autor, y sus referentes. En ese sentido no es casual que el subtítulo de este libro sea Desposeídos en Utopía. La sociedad de Talaimannar hace recordar al Anarres de Ursula K. Le Guin, pero en su versión negativa: todo un desafío para afrontar, debatir y rebatir. 

Quizá no sea la salida apropiada, pero por lo que plantea basta (en mi opinión) para que este libro sea de consumo masivo, porque esta clase de planteos son cada vez más necesarios. Quizá esta obra de pié a que nosotros mismos empecemos a plantearlos.

Para concluir, entonces, resumiendo: ¿qué van a encontrar en este libro? Planteos muy críticos, duros, desafiantes y estimulantes. En un texto muy ameno y dinámico, muy bien llevado y redactado, con un estilo que merece considerarse y hasta imitarse. Con mucho humor y complicidad con el lector, y personajes que uno tiene ahí, al alcance de la mano. Y para los amantes de CF, escenarios que les van a hacer temblar las patitas de sorpresa y entusiasmo. ¿Algo más?

Quizá no tan casualmente, en la Lista Axxón y Comunidad CF se planteaba el rechazo y desdén hacia la CF por parte de los escritores de literatura "clásica". Por mi parte, de ahora en más cuando me encuentre a uno de esos literatos que ponga mala cara al oír "Ciencia Ficción", le desafiaré a que lea esta obra y después hablemos... llevándole a hacerlo con una buena patada en el culo.

Y para todo el ambiente de CF en español, corran a buscar esta Trilogía porque después de leerla, se darán cuenta de que los límites son ahora más altos: el desafío para nuestras creaciones es mayor, y las apuestas que tendremos que hacer serán más arriesgadas. Algo que no viene para nada mal.

¡Ah, me olvidaba! Todavía queda ver un libro más...

Jorge Korzan para Axxón y Garrafex News.

Más información:
La edad de oro I en Bibliópolis
La edad de oro II en Bibliópolis
Publicaciones recibidas: La edad de oro (Libro 1) de John C. Wright

            

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