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El libro de los afectos raros: Una presentación al estilo de Gamerro
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El 13 de octubre se presentó en el MALBA El libro de los afectos raros que reúne los cuentos de Carlos Gamerro editados por Norma.
El libro de los afectos raros
Carlos Gamerro
Norma
2005, Buenos Aires, Argentina
229 páginas
(Axxón) - El 13 de octubre se presentó en el MALBA [Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires] El libro de los afectos raros que reúne los
cuentos de Carlos Gamerro editados por Norma. Varios de los asistentes se vieron gratamente sorprendidos porque, contra la costumbre usual, en el hall del
museo se servía champagne antes de la presentación y muchos tomaron, entonces, su copa entre sonrisas. Sin embargo, el brindis correspondía a la
inauguración de cierta línea de diseño de joyas. Aún así, nadie se lamentó. Es que pocos podrían negar que los textos de Gamerro son piedras preciosas entre la
literatura argentina contemporánea.
La presentación se desarrolló en el auditorio del museo que lentamente fue poblando sus asientos. En el escenario, el autor le cedió la palabra a Elsa Drucaroff,
crítica literaria y también escritora. Ella advirtió que quizás su exposición fuera desordenada (amenaza infundada) pero que tal posibilidad se debía a su "vida
loca". A partir de esta confesión, y debido a los acontecimientos ulteriores que luego serán detallados, varias teorías se cuchichearon en la sala. Drucaroff
afirmó que la obra de Gamerro es la más interesante aparecida en los últimos veinte años y catalogó a su novela Las islas, publicada hace siete años,
como un mito. Destacó que su narrativa está atravesada por la argumentación que puede ser excesiva y delirante y que cada texto demuestra, a través de la
literatura, una tesis, que es siempre serena y lúcida. También agregó que los cuentos de El libro... son diversas tesis sobre el amor en sus distintas formas,
desde el amor sexual, pasando por el amor como adicción, hasta el amor como salvación. En todos ellos, como en toda su obra dijo Drucaroff, la risa es un
componente fundamental. Pero también destacó que existen momentos tremendos en los que el lector y el narrador dejan de reír. Propuso que Gamerro no es un
escritor moderno, sino un pleno autor del siglo XXI y que su operación con la razón es diferente a la que establecieron las vanguardias del siglo pasado
y que teorizaron Adorno y Horkheimer, quienes denunciaron que el camino de la razón moderna conduce a la barbarie. Según Drucaroff, Gamerro provoca
que la razón misma sea un disparate, "que la lógica más formal y el disparate brillen simultáneamente en una conjunción que nada tiene de forzado, que es
completamente serena, diría gloriosa si no fuera porque trae básicamente infelicidad y espanto." Luego hizo un breve análisis de los cuentos que comprenden la
edición.
Cuando llegó su turno, Carlos Gamerro estaba feliz. Comenzó contando el derrotero de este libro que esperó quince años su publicación. Dijo que fue el primer
texto que presentó en una editorial, pero que al ver que era de cuentos y a pesar de que eran elogiados los editores le decían: "Pero… ¿no tenés una novela?".
Y escribía una novela, entonces. Luego de publicada, insistía con los cuentos. Y recibía una nueva respuesta: "Pero, otra novela, ¿no tenés?" Así hasta completar
cuatro novelas y encontrar una editora que le publicara, esta vez sí, los cuentos. Por eso agradeció en primer lugar a Leonora Djament, de editorial Norma.
Luego al público que lo acompañaba, a Elsa Drucaroff por sus palabras, a sus alumnos desperdigados en la sala y a los actores que iban a representar uno de los
cuentos momentos después. Hasta pudo agradecer a Cristina Banegas por los consejos dados mientras los actores ensayaban. Elsa pudo acotar que el cuento
que iba a ser puesto en escena había sido dedicado a ella. Cierto rumor, en voz baja, recorrió el auditorio. En el escenario, Elsa le preguntaba a Carlos: "Pero
¿qué hacemos?, ¿bajamos, nos quedamos? ¿Bajamos?". Gamerro, con un manejo escénico y una prestancia que quizás se deban a los consejos de Banegas, le
dijo imperceptiblemente: "Ahora, esperá que caiga el telón", aunque el telón se corría de derecha a izquierda y de izquierda a derecha. Antes de que se cerrara
completamente, el escritor saludó por última vez a su público.
Ciro López, Milagros Tedesco y un preciso Sebastián Sohor pusieron en escena el cuento "Ella era frágil" que relata una intensa relación entre un fisiculturista
consagrado y una pequeña mujercita que se revela como una perversa una sadomasoquista dispuesta a todo, aún a costa de la ruina de su pareja, con el fin de
llegar al máximo placer. La estructura dialogal del cuento permitió una adaptación eficaz. El personaje femenino aparecía en los pliegues en la versión textual, en
el escenario una figura fantasmagórica representaba a esa mujer fatal. Debe recordarse que el cuento está dedicado a Elsa Drucaroff para entender que, una vez
que terminaron los aplausos a los actores y se indicó que se iba a realizar un brindis en el hall, una porción importante de la asistencia mirara con temor a la
escritora. Tal fue la peligrosidad emanada por el personaje del cuento. Algunas voces decían: "Ésta es chiquitita, también". Otros se apartaban en silencio. Hasta
que Elsa aclaró: "Charly me lo dedicó por una conversación teórica que tuvimos". Entonces los temerosos se acercaron a ella y brindaron a la salud del autor.
Gamerro, que como se dijo, hace funcionar la máquina de la desmesura en sus cuentos, no podía abandonar esa faceta en la vida real. Luego del brindis varios
de sus amigos propusieron continuar la celebración en algún restaurante. Y entre tantos de los que existen en la ciudad, entre los muchos que circundan al
MALBA allí cerquita, en Palermo Viejo, Carlos se decidió por una parrilla que queda en La Cárcova, en la Costanera Sur. Al otro lado del mundo, se podría
decir. Y sus amigos, que lo conocen y lo quieren, se plegaron al exceso y al desborde, organizaron taxis y autos hacia el sur y, en la plena noche de la primavera,
hacia allí partieron.
Diego Rojas para Axxón
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