22/Feb/05!f>
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En "Dumplings", de Fruit Chan, mujeres devoran bocadillos de fetos humanos
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(Clarín) - La superpoblación china debe ser un asunto lo bastante traumático como para generar que un tema tan difícil como el aborto se transforme en la clave
principal de un filme que mezcla terror, suspenso, drama sexual y apuntes de comedia negra.
Dumplings, el nuevo filme de Fruit Chan (es el primero en estrenarse en la Argentina), corre en esa franja delicada entre el humor negro, la tensión, la
crítica social y el mal gusto. Y si bien no consigue resolver la ecuación de una forma del todo satisfactoria, le alcanza para obtener momentos espeluznantes, otros
divertidos y algunos simplemente curiosos.
El filme se centra en una mujer famosa que, como muchas celebridades argentinas, al pasar la barrera de los cuarenta sienten la necesidad de verse más jóvenes,
de volver a atraer sexualmente a sus maridos (a los que sospechan, y en este caso con razón, manteniendo affaires amorosos con sus jovencísimas secretarias), y
de evitar todo rastro de vejez. Para hacerlo, están dispuestas a cualquier cosa.
El "método" en cuestión lo maneja una doctora (Bei Ling), quien ya desde su rostro y figura parece saber el secreto de la juventud eterna. Tras varios años como
abortista en China, donde la política estatal de tener un solo hijo generó un sinfín de abortos, la mujer ha puesto un "consultorio" muy especial en Hong Kong en
los que sirve los tradicionales "dumplings" de la comida china. Pero se trata de unos muy especiales, cuyo relleno llamémosle "fetal" es el que produce el milagro
de la eterna juventud.
Y allí va nuestra deprimida protagonista, superando el asco e impresión iniciales, para sumirse a una comilona de esos raviolitos rellenos con carne, sin
preocuparle demasiado que lo suyo pueda ser tildado de canibalismo. Claro que las cosas se van a complicar, ya que se trata de un proceso por el que hay que
pagar sus consecuencias.
Es raro que en estos años en los que han empezado a llegar más cine asiático, los títulos que se estrenan no sean particularmente de lo más destacable de esas
filmografías.Dumplings ni siquiera es lo mejor de Chan —su primer título, Made in Hong Kong, es un clásico del cine arte de ese país—, pero es de suponer que
su shockeante temática es la que lo haría atractivo para el público. El problema es que Dumplings fue conocido anteriormente como un cortometraje de los que
integraban la serie Three... Extremes, que funcionaba muy bien desde la sorpresa y el espanto, condensando la historia en 30 minutos. Aquí todo parece estirado,
un "dumpling" demasiado relleno con ingredientes innecesarios. Aún así, Chan es lo suficientemente buen cineasta, la fotografía de Chris Doyle es cuidada y sin
sus excesos más notorios, y los apuntes de horror y de crítica social son tan bien manejados, que no deja de tener sus puntos de interés.
Más allá de las fronteras del asco o buen gusto de cada espectador, Chan apunta al corazón de la obsesión por la belleza, intentando una crítica a una sociedad
dispuesta, metafóricamente, a comerse a sus hijos con tal de no perder la figura y el status que esa juventud provoca. Lo logra a medias y necesita un espectador
dispuesto a entrar en sus perversos códigos. ¿Los habrá?
Aportado por Eduardo J. Carletti
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