25/Ago/07

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Rusia exhibe las naves espaciales para viajar a la Luna y Marte

El salón aeroespacial internacional MAKS-2007 inaugurado esta semana en la localidad Zhukovski, cerca a Moscú, expone modelos rusos que se perfilan como innovaciones de vanguardia en la industria mundial de cohetes espaciales.

Para los expertos, los modelos rusos fueron una sorpresa ya que MAKS-2007 transcurre apenas dos meses después del prestigioso salón aeroespacial francés Le Bourget, donde al parecer, ya se había presentado lo último en el mundo en aviación y tecnología espacial.

Si en la pasada edición del salón MAKS-2005 la revelación fue la nave tripulada de uso múltiple Kliper, diseñada por la corporación espacial Energía, este año el favorito puede ser el Centro Estatal de Construcción de Cohetes Makéyev , localizado en la zona de los montes Urales, catalogado entre los mejores fabricantes de sistemas de misiles balísticos intercontinentales.

En su pabellón, Makéyev presenta dos innovaciones tecnológicas originales aplicables a cohetes portadores o lanzaderas, los elementos esenciales para poner en órbita satélites, naves tripuladas, estaciones orbitales y sondas interplanetarias.

La primera innovación es el cohete de dos etapas Rossianka, presentado por sus diseñadores como uno de los primeros portadores rusos de uso múltiple en capacidad de ubicar naves tripuladas o sondas automáticas en la trayectoria de vuelo hacia la Luna y Marte.

La particularidad del Rossianka radica en que la primera fase del cohete, una vez separado de la segunda fase con la carga útil (satélite o nave tripulada) a la altura establecida, cae en descenso controlado cerca al lugar del lanzamiento con ayuda de sus propios propulsores de ignición múltiple.

Una vez recuperada, y tras labores de mantenimiento, esa primera etapa puede utilizase de nuevo para otros lanzamientos, lo que reduce substancialmente los costos de las misiones espaciales.

El hecho de que en MAKS-2007 se exhiban tecnologías relacionadas con vuelos a la Luna y Marte, implica que la agencia espacial rusa Roscomos tiene intenciones de revisar el programa nacional espacial que en su concepción actual, no contempla proyectos específicos para el envió de aparatos automáticos o viajes tripulados más allá del entorno orbital de la Tierra hasta el año 2015.

De esta manera, si a corto plazo el proyecto Rossianka se elige como el cohete portador para realizar las misiones lunar y marciana, Roscomos deberá emprender un programa escalonado para corregir la financiación de los proyectos destinados a la investigación interplanetaria.

El segundo proyecto del Centro Makéyev presentado en MAKS-2007 denominado "Lanzamiento en Vuelo" (Air Launch) tiene perspectivas más concretas porque figura en el programa espacial ruso para el período 2006-2015.

La concepción del proyecto consiste en que los cohetes para ubicar la carga útil en órbita no necesitan plataformas de lanzamiento terrestres de mantenimiento costoso y serias implicaciones ecológicas.

En calidad de cohete portador se proponen las lanzaderas Poliot que consumen combustible ecológicamente seguro, y en lugar del lanzamiento en tierra, los cohetes con la carga útil despegan desde un avión de transporte AN-124 Ruslán en pleno vuelo.

Desde el punto de vista comercial, el proyecto "Lanzamiento en Vuelo" tiene buenas perspectivas pues ya han sido firmados acuerdos con Indonesia para el lanzamiento de cohetes Poliot desde aviones Ruslán en vuelos sobre la isla indonesa Biac.

Hay que destacar que para la ubicación de satélites, esa isla tiene una ubicación muy apropiada pues se encuentra prácticamente sobre la línea ecuatorial, a un grado de latitud sur, y en consecuencia, desde Biac se podrán poner en órbita satélites mucho más pesados comparados con los satélites que pueden ubicar mediante cohetes análogos lanzados desde los cosmódromos de Baikonur o Plesetsk.

Según expertos, el lanzamiento de un cohete Poliot lanzado con técnica Air Launch desde Biac tendrá un costo de al menos 23 millones de dólares, es decir, el 50 % menos del precio del lanzamiento de un cohete Soyuz-2.

Fuente: Ria Novosti. Aportado por Diego Barcia