29/Sep/08!f>
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Las hermanas del Sol podrían haber sembrado vida en la Tierra
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Un equipo internacional de investigadores ha identificado un nuevo lugar donde buscar vida: en los planetas que giran
alrededor de las hermanas estelares del Sol
Un cúmulo de estrellas recién nacidas que podrían compartir rocas portadoras de
vida entre ellas.
La mayor parte de las estrellas en la Vía Láctea empezaron en nubes de polvo y gas que finalmente formaron cúmulos
de estrellas. Si nuestro Sol empezó la vida en ese escenario, el cúmulo muy probablemente se habría dispersado
después de unos cientos de millones de años.
Pero ese tiempo puede haber sido suficiente para que la vida viajase entre los escombros rocosos que rodean a cada
estrella naciente, de acuerdo con un estudio conducido por Mauri Valtonen, astrónomo en la Universidad Turku en
Finlandia.
Los experimentos de romper rocas han sugerido que los microbios indudablemente podían sobrevivir a un choque
enorme que los incrustara en los escombros y los lanzara al vacío.
Y un reciente estudio de Edward Belbruno y los colegas de la Princeton University mostraba que los planetas en
cúmulos estelares densos podían despedir no menos que 1018 rocas en los primeros 100 millones de años, a
velocidades bastante lentas de modo que otras estrellas las capturaran.
La nueva investigación sugiere que los microbios de otros sistemas planetarios, si existían, bien pudieron dar un paseo en
esas rocas, siempre y cuando las rocas tuvieran el tamaño suficiente para proteger a los organismos de rayos cósmicos y
del calor del impacto. Si el Sol hubiera nacido en un cúmulo, habría tenido el tiempo suficiente para capturar unas 100
rocas portadoras de vida antes de que el cúmulo se dispersara, dicen los investigadores.
Belbruno señala una reserva sobre el resultado. Las rocas que se mueven lentamente para ser captadas por las otras
estrellas tardarán decenas de millones de años en llegar a las vecinas. Se desconoce si los microbios pueden sobrevivir
tanto tiempo en el espacio interestelar, señala.
Sin embargo, el resultado de Valtonen significa que podríamos tener mejores oportunidades de encontrar algo similar a
la vida terrestre si pudiéramos rastrear a los ex-hermanos del Sol.
Encontrar esas estrellas podría ser posible con el telescopio Gaia, de la ESA, programado su lanzamiento en 2011. El
satélite en órbita medirá el correcto movimiento de unos mil millones de estrellas. Debería permitir a los astrónomos
buscar las posiciones de las estrellas, retrocediendo hasta donde estaban hace miles de millones de años.
El estudio será publicado en la próxima edición de The Astrophysical Journal.
Fuente: New Scientist. Aportado por Graciela
Lorenzo Tillard
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Artículo original (inglés)