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16/Nov/08



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La CF de "New Scientist" (2ª parte)

Hace unas semanas informamos de que la revista New Scientist preparaba un especial acerca de la ciencia ficción, con la pregunta si la ciencia ficción estaba muriendo. Dicho especial ya se ha publicado

En primer lugar se detalla el resultado de la encuesta realizada entre sus lectores. Éstos han votado un total de 254 libros y 129 películas.

Según los lectores de New Scientist las 5 mejores novelas son:

1. Dune
2. La serie de Fundación
3. La guía del autostopista galáctico
4. El juego de Ender
5. La serie de Hyperion

Y las 5 mejores películas:

1. Blade Runner
2. 2001
3. Serenity
4. Planeta Prohibido
5. Matrix

Además en el especial se incluyen la opinión de destacados escritores acerca del futuro del género.

Opiniones

Margaret Atwood

¿Está la ciencia ficción fuera de época? No tiene sentido preguntarme a mí, soy demasiado vieja, de modo que tuve una charla con Randy -empleado de banco- que tiene el aspecto de tener unos 25. (Eso puede significar 35: cuando uno se pone más viejo, los jóvenes parecen más jóvenes, como cuando uno es joven los viejos parecen más viejos. El tiempo es relativo. Lo sé por leer ciencia ficción.) Sabía que era un fan de la ciencia ficción porque me dijo que le gustaban Oryx y Crake. De modo que mientras estaba quitando la llave que se me había atorado en mi propia caja de seguridad, le pregunté a él qué pensaba.

La primera parte de nuestra conversación fue sobre el significado del término ciencia ficción. Para Randy -y creo que es representativo- la ciencia ficción incluye otros planetas, que pueden o no tener dragones. Incluye lo rabiosamente paranormal: no a su tía que sacude la mesa ni cosas que chirrían, sino gente que cambia de forma y personas con globos oculares rojos y sin pupilas, y Cosas que invaden su cuerpo. Incluye, por supuesto, naves espaciales, científicos locos y Experimentos Que Salen Espantosamente Mal. El horror corriente y normal no cuenta, sí los asesinos con sierra de cadena esas cosas. Randy y yo estuvimos de acuerdo en que uno podría encontrarse con uno ésos caminando por la calle. Lo que realmente cuenta, para Randy, es lo que uno no se encontraría caminando por la calle. Y él piensa que estas cosas no están fuera de época.

Coincido con él. No toda la ciencia ficción es "ciencia"; la ciencia ocurre dentro de ella como un movilizador de la trama, una herramienta, pero todo es ficción. Esta forma narrativa ha estado siempre con nosotros: solía ser de la clase con ángeles y demonios. Es la vía de acceso a la parte más oscura y también a la parte más brillante de nuestro mundo imaginativo humano; un mapa de lo que la mayoría de nosotros deseamos y también lo que tememos. Por eso es una forma importante. Apunta a lo que haríamos si pudiéramos. Y que podemos cada vez más, gracias a la "ciencia".

William Gibson

¿El futuro de la ciencia ficción? Estamos viviendo en él. Esas tablas de "Historia Futura" en la parte posterior de cada edición en rústica de Robert A. Heinlein, cuando tenía unos 14, tenían los comienzos del siglo XXI etiquetados como los "Años Locos". Tenía una dictadura teocrática en EE.UU. por entonces. Espero que no nos toque. De otra manera, estoy suponiendo que estamos en esos años.

La cosa llamada ciencia ficción que hacemos con literatura siempre estará con nosotros. El género que hemos llamado ciencia ficción aproximadamente desde 1927, tal vez no tanto. Tiene algo que ver con la naturaleza de los géneros, sin embargo, y nada con la naturaleza de la ciencia ficción.

Lo único útil que he aprendido de la ciencia ficción es que cada momento presente, siempre, es el pasado de otra persona y el futuro de otra persona. Lo aprendí siendo un niño en los '50, leyendo ciencia ficción escrita en los '40; leyéndola antes de conocer en realidad gran parte sobre la historia de los '40 o, realmente, sobre cualquier historia en absoluto. Literalmente, tuve que deducir el hecho de la segunda guerra mundial, aplicando ingeniería inversa a mi primera repetición personal de la historia del siglo XX desde la ciencia ficción de los '40. Crecí en una monocultura -lo encontré muy problemático- y la ciencia ficción me proporcionó un grado de perspectiva cultural que me salvó la vida y que nunca habría tenido de otra manera. Espero que todavía lo esté haciendo, para las personas que lo necesitan, pero en estos días muchas otras cosas también lo están haciendo.

Algunos años después de descubrir la tabla de la Historia Futura de Heinlein, adopté sin pensarlo mucho el dictamen de J. G. Ballard de "La tierra era el planeta alienígena", que el porvenir es ahora. El espacio sideral (hasta donde llegaba la ciencia ficción) se volvió metafórico. Se convirtió en el espacio interior.

Cuando empecé a escribir ciencia ficción yo mismo, en mis veintes, descubrí que sólo podía dejar a la Tierra de una manera tímidamente nostálgica, en baja órbita, que el porvenir había migrado en diferentes conceptos emergentes, uno de los cuales decidí llamar "ciberespacio".

Cuando tenía doce, no quería otra cosa que ser un autor de ciencia ficción. Hoy, no estoy seguro de haber me convertido en uno realmente. Sospecho que ya era otra cosa cuando empecé, probablemente lo que Donald Theall (1928-2008) definió como "paramodernista", que significa cualquier texto cultural que no es moderno ni postmoderno, pero que puede ser clasificado como cualquiera o como ambos. Di por sentado que el momento actual era siempre infinitamente más extraño y más complejo que cualquier "futuro" que pudiera imaginar. Mi arte sería (durante un tiempo, de todos modos) importar raros fragmentos raros del presente siempre-ajeno en "mundos" (como decimos en la ciencia ficción) que pretendían ser "el futuro".

Si pudiera acceder mágicamente a un cuerpo de conocimientos del verdadero futuro, pienso que elegiría su historia del pasado antiguo o lo que tuvieran y que más se pareciera a la ciencia ficción. Los productos de dos actividades especulativas diferentes. Ellos sabrán mucho más sobre nuestro pasado que nosotros, y al tratar de aplicar ingeniería inversa a la historia desde los sueños, como recuerdo, fue una actividad excepcionalmente excitante.

Ursula K Le Guin

Es desalentador juzgar y hablar del "futuro de" cualquier tipo de ficción, incluso el futuro de los mismos libros, cuando la industria editorial está en un tumulto de cambio tecnológico. ¿Salvará la impresión según demanda al libro? ¿Estaremos pronto todos leyendo novelas en nuestros teléfonos celulares como los japoneses? ¿Está listo para transferir la prosa en texto interactivo? ¿O está muerta la letra? Nadie lo sabe. Pero supongo que alguna ciencia ficción interesante aparecerá en formas como la novela gráfica y la película animada. "Vivir" las películas de ciencia ficción con efectos costosos se estacionó en el estúpido modo del éxito de taquillas, pero los gráficos y la animación son tan flexibles y libres -casi- como la imaginación de los autores y lectores, y apenas hemos empezado a ver la inteligencia y la belleza que esas formas pueden expresar.

La ciencia ficción que pretendió mostrarnos el futuro no puede mantenerse con el presente. No pudo prever la revolución electrónica, por ejemplo. Ahora que la ciencia y la tecnología se mueven más rápido que nunca, mucha ciencia ficción es realmente fantasía con traje espacial: ilusiones sobre imperios galácticos y cibersexo -a menudo un poco reaccionario. Las cosas son más vivas sobre el costado social y político, donde se puede confiar en la naturaleza humana, que no se modifica todos los años, para suministrar buen material para novelas sólidas. Autores como Geoff Ryman y China Miéville están mostrando el camino, o Michael Chabon, que renuncia al futuro para darnos un maravilloso presente alternativo en El sindicato de los policías yiddish.

La diferencia entre la ciencia ficción y el realismo nunca fue tan claro como los esnob del género querían que fuera. Me regocijo al pensar que ambos términos ya son en gran parte históricos; son moldes de los que la literatura se está liberando, como lo hace siempre, para encontrar nuevas formas.

Stephen Baxter

Es verdad que muchos de los viejos sueños de la ciencia ficción han sido cumplidos, o desviados. Y se siente como si estuviéramos viviendo a través de un tiempo de cambios acelerados. Pero la ciencia ficción trataba -pocas veces- sobre el pronóstico de un futuro seguro, más sobre las ansiedades y sueños del presente en que era escrita. En los días de H. G. Wells, la gran conmoción de la teoría evolutiva se abría camino a través de la sociedad, de modo que el clásico La máquina del tiempo de Wells de 1895 no es realmente una predicción para el año 802.701 AD, sino una reflexión angustiada sobre las implicancias del Darwinismo para humanidad.

A medida que la ciencia ha seguido adelante, se generó toda una variedad de "futuros" de ciencia ficción. En los '50 y '60 teníamos relatos de la guerra nuclear y su período subsiguiente, como Un cántico para Liebowitz, de Walter Miller. Los '80 vieron una explosión de potencia de computación que condujo a fantasías "cyberpunk" como Neuromancer de William Gibson. Hoy tenemos la posibilidad de un futuro trans-humano abierto por la tecnología de la información y la biotecnología; vea los libros como El secreto de la vida, de Paul McAuley, como respuesta. Y los grandes asuntos del cambio climático son explorados, por ejemplo, en la serie Ciencia en el Capitolio de Kim Stanley Robinson, y mi propia Flood. La ciencia ficción es una manera de enfrentar el cambio, de aprender sobre él, de interiorizarlo; no tanta profecía como una especie de terapia de masas, quizás. Por supuesto en la actualidad uno consigue un libro como The Flood de Maggie Gee, una historia de desastre del futuro cercano, publicado sin ninguna referencia al género en absoluto. Particularmente no pienso que esté mal. En realidad muestra el éxito de la ciencia ficción y sus métodos. La ciencia ficción ha sido asimilada, pero todavía está ahí, y todavía desempeña la misma función.

En los próximos años, si nos quedamos sin alguna cosa, petróleo, agua fresca, aire limpio, el mismo cambio no escaseará de material. De modo que no habrá escasez de materia prima para la ciencia ficción, y una necesidad de ella, sea como sea que la etiqueten en las librerías.

Kim Stanley Robinson

La ciencia ficción es ahora simplemente realismo, la definición de nuestro tiempo. Uno podría imaginar que el género por lo tanto se funde en todo lo demás y desaparece. Pero las historias siempre serán ubicadas en el futuro, un espacio muy interesante, y hay una categoría editorial dedicada a ellas. De modo que hay un futuro para la ciencia ficción.

Será más difícil hacerla, sin embargo, porque necesita ser el resultado de las realidades de la época, no de las ideas de alguna década pasada. El rápido cambio tecnológico, la imprevisible política mundial y el inevitable cambio climático de estos días, todo se combina con la contingencia para hacer imposible imaginar nuestro futuro real. Algo ocurrirá, pero no podemos saber qué.

Una solución es saltar más allá del siguiente siglo a las comodidades familiares de la ficción espacial. Si sobrevivimos saldremos hacia allí, y es una gran zona de historia. Sin incluir el siguiente siglo, sin embargo, la conexión histórica imaginada entre el ahora y el después estará rota, y la ficción espacial se convertirá en una especie de fantasía. Tenemos que imaginar toda la cosa.

Así que tenemos que hacer lo imposible e imaginar el siguiente siglo. La otra probabilidad es mala, no exactamente una distopía sino una catástrofe, un evento de extinción masiva que habremos causado y luego sufrido nosotros mismos. Ésa es una historia que deberíamos contar, repetidamente, pero es sólo la mitad de la zona de probabilidad. También está dentro de nuestros poderes crear un permacultura sustentable en una biosfera saludable.

El futuro es por lo tanto una especie de península atenuante, que corre hacia adelante con saltos bruscos a ambos lados. No hay ninguna posibilidad de conformarnos con algunos buenos y algunos malos; o solucionamos los problemas o fracasamos desastrosamente. Es una utopía o una catástrofe. La ciencia ficción es buena en los dos modos. ¿Será divertida también? Divertida, entretenida, provocadora. Sí.

Fuente: NotCF. Aportado por Graciela Lorenzo Tillard

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