Entrevista con Stefano Bessoni, director de «Imago mortis»

Título: Imago mortis
Título original: Imago mortis
Dirección: Stefano Bessoni
País: Italia, España, Irlanda
Año: 2009
Fecha de estreno: 24/07/2009
Duración: 109 min.
Género: Thriller, Intriga, Terror
Reparto: Geraldine Chaplin, Oona Chaplin, Alberto Amarilla, Leticia Dolera, Álex Angulo, Jun Ichikawa, Silvia De Santis, Francesco Carnelutti, Kenji Kohashi, Lorenzo Pedrotti
Pagina Web Oficial: http://www.imagomortis.es/

El próximo 24 de julio llega a los cines de España Imago Mortis, un escalofriante thriller que gira entorno a un misterioso dispositivo, el Tanatoscopio.

En Imago Mortis se nos presenta a Girolamo Fumagalli, un oscuro científico del siglo XVII obsesionado con la reproducción de imágenes. Sus pioneros experimentos supusieron el inicio de la Tanatografía, la reproducción de la última imagen fijada en la retina de una víctima a la que se le extraen los globos oculares en el momento justo de su muerte. Sus experimentos justificaron sus crueles crímenes, pero una vez descubierto, Fumagalli fue condenado a muerte y ajusticiado.

Entrevista

– Antes incluso de ver la película, salta a la vista el hecho de que se trata de un experimento totalmente único en el cine italiano de hoy en día…
Nuestro antiguo cine de género ya no existe. En los años 50 y 60 se vieron verdaderas obras pioneras en el campo de lo fantástico y del horror, sólo hay que pensar en Freda o en Mario Bava. En los últimos años parece que todo esto se acabó, y un universo lleno de referencias y de incursiones en el cine fantástico se desvaneció de golpe.

– Aparece entonces «Imago mortis»…
… sí, estoy orgulloso de haber contribuido un poco a relanzar un género olvidado desde hace tanto tiempo. Sobre todo teniendo en cuenta que la película nació hace ya mucho tiempo, por lo menos en mi imaginación.

– Entonces, veamos. Stefano Bessoni es igual a decir dibujante de cómics, zoólogo frustrado, y ahora director. ¿Falta algo?
Eso es todo. Digamos que siempre he sentido una fascinación total hacia el mundo científico. Hace algunos años pensé que la cosa más normal para alguien como yo era ocuparme a tiempo completo de la ciencia, especialmente de la zoología. Por eso me inscribí en la facultad, para poder introducirme en ello.

– ¿Un ambiente que no era para usted?
No, más bien un trabajo que no correspondía con lo que yo tenía en mente. Y por fin comprendí que no quería vivir ese mundo, sino que quería contarlo.

– Y entonces empezó con esos dibujos que ahora campan a sus anchas por su blog…
A través del dibujo he creado mi universo fantástico, un mundo lleno de personajes, historias, situaciones que manifiestan mi pasión por un mundo totalmente real para mí, aunque sea fantástico, encantado. Adoro las fábulas, sobre todo las fábulas negras…

– Y en el fondo su película es una fábula negra, y a la vez, como la ha descrito, una historia de fantasmas. ¿Cuál fue la razón que te hizo abandonar los lápices para utilizar la cámara?
El cine siempre ha sido una de mis pasiones. Crecí devorando centenares de películas, con una predilección particular por todo aquello que se me antojaba más cercano a mi sensibilidad. Desde las maravillosas películas de los años 50 de la Hammer, a los clásicos del expresionismo alemán, pasando por todo nuestro cine de género de los años 40. Nunca habría pensado que llegaría a dirigir una película, me parecía uno de esos sueños imposibles de realizar.

– Y sin embargo…
La idea me vino en torno a los años 80 con el cine de autor europeo. Una verdadera iluminación. Hubo dos películas que despertaron en mí una nueva concepción: «Conspiración de mujeres» de Greenaway y «El cielo sobre Berlín» de Wenders. En aquel momento comprendí que mi futuro, de un modo u otro, estaba en el cine. Comencé a mover mis primeros cortometrajes, participando en algunos festivales dedicados a directores independientes donde conseguí incluso algún premio. Sin contar con que durante algunos años colaboré con Pupi Avati, a quien debo todo mi reconocimiento. Finalmente llegó mi primer largometraje, «Frammenti di scienze inesatte», que sin embargo no consiguió distribución en salas.

– ¿Cómo llegó entonces «Imago mortis», su primer largometraje con distribución oficial?
Fue un camino bastante tortuoso, sobre todo en lo que respecta al guión. Algunos de mis colaboradores, entre los cuáles estaba el gran Richard Stanley, dieron vida a borradores que no me convencían, los sentía lejos de mi mundo, de lo que quería contar realmente. Después tuve la suerte de encontrar a Luis Berdejo (guionista de la famosa «[Rec]»), y me sentí realmente feliz cuando descubrí que estaba mi misma onda. Tenemos los mismos gustos y la misma visión, tuvimos una sintonía total que hizo que en dos semanas de trabajo naciera el guión definitivo de la película. De los borradores anteriores no quedó prácticamente nada.

– ¿Qué hay de realidad en la tanatografía?
La tanatografía, entendida como una técnica, es una pura invención, aunque tiene sus raíces en algunos experimentos. Siempre me han atraído las ciencias ocultas y la alquimia. He llevado a cabo diferentes estudios acerca de este tema, y me he documentado lo mejor posible. La captura de las imágenes es sin duda uno de los mundos más fascinantes en los que me he sumergido. Capturar la muerte en el ojo del cadáver es algo que va más allá de la imaginación de cualquiera, aunque no es un tema que tenga que ver directamente con lo sobrenatural. Es por eso que inventé el personaje de Girolamo Fumagalli, el personaje central de la película, un misterioso científico del Seicento que inventó una macabra técnica denominada tanatografía y construyó el tanatógrafo, un instrumento con el que fotografiar la persistencia retiniana de la muerte en el ojo del cadáver.

Fuente: Noticine y otros. Aportado por Eduardo J. Carletti