¿Se deben enviar astronautas a los huecos gravitatorios?

Con las crecientes dudas sobre la viabilidad de volver a la Luna o apuntar directamente a Marte, ha surgido otra opción para nuestros próximos pasos en el espacio: los «puntos clave» de gravedad llamados puntos de Lagrange, que se encuentran a 1 millón de kilómetros de distancia

Un grupo de trabajo que puso la Casa Blanca para revisar los planes de los vuelos espaciales de la NASA está considerando la posibilidad de recomendar eso como parte de una opción de «espacio profundo» en un informe que se espera en breve. Pero ¿por qué enviar humanos a un sitio vacío en el espacio?

Los puntos de Lagrange, o lagrangianos, son grandes franjas de espacio en las que la gravedad de la Tierra y el Sol son exactamente iguales, haciendo que los objetos se mantengan allí con muy poco esfuerzo.

Debido a que están muy lejos de estrellas calientes y planetas, se convierten en útiles paraísos para colocar allí telescopios ultra-fríos capaces de medir las fluctuaciones de temperatura del espacio profundo.

La sonda Wilkinson Microwave Anisotropy (WMAP), que mide la radiación del Big Bang, está afincada en un punto de Lagrange llamado L2 a más de 1 millón de kilómetros distancia. El sucesor del Telescopio Espacial Hubble, el gran telescopio espacial James Webb, también será enviado a ese lugar, que se encuentra en línea con el Sol y la Tierra (ver ilustración).

Reparación de telescopios

«Si nos fijamos en nuestra lista de diseños de futuros telescopios espaciales, casi todos ellos van a ir a L2», dice Dan Lester de la Universidad de Texas en Austin, que habló con el comité de revisión de los vuelos espaciales en julio. «Ese pronto va a ser un lugar atestado.»

¿Qué pueden hacer allí los seres humanos? Una tarea útil es la reparación y mejora de los nuevos telescopios, tal como lo han hecho cinco veces los astronautas con el Hubble.

«El Hubble es, probablemente, el centro científico más productivo que se haya desarrollado en la historia de la ciencia, y es, en gran medida, porque cada cuatro o cinco años sacamos los instrumentos antiguos … y continuamos con nuevos instrumentos encargados de cuestiones diferentes y con la última tecnología», dice Lester. «Si queremos que los seres humanos tengan algo que hacer con los nuevos telescopios, realmente tenemos que pensar en los puntos de Lagrange».

Superautopista del Sistema Solar

Puede ser que los astronautas no tengan que ir tan lejos como L2 para encontrar esta utilidad. Existen puntos de Lagrange en el sistema Tierra-Luna, y los otros planetas del Sistema Solar también cuentan con puntos de Lagrange con el Sol.

Es sorprendente la poca energía que se necesita para viajar entre estos puntos. Esto se debe a que los cuerpos masivos como el Sol y los planetas tienen campos gravitatorios que se asemejan a montañas y colinas, pero los puntos de Lagrange son las tierras bajas en la gravedad. Una vez determinado el camino correcto, la nave espacial puede navegar siguiendo los contornos gravitatorios en el espacio entre las tierras bajas, como si uno viajase en una autopista interplanetaria.

«Ir y venir entre los puntos de Lagrange Tierra-Sol y Tierra-Luna es bastante parecido a darle a la cosa un ligero empujón», dijo Lester a New Scientist.

El área de ensayo

Los futuros astronautas podrían reparar los telescopios en una «zona de andamios» en el punto de Lagrange más cercano, que es el Tierra-Luna, y enviarlos de vuelta a L2 cuando estén listos. También podrían ensamblar grandes telescopios o naves espaciales en este área de andamios y luego enviarlos a destinos más distantes.

¿Siendo así de útiles, es el envío de personas al espacio vacío un asunto para festejar? Lester piensa que podría ser.

«Cuando se envía gente a reparar un telescopio, el país recibe mucho más que un telescopio fijo. Tienes la emoción, el orgullo, la oportunidad de demostrar nuestras capacidades en el espacio», dice. «Nosotros no dejamos huellas o plantamos banderas cuando reparamos el Telescopio Espacial Hubble, y el público estaba encantado.»

Los pasos de bebé

Otros consideran que los puntos de Lagrange son un trampolín en el camino a lugares como Marte.

«Son una conveniente parada en el camino hacia un lugar que realmente quieres visitar», dice Lou Friedman, fundador y director ejecutivo de la Planetary Society, un grupo de defensa del espacio que apoya el envío de astronautas a Marte.

«El lugar al que todos queremos ir es a Marte. Dando pasos hacia el espacio interplanetario, los puntos de Lagrange presentan el hito más cercano a la Tierra que queda más allá de la Luna», dijo Friedman a New Scientist.

Ir a L2 llevaría alrededor de un mes y las comunicaciones con la Tierra tardarían alrededor de cuatro segundos en llegar a L2, mientras que un viaje a Marte llevaría al menos seis meses e implicaría retrasos en las comunicaciones de unos 20 minutos.

La NASA podría utilizar una misión de Lagrange para probar las tecnologías que se requieren para un viaje a Marte —tales como los sistemas de soporte vital y la forma de proteger a los astronautas de la radiación dañina— mientras permanecen en un fácil contacto con la Tierra.

«El programa Gemini, previo al Apolo, no fue a ninguna parte [salvo a la órbita terrestre baja]… pero todo el mundo entendió que cada paso que se daba estaba en camino a la Luna», dice. «Veo lo que podríamos hacer en los puntos de Lagrange de la misma manera. A cada paso iremos construyendo nuestra capacidad de ir más allá.»

Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti

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