¿Se congregaron asteroides para formar los planetas?

Quizás debamos agradecer a un rápido montaje de asteroides, que dio existencia a los planetas

Nuevas simulaciones indican que densos enjambres de rocas colapsaron bajo su propia gravedad para formar los bloques de construccion de nuestro Sistema Solar.

Se piensa que los planetas se formaron a partir de un disco de polvo y gas alrededor del primitivo Sol. Ese inicio es bien conocido: los granos de polvo se agrupan, formando objetos de tamaños en el orden de un milímetro a metros. Sin embargo, no se conoce cómo continuó el proceso de crecimiento. El gas del disco debería haber frenado a estas nuevas piedras, causando que giren en espiral y caigan hacia el Sol antes de crecer más.

La evidencia indica ahora que el siguiente paso fue un salto repentino hacia adelante, salteándose los tamaños intermedios para formar asteroides de cientos de kilómetros de extensión, un tamaño suficiente para resistir el enorme arrastre del gas.

La idea básica tiene décadas, pero atrajo renovada atención en 2007 y 2008, luego de las simulaciones hechas por un equipo dirigido por Anders Johansen, del Instituto Max Planck de Astronomía en Heidelberg, Alemania, y otro equipo dirigido por Jeffrey Cuzzi del Centro de Investigación Ames de la NASA en Moffett Field, California. Ellos mostraron que la turbulencia en la nebulosa podría haber concentrado los objetos de menos de un metro en densas nubes con suficiente masa como para colapsar debido a la atracción mutua de gravedad y formar grandes asteroides de decenas a cientos de kilómetros de extensión.

«Si uno de estos modelos se convierte en el correcto… esto será un gran paso hacia adelante», dice John Chambers de la Carnegie Institution en Washington DC.

Ahora un nuevo estudio ha encontrado pruebas de que ese proceso no se produjo en nuestro Sistema Solar, en base al tamaño de los objetos del cinturón de asteroides. Las estimaciones de los censos realizados con telescopios indican que hay millones de asteroides más pequeños, de menos de un kilómetro de extensión, mientras que la cantidad [estimada] de los mayores ha descendido bruscamente. A pesar de todo, esta distribución de tamaño y cantidad alguna vez fue diferente: los asteroides pueden crecer al barrer objetos más pequeños, y fragmentarse si chocan con un objeto de tamaño similar.

Alessandro Morbidelli, del Observatorio Côte d’Azur en Niza, Francia, dirigió un equipo que simuló la evolución del cinturón de asteroides, modelando una variedad de poblaciones iniciales (Icarus, DOI: 10.1016/j.icarus.2009.07.011).

Cuando el equipo comenzó con pequeños asteroides a unos cientos de metros a unos pocos kilómetros de largo —un escenario que podría haberse presentado en ausencia de un «salto repentino»— terminaron con asteroides mucho más pequeñas que los se ven hoy en día. Otro escenario fue iniciado con únicamente objetos de 100 kilómetros, pero terminó con muy pocos asteroides en el extremo superior del rango de tamaño. Pero sí encontraron un buen ajuste a la situación de hoy cuando comenzaron con una mezcla de tamaños entre 100 y 1.000 kilómetros de extensión, lo que sufiere que se formaron espontáneamente grandes asteroides durante el desarrollo del Sistema Solar.

«Es una bonita historia y tienen un montón de pruebas que apoyan su punto de vista», dice Scott Kenyon del Centro Harvard-Smithsonian de Astrofísica en Cambridge, Massachusetts. Sin embargo, advierte que puede haber sido difícil completar la formación de planetas en un tiempo razonable si no hay pequeños asteroides desde el principio. Los pequeños asteroides aumentan el ritmo de colisiones que se requiere para el crecimiento por medio de interacciones gravitacionales con los más grandes, dice.

Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti

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