¿Se basa la vida terrestre en cianuro que se generó en los impactos desde el espacio?

La vida puede se haber construido sobre un soporte de cianuro que se formó durante en paso de asteroides a través de la atmósfera de la Tierra, según sugieren unos experimentos de impactos a altas velocidades

Es probable que la Tierra no haya nacido con cantidad de material orgánico, las moléculas complejas que contienen el carbono que necesita la vida. Se formó demasiado cerca del Sol para que estos compuestos se pudiesen condensar desde el disco primordial en rotación de gas y polvo.

Una posibilidad es que la materia orgánica se formara en la Tierra cuando el planeta se asentó, por ejemplo, en reacciones químicas inducidas por rayos en la atmósfera, como sugió del experimento de Stanley Miller en la Universidad de Chicago en la década de los 50. Pero las reacciones químicas que se producen en este proceso sólo podrían ocurrir en una atmósfera inicialmente repleta de metano e hidrógeno, y los estudios del antiguo registro geológico que se hicieron luego de este experimento indican que eso es improbable.

Otros han propuesto que los bloques de construcción de la vida vinieron de cometas y asteroides que impactaron con la Tierra, ya que se sabe que estos objetos contienen altas concentraciones de material orgánico. Pero el tremendo calor del impacto habría quemado gran parte del material, convirtiéndolo en moléculas más simples, como dióxido de carbono.

La tercera posibilidad

Ahora surge otra forma en la que podría haber aparecido el material orgánico en la Tierra. Nuevos experimentos muestran que aunque los impactos destruyen las moléculas orgánicas originales de los cometas y asteroides, al mismo tiempo pueden ayudar a crear otras nuevas.

«En el pasado, la idea fue: ‘Cualquier material de este tipo que pase a través de la atmósfera se calentaría hasta el punto en que se convertiría en desechos’», dijo Peter Schultz de la Universidad Brown en Providence, Rhode Island, uno de los experimentadores. «Lo que muestra este nuevo trabajo es que realmente se pueden revivir estos compuestos”.

Con Seiji Sugita, de la Universidad de Tokio en Japón, Schultz simuló impactos de cometas y asteroides disparando proyectiles de policarbonato, un material orgánico, a velocidades de 6 kilómetros por segundo sobre objetivos metálicos en un laboratorio en el Centro de Investigación Ames de la NASA en Moffett Field, California.

Los proyectiles se vaporizaron en un destello de luz, como ocurriría en un cometa o asteroide al impactar con la superficie de la Tierra.

Veneno que aporta vida

Un análisis del espectro de estos destellos reveló abundancia de cianuro —un compuesto que consiste en un átomo de carbono ligado a un átomo de nitrógeno por tres enlaces—, que se formó en las reacciones químicas entre el carbono del proyectil y el nitrógeno del aire.

Los compuestos de cianuro son muy reactivos, por lo que posteriores reacciones en los que estuvieron involucrados sobre la joven Tierra podrían haber llevado a la creación de moléculas más complejas, importantes para la vida, con contenido de carbono, argumentan Sugita y Schultz.

El nitrógeno en los compuestos de cianuro podría haber sido especialmente importante, dado que es un ingrediente de los aminoácidos, bloques básicos claves para la vida, pero es relativamente escaso en el material orgánico de los asteroides.

Donald Brownlee, de la Universidad de Washington en Seattle, quien no participó en el estudio, dice que es indudable que algunos de los materiales orgánicos de la joven Tierra se crearon de esta forma. Pero añade que es probablemente que tambien hubo otras fuentes, entre las que hay que incluir las partículas ricas en compuestos orgánicos del polvo interplanetario, que cayeron a la Tierra más suavemente que los asteroides y cometas. “Se calientan, pero no se ponen extremadamente calientes”, dice.

Referencia de publicación: Geophysical Research Letters, DOI: 10.1029/2009gl040252

Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti

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