Por qué la Ciencia-Ficción está muriendo y la Fantasía es la Literatura del Futuro

El escritor Mark Charan Newton (Nights Of Viijamur) cita algunas de las razones por las cuales la fantasía está eclipsando a la ciencia-ficción

No hay ningún Schadenfreude, no disfruto sosteniendo este punto de vista: el género de la Ciencia-Ficción se está muriendo.

No escupa su café sobre la pantalla del ordenador todavía. Estoy hablando fundamentalmente en términos de ventas en el tiempo. Sé que a los tipos de las bellas letras no les gusta pensar en nada excepto en el Arte, pero los movimientos de unidades son un factor importante. Es lo que le da forma a la industria de la literatura.

El encargado de una cadena de libros le explicará que las ventas de libros de ciencia-ficción están disminuyendo de manera significativa año tras año, mientras que a la literatura fantástica le va muy bien. Hay menos best-sellers de ciencia-ficción. La vieja ola de escritores de ciencia-ficción pasó y hay pocos capaces de ocupar su lugar. Hay más éxitos de fantasía, y una ola constante de nuevos escritores que se anuncian como la próxima gran celebridad. Parece que los lectores nunca tuvieran suficiente literatura fantástica.

Aquí hay algunos puntos de interés acerca de por qué está sucediendo esto. (Nota: cuando hablo de ciencia-ficción, me refiero a space-opera, hard, etc, el género de fondo).

1) Hay más lectoras que lectores. Las mujeres tienden a leer más fantasía (especialmente Fantasía Oscura) que ciencia-ficción. Sin querer parecer silogístico, estos dos hechos no pueden ignorarse. Son las fuerzas motoras detrás de las ventas literarias y moldean el paisaje del género. Las mujeres tienen importancia.

2) La cultura ha alcanzado a la imaginación. Hoy podemos leer cosas más asombrosas en New Scientist sobre temas que antes eran objeto de especulación de la ciencia-ficción. Hay más sentido de maravilla en una conferencia de Apple que en una novela. Las grandes figuras de la industria declaran que la próxima década será testigo de tasas masivas de cambios en materia de ciencia y tecnología. Entonces ¿cómo hace un novelista para escribir ciencia-ficción sobre el futuro cercano y mantenerse relevante y adelantado al mundo real?

3) La ficción literaria se está comiendo a la ciencia-ficción. La ficción mainstream tiene una actitud parásita hacia la ciencia-ficción, a la vez que contribuye muy poco a la celebración del género. Jeanette Winterson, Toby Litt, Margaret Atwood: la brigada «literaria» está tomando ideas de le ciencia-ficción, reciclándolas como algo nuevo, y empaquetándolas para los gustos mainstream. Y, más importante aún, arrastrando ideas a una sección de la librería o a un conjunto de lectores que no son propensos a visitar la sección de ciencia-ficción. Estas ventas no son categorizadas como ventas de ciencia-ficción, sólo como ficción general. Por lo tanto, la ficción mainstream está filtrando las ventas y esto tiene importancia en términos de sustentabilidad del género. Sin ventas hay poco respaldo a largo plazo de las librerías, y, eventualmente, de los editores. (La publicación es un negocio y lo que se imprime debe reaccionar a los patrones de ventas, de otra manera iría a la quiebra).

4) Los lectores modernos de fantasía crecieron con las películas de Harry Potter y El Señor de los Anillos, dos franquicias que sacudieron la cultura de masas. Esta audiencia más joven se ha dirigido a la blogósfera con confianza y corre con ella. La comunidad crece diariamente. Basta una mirada para saber que la cantidad de blogs y foros de fantasía supera a los de ciencia-ficción. La ciencia-ficción no ha recibido nada parecido a esta monumental influencia cultural; no ha recibido ese enorme despliegue de los medios que crea en las masas un hambre feroz por más. Hay películas de ciencia-ficción a montones, por supuesto, pero no han tenido el mismo impacto sobre la literatura del género.

Sí, hay autores de ciencia-ficción a los que les está yendo bien. John Scalzi está haciendo unas ventas maravillosas en este momento, y asumiendo el control del mundo. Alastair Reynolds ha firmado recientemente un trato por un millón de libras (en realidad, sobre diez libros y por derechos mundiales que pueden ser vendidos en numerosos territorios, no es tan temerario como uno podría pensar de entrada). Y está bien por él, es un gran escritor. Pero trate de no enfocar la atención sobre unos pocos: hablo del género en su conjunto, de las ventas año tras año durante un vasto período de tiempo. No reaccione inmediatamente enumerando una lista de grandes autores -estoy seguro de que hay montones y espero que haya más-, trate de pensar en los cambios más amplios y graduales.

Otros autores, como Richard Morgan, provienen de la fantasía (un cambio al que le doy la bienvenida de todo corazón) y me pregunto si con esto habrá expandido su base de fanáticos, ¿habrá tenido conocimiento del techo de cristal que existe para las ventas de ciencia-ficción? Me interesaría saberlo.

Así que ahí lo tiene. Lo he dicho. Evidentemente es una situación muy triste. No hay que ser un genio para ver que la ciencia-ficción se está muriendo lentamente, sólo es cuestión de adivinar cuánto tiempo tardará en irse.

Fuente: Blog Markc Newton. Aportado por Silvia Angiola