Propuesta nueva política para la liberación de datos científicos

Proponen que para que funcione mejor el método científico en la cosmología se liberen poco a poco los datos obtenidos por el satélite Planck

Los cosmólogos están ansiosos por saber los datos de la misión Planck, que ahora mismo está levantando un mapa de alta precisión del fondo cósmico de microondas, o los que es lo mismo un mapa del Universo cuando éste contaba con sólo 400.000 años de edad y se hizo transparente por primera vez. Sin embargo, no terminará su tarea hasta 2013.

Se cree que la liberación de los datos que recolecte proporcionará pistas sin igual sobre el origen del Universo y la física que lo gobernó, proveerá apoyos a unas teorías y hará lo contrario con otras.

Ahora un grupo de astrofísicos advierten que, a no ser que se use la información con moderación, se podría desaprovechar una oportunidad única. Si todo el conjunto de datos es publicado a la vez, como se planea, las nuevas ideas sobre las que los cosmólogos están trabajando se quedarán sin comprobación experimental por falta de datos.

Este problema es exclusivo de la Cosmología. En otras ciencias, la información adicional está siempre disponible. Se puede realizar un experimento de nuevo o recolectar más datos. Pero debido a nuestra particular localización, en un punto fijo del Universo, los cosmólogos no tienen esa posibilidad. Hay una cantidad finita de información que se puede obtener del Universo, y una vez que se dispone de toda ella ya no se cuenta con más. Así es, según los autores del artículo, con las fluctuaciones en temperatura del fondo cósmico de microondas (FCM). Según ellos el espectro de potencias estará limitado por la varianza cósmica y ninguna observación futura proporcionará medidas en las fluctuaciones de temperatura del FCM en la gama del espectro de potencias estudiado por Planck.
En 2005 los astrónomos descubrieron un misterioso alineamiento de regiones más frías o más cálidas en el FCM, al que se llamó el “eje del diablo”. Si el fenómeno resulta ser real tendría implicaciones muy importantes para la comprensión de Universo. Los datos que pueda obtener Planck podrían servir para comprobarlo. Pero si se encuentra otra estructura misteriosa similar en los nuevos datos, ¿qué podrán usar para comprobarla?

La respuesta al problema, según Roberto Trotta del Imperial College London, es ser más frugal con lo que deje a los cosmólogos ver. En lugar de dar todos los datos a la vez habría que racionarles la información. De este modo les daría tiempo a desarrollar nuevas hipótesis que podría ser comprobadas con los sucesivos nuevos datos proporcionados por Planck. Según los autores de este “estudio” si no se adopta esta solución nos arriesgamos a desperdiciar los datos cosmológicos más precisos nunca antes adquiridos sobre el Cosmos.

Es verdad que no podemos observar el Cosmos desde otra posición diferente a la que tenemos y quizás no haya misiones mejores que Planck para estudiar el FCM, pero puede haber otras fuentes de datos que permitan hacer progresar a la Cosmología, como pueda ser el fondo cosmológico de neutrinos u otras fuentes de información que ahora desconocemos. Tampoco está claro que se llegue a teorías distintas dependiendo de la forma (pausada o súbita) con la que se ha obtenido la información que la soporta.

Quizás llegue un día en el que no se puedan obtener más datos cosmológicos (algo improbable o por lo menos lejano en el tiempo). A partir de ese momento proliferarán teorías que expliquen los mismos fenómenos.

Puede que se trate de un problema filosófico o epistemológico, o quizás que se trate de un problema de sociología de la ciencia. Las política de liberación y publicación de datos a veces no obedece a criterios idealistas, sino a criterios más mezquinos. Disponer de datos antes que los demás puede proporcionar una ventaja clara.

En todo caso, eso de disponer de todos los datos e ir liberándolos poco a poco suena bastante raro. Es mejor cuando realmente no se dispone de ellos y son liberados según se van obteniendo.

Fuente: Neofronteras. Aportado por Eduardo J. Carletti