Arrojan luz sobre el origen de las aves voladoras: los velocirraptores no serían dinosaurios

Las aves no descenderían evolutivamente de los dinosaurios terópodos, sino que serían los raptores, considerados hasta ahora dinosaurios, los que descenderían de aves que perdieron la capacidad de volar

Un estudio publicado en PNAS proporciona prueba más de que las aves no descienden evolutivamente de de los dinosaurios terópodos, desafiando la teoría aceptada desde hace décadas sobre el origen del vuelo.

El nuevo estudio se realizó sobre un espécimen descubierto en 2003 en China, y en el se usó modelos tridimensionales para analizar las capacidades voladoras del animal. Concluyen que este animal emplumado probablemente planeaba desde los árboles.

El peso de las pruebas sugiere ahora que no solamente las aves no descenderían de los dinosaurios, sino que algunas especies, que hasta ahora se habían considerado dinosaurios, descenderían en realidad de las aves.

Según John Ruben, de Oregon State University y autor de un comentario sobre ese trabajo, se ha logrado romper con la idea convencional de hace 20 años según la cual las aves evolucionaron a partir de los dinosaurios. Según él ya había demasiadas inconsistencias en esta teoría, que veinte años de estudios morfológicos y de otros tipos han revelado. El nuevo estudio añade más.

Según Ruben las aves y los dinosaurios probablemente compartan antepasados comunes, pero evolucionaron por caminos separados durante millones de años, dando lugar a las aves y a los raptores. Pequeños animales como los velociraptores, que hasta ahora eran considerados dinosaurios (incluso en el cine de Holywood), probablemente eran aves sin plumas. Aunque los raptores parecen dinosaurios, tienen más rasgos en común con las aves que con los dinosaurios terópodos como el Tiranosaurio. Ruben cree que las pruebas finalmente dicen que estos animales eran descendientes de las aves y no de los dinosaurios. Otro estudio de Florida State University levantó las mismas dudas el año pasado.

En el estudio más reciente han trabajado los expertos de University of Kansas Larry Martin, David Burnham y Amanda Falk, así como Enpu Gong de la Universidad de Noroeste de China. Han estudiando un fósil maravillosamente bien conservado correspondiente a un animal con plumas y cuatro miembros que utilizaba para volar al que se denominó en su día Microraptor. El animal se asemejaría a un avión biplano con cuatro alas. Desde que se descubrió este fósil había cierta controversia sobre la capacidad para el vuelo de este animal, que se sumaba a la cuestión de si unos animales arbóreos con cierta capacidad para el vuelo se hicieron terrestres dando lugar a otros animales o si animales terrestres bípedos desarrollaron plumas y alas y levantaron el vuelo. Aunque se habían hecho simulaciones matemáticas y computacionales nadie se había molestado en realizar un modelo físico. Estos científicos han llegado a construir modelos físicos del animal en cuestión con los que probar la capacidad de planeo de este ser, tanto en túneles de viento como en el mundo real.

Sobre un modelo de esqueleto de Microraptor los investigadores añadieron un cuerpo de arcilla sobre el que pegaron plumas de aves modernas de faisán, y a partir de este modelo construyeron otro más ligero de espuma de poliuretano con el que efectuaron varios lanzamientos con los que demostraron las capacidades para el planeo de este ave.

Los estudios sobre el planeo realizados con esta estructura concluyen que a este animal no le sería práctico levantar el vuelo desde el suelo, por lo que debería de planear desde los árboles de modo similar a como lo hacen las actuales ardillas planeadoras. Muchos expertos creen que animales planeadores de esas características serían los antepasados de las aves.

Esto hace de los dinosaurios terópodos, que habitaban el suelo, candidatos poco realistas a la hora desarrollar alas o el vuelo, y ser los antepasados de las aves. Según Ruben es más realista creer que ciertas aves perdieron la capacidad de volar y evolucionaron a animales terrestres como los raptores.

En otros estudios ya se había puesto de manifiesto que la posición de ciertos huesos y músculos es crítica a la hora de tener una capacidad pulmonar que permita el vuelo sostenible en las aves, característica que no tenían los dinosaurios terópodos.

Quizás la prueba más significativa sea que se han encontrado fósiles de aves en el registro fósil por debajo (algo que indica una evolución previa) de los fósiles de dinosaurios de los que supuestamente descendían. Esto indicaría que la evolución en este caso sería en sentido contrario a lo establecido.

Obviamente no se ha dicho la última palabra sobre este asunto y quizás nuevos fósiles nos digan nuevas cosas acerca de este fascinante tema.

Fuente: Neofronteras. Aportado por Eduardo J. Carletti


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