Las paradojas de cenar en las profundidades cenagosas

La bonanza alimenticia que llega de arriba tiene una desventaja para los miniciudadanos del lodo en un cañón de aguas profundas

En las torcidas matemáticas de la biodiversidad submarina, más alimento implica menos variedad de las especies que habitan los suelos lodosos de los cañones submarinos.

Huidizas criaturas, más pequeñas que el tamaño de un centavo, prosperan en los sedimentos del fondo de los cañones submarinos, alimentándose de los restos comestibles que se hunden desde las alturas. Se espera que, por lo general, se congreguen más especies en el terreno más rico cerca de la base de las paredes del cañón.

Vida diversa de pequeños animales en el sedimento de cañones submarinos, que incluye una almeja, múltiples tipos de gusanos y crustáceos. Craig McClain

Sin embargo, se encontró en muestras extraídas de una profundidad de 2.500 metros en el Cañón de Monterey, en la costa de California, que cerca de las paredes sólo existe la mitad de la cantidad de especies que se encuentran en el centro del cañón, informa Craig McClain, del Centro Nacional de Síntesis Evolutiva en Durham, Carolina del Norte

Los videos tomados por un vehículo operado remotamente sugieren una respuesta a la paradoja, dice McClain. La zona de «buen comer» cerca de las paredes atrae animales más grandes, como los cangrejos y erizos, que no son comensales delicados. Ellos excavan y remueven el sedimento en su búsqueda, de modo que el barro allí es un lugar menos hospitalario para las pequeñas criaturas.

McClain y James Barry, del Monterey Bay Aquarium Research Institute en Moss Landing, California, publicaron sus resultados en la revista Ecology de abril.

Fuente: Science News. Aportado por Eduardo J. Carletti

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