Los polos magnéticos pueden haber estado alguna vez en el ecuador

¿Estuvieron los polos magnéticos de la Tierra cerca del ecuador? Eso podría explicar los cambios desconcertantes en el magnetismo de las rocas hace millones de años

Los polos magnéticos de la Tierra están alineados a lo largo de aproximadamente el mismo eje que sus polos de rotación. Los geólogos han asumido que esto también ha sido cierto en el pasado, así que utilizan las rocas volcánicas, que al formarse on omaron una impresión de la dirección y fuerza del campo magnético de la Tierra, para deducir la latitud original de las rocas e identificar los movimientos continentales en los últimos miles de millones de años.

Pero haciendo esto con las rocas de América del Norte y Europa del Este se está volviendo un juego de adivinanzas. En ambas regiones parece haber rocas que estaban en el ecuador en algunos puntos entre hace 550 y 600 millones de años y cerca de los polos de otras partes de este período de tiempo.

Esto hace parecer que hay rocas que se trasladaron desde los polos hacia el ecuador en varias ocasiones en 50 millones años

Esto implicaría que los antiguos continentes se movieron rápido a través de la superficie, a más de 45 centímetros al año —el doble de rápido que la velocidad máxima de la tectónica de placas—, y luego regresaron a un imposible ritmo similar. Esa velocidad, además, es demasiado alta para ser explicada por el fenómeno llamado desplazamiento polar verdadero, en el que la totalidad de la corteza terrestre y el manto se reorientan, mudando una región geográfica diferente al polo norte.

En su lugar, Alexandra Abrajevitch, en la Universidad Kochi en Japón, y Rob Van der Voo de la Universidad de Michigan en Ann Arbor, sugieren que los polos magnéticos se desplazaron 90 grados, por lo que se alinearon con el ecuador (Earth & Planetary Science Letters, DOI: 10.1016 / j.epsl.2010.02.038 ).

El campo magnético del planeta se genera por el movimiento de hierro fundido que fluye alrededor de un núcleo de hierro sólido supercaliente. Cambios en el espesor, viscosidad y conductividad del núcleo externo en el pasado podrían haber llevado a patrones de convección que cambiaron el ángulo de los polos magnéticos.

David Stevenson , del Instituto de Tecnología de California en Pasadena, dice que es posible un polo ecuatorial, pero dice que no está claro qué haría que el campo apuntara a una sola longitud durante un tiempo suficiente como para dejar la firma magnética en las rocas.

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