Podrían abundar planetas de tipo terrestre en la Vía Láctea

Puede ser que Frank Drake estuviese acertado. Ya hace cerca de medio siglo que el astrónomo estadounidense postuló que, en base a la probabilidad estadística pura, la Vía Láctea podría estar repleta de planetas del tipo de la Tierra

Ahora, las observaciones de estrellas que fueron similares al Sol, a las que se conoce como enanas blancas, indican que una abrumadora mayoría de ellas tuvieron al menos un mundo rocoso. Y debido a que las estrellas similares al Sol componen hasta la mitad de la población de la Vía Láctea, que tiene varios cientos de miles de millones de estrellas, esto significa que cientos, o incluso miles de civilizaciones, pueden habitar nuestra galaxia.

La cuestión de cuántos mundos de roca existen en la galaxia tuvo perplejos a los astrónomos durante una buena parte del siglo pasado. Incluso ahora, con la tecnología actual, es difícil la búsqueda. A los astrónomos les faltan años para llegar a la capacidad de tomar imágenes en directo de otras Tierras. Los dos métodos más usados para detectar planetas extrasolares, a los que se ha apodado “bamboleo» y «parpadeo”, implican detectar cambios minúsculos en el movimiento de una estrella,. provocados por el tirón gravitatorio del planeta que orbita alrededor de ella, y captar la leve disminución en la luz estelar que se produce cuando un planeta pasa entre la estrella y el telescopio del observador. Ambos métodos nos han revelado cientos de planetas del tipo de Júpiter, pero no sus equivalentes terrestres, aunque se han observado unos pocos gigantes rocosos.

Pero esta semana, en una reunión de la Royal Astronomical Society en Glasgow, Reino Unido, un equipo de investigadores presenta una nueva forma de estimar cuántos planetas rocosos puede haber por allí. El estudio se centra en las estrellas enanas blancas. Estos soles moribundos brillaron algujna vez como nuestro Sol, pero al final de su vida de 9.000 millones de años se hincharon para convertirse en gigantes rojas, estrellas con un diámetro de hasta 200 veces el de nuestro Sol. (Si esto sucede en nuestro Sistema Solar, el Sol se expandiría hasta más allá de la órbita de la Tierra). Luego, gradualmente, estas hinchadas estrellas se encogen hasta la mitad de su tamaño original, apagándose lentamente para caer el olvido, rodeadas por amplias pero tenues atmósferas.

Esas atmósferas pueden ofrecer una señal fácilmente legible que indica si hubo planetas rocosos orbitando alguna vez esas estrellas moribundas, según los investigadores. El equipo estudió los espectros, o firma química, de la luz de 146 enanas blancas ubicadas a pocos cientos de años luz de la Tierra. Entre esas estrellas, 109 exhibieron espectros que indican que en sus atmósferas están presentes elementos más pesados, como el calcio. Las únicas fuentes probables de estos elementos pesados son los planetas rocosos, o sea que los espectros muestran que las estrellas deben haberse tragado planetas así durante su etapa de expansión como gigante roja.

Basándose en los datos, el equipo extrapola que al menos un 3,5% de las estrellas de la Vía Láctea albergan planetas rocosos en la actualidad. Con un subsiguiente cálculo aproximado, significa que la galaxia tuvo miles de millones de mundos rocosos en un momento u otro. Una pequeña parte de ellos, a su vez, podría haber sido de tipo terrestre, significando esto que cuadra con los criterios de poseer agua y estar ubicado dentro de la distancia que se considera habitable respecto a sus soles.

El estudio refuerza la idea de que la formación de planetas alrededor de estrellas “es un resultado común”, dice el científico planetario Jonathan Fortney de la Universidad de California en Santa Cruz. Tan común, dice, que la cantidad de estrellas con planetas rocosos es “probablemente mucho mayor” que el valor de 3,5 % que estimaron los autores.

Fuente: Science. Aportado por Eduardo J. Carletti

Más información: