El telescopio Herschel encuentra un hueco en el espacio

El telescopio espacial infrarrojo de la ESA, Herschel, ha realizado un inesperado descubrimiento: un hueco en el espacio. El hueco ha aportado a los astrónomos una vista sorprendente del estado final del proceso de formación estelar

Las estrellas nacen en densas nubes de polvo y gas que ahora se pueden estudiar con un detalle sin precedente gracias al telescopio Herschel. Aunque en el pasado se han observado chorros y vientos de gas procedentes de estrellas jóvenes, siempre había quedado en el un misterio cómo hacen estas estrellas para soplar su entorno y emerger a partir desde su nube natal. Ahora, por primera vez, Herschel puede estar observando un inesperado paso en este proceso.

Una nube de brillante gas reflectivo que los astrónomos conocen como NGC 1999 está ubicada cerca de un negro manchón en el cielo. Durante la mayor parte del siglo 20 se conocían estas zonas negras como densas nubes de gas y polvo que no permiten que la luz pase a través de ellas .

Cuando Herschel apuntó en esta dirección para estudiar las jóvenes estrellas cercanas, la nube seguía viéndose negra. Pero, ¡momento! Éste no debería ser el casoí. Los ojos infrarrojos de Herschel están diseñados para ver dentro de estas nubes. O la nube era inmensamente densa, o algo estaba mal.

Investigando más por medio del uso de telescopios terrestres, los astrónomos encontraron lo mismo allí donde se mire: estas zonas se ven negras no por ser una densa bolsa de gas, sino que en realidad están vacías. Algo ha soplado para crear un agujero en la nube. “Nadie ha visto jamás un hueco como éste”, dice Tom Megeath, de la Universidad de Toledo, Estados Unidos. “Es tan sorprendente como enterarse de que tienes gusanos haciendo túneles bajo tu césped, y encontrar una mañana que han excavado una enorme caverna que se abre ante ti”.

Los astrónomos piensan que el hueco se debe haber sido abierto por delgados chorros de gas que proceden de alguna de las jóvenes estrellas que hay en la región, repartidas por la hoja de polvo y gas que forma a NGC 1999. La potente radiación de una estrella madura próxima también puede haber ayudado a despejar el hueco. Sea cual sea la secuencia precisa de sucesos, esta podría ser una importante mirada a la forma en que las estrellas recién nacidas dispersan sus nubes natales .

Fuente: ESA. Aportado por Eduardo J. Carletti

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