Misterioso ancestro navegante en Filipinas

El descubrimiento del hueso de un pie ha obligado a los antropólogos a reconsiderar cómo llegaron los primeros hombres a las islas del sudeste de Asia. Este hallazgo sugiere que los humanos llegaron a Luzón, la isla más grande y septentrional de Filipinas, al menos hace 67.000 años, decenas de miles de años antes de lo que se estimaba

«La llegada de gente a Australia hace 50.000 o 60.000 años es una buena comparación», dice uno de los miembros de la expedición, Florent Detroit, del Museo Nacional de Historia Natural de París, Francia. «No tenemos idea de cómo llegaron los colonizadores a Australia, pero sabemos por las evidencias arqueológicas que llegaron y que se establecieron allí».

«Es coherente pensar que en el sudeste de Asia y Australia los seres humanos tenían la capacidad de navegar hace 60 o 70.000 años».

Náufragos:

Llegar hasta Luzón habría requerido cruzar el mar abierto mucho antes de que cualquier evidencia demuestre que los humanos dominaban la construcción de embarcaciones o la navegación. Y los habitantes de Luzón no fueron los únicos humanos primitivos que cruzaron el océano para vivir en el archipiélago que se extiende entre Asia y Australia.

Los fósiles más antiguos del Homo floresiensis, los famosos «hobbits» de Flores, datan de hace 38.000 años, pero las herramientas de piedra halladas en esa isla de Indonesia tienen un millón de años de antigüedad.

«También se encontraron herramientas de piedra más antiguas en Sulawesi y Timor», dice William Jungers, un antropólogo de la Stony Brook University de Nueva York, que trabajó en el sudeste de Asia aunque no participó del último descubrimiento.

Incluso durante el apogeo de la Edad del Hielo más reciente, cuando el nivel del mar estaba 120 metros más abajo que en la actualidad, todas estas islas estaban aisladas del continente. Esto quiere decir que no hemos tenido en cuenta un detalle muy importante: los homínidos -humanos o antepasados de los seres humanos- cruzaron el océano más de una vez mucho antes de lo que nadie había imaginado. Se especula que los restos de las antiguas balsas se perdieron bajo el mar en ascenso.

Si el pie cabe:

El hueso del pie fue descubierto durante una excavación en una cueva de Callao por Armand Mijares de la University of the Philippines Diliman, y sus colegas.

A una profundidad de 2,5 a 3 metros —muy por debajo de la capa de restos de herramientas de piedra y huesos quemados de animales de hace 26.000 años, época de la que datan las evidencias más antiguas de ocupación humana en Luzón— el equipo encontró una capa rica en huesos y dientes de ciervo. La capa también incluía el tercer metatarsiano (el hueso central largo del pie) fosilizado de un ser humano de 67.000 años de antigüedad.

Mijares y sus colegas afirman que el hueso es definitivamente humano, y lo consideran provisoriamente como un humano moderno de estructura ósea ligera. Sin embargo, no concuerda con ningún grupo conocido de humanos.

Aunque el tamaño del hueso coincide con el de los pigmeos Negrito que viven ahora en Luzón, Mijares notó que su forma no era la usual, y que el tamaño entra dentro de los rangos del Homo habilis y del Homo floresiensis. Jungers dice que su anatomía es «intrigante» porque no corresponde a ningún grupo humano conocido.

Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti

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