Conteo de estrellas individuales aumenta probabilidad de que existan extraterrestres

Los soles solitarios como el nuestro no son tan raros como se pensaba, lo que aumenta la probabilidad de que existan otros sistemas solares amigables para la vida en el universo

No siempre es fácil saber si una estrella tiene una compañera, ya que a menudo están demasiado juntas para distinguirlas como objetos separados con un telescopio. Pero los astrónomos pueden buscar otras pistas, como cambios periódicos en el espectro de luz del sistema de estrellas causado por el movimiento de las estrellas cuando orbitan entre sí.

Estudios anteriores sugirieron que la mayoría de los sistemas que contienen una estrella de la misma masa que nuestro Sol tienen dos o más estrellas que orbitan entre sí, a diferencia de nuestro Sistema Solar. Ahora esto ha sido puesta en duda.

Cuando Deepak Raghavan, de la Universidad Estatal de Georgia en Atlanta, y sus colegas, estudiaron 454 estrellas similares al Sol, encontraron que el 56 por ciento eran simples, como nuestro Sol, y sólo el 44 por ciento tenía una estrella compañera. Su estudio será publicado en The Astrophysical Journal .

Simples y estables

La conclusión del equipo está en desacuerdo con una encuesta efectuada en 1991, que encontró que la mayoría de los sistemas que contienen una estrella similar al Sol eran sistemas de múltiples estrellas. ¿Por qué estos resultados en conflicto?

Un punto es que la encuesta de 1991 se basó en una muestra más pequeña. Además, sus autores asumieron que algunas estrellas de la muestra tenían compañeras que estaban por debajo del umbral de detección de la encuesta. Esto puede haber llevado a sobrestimar la catidad de sistemas múltiples, sugiere el equipo de Raghavan.

Las estrellas individuales proporcionan un sistema planetaria estable, lo que lo hace adecuado para la vida. Se pueden formar planetas en sistemas de estrellas múltiples, pero la gravedad de las estrellas adicionales puede lanzar a los planetas hacia su estrella madre, dice John Chambers, de la Institución Carnegie para la Ciencia con sede en Washington DC, que no participó en el estudio.

Las compañeras estelares también pueden interferir con la formación de cometas en los límites exteriores de un disco de formación planetaria, dice Salas, eliminando una fuente potencial de agua para los planetas rocosos gracias a los impactos de cometas.

Referencia de publicación: arxiv.org/abs/1007.0414

Fuente: New Scientist. Aportado por Eduardo J. Carletti

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