Rosetta descubre una gruesa capa de polvo sobre el asteroide Lutetia

Si usted piensa que los asteroides son aburridas rocas que no sufren cambios y sólo flotan en el espacio esperando aparecer en una película de ciencia ficción, repiénselo. Imágenes y datos que llegan de los sobrevuelos a varios asteroides —como los de la nave espacial Rosetta y el retorno de muestras de la misión Hayabusa— muestran que los asteroides son dinámicos y cambiantes mundos en miniatura

Durante el reciente sobrevuelo del asteroide 21-Lutetia en julio, la nave Rosetta de la ESA adquirió una increíble cantidad de datos. Después de revisar todos estos datos en los últimos meses, los astrónomos han calculado que el asteroide está cubierto con un manto de rocas y polvo, llamado regolito, de 600 metros de espesor. Este polvo no se diferencia de la capa externa de la Luna de la Tierra, que consta de material pulverizado que se ha acumulado durante miles de millones de años.

Rosetta está en camino para reunirse con el cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko en 2014, pero en su paso la nave visita asteroides; el 6 de septiembre de 2008 Rosetta hizo su máxima aproximación al asteroide 2867-Steins. Durante esta breve visita, Rosetta llegó a menos de 800 kilometros del pequeño asteroide, que tiene forma de diamante. Entre los descubrimientos estuvo una cadena de cráteres de impacto que fueron causadas, probablemente, por la colisión con un meteorito corriente, o el impacto con otro cuerpo pequeño.

A continuación, se acercó a 21-Lutetia en julio de 2010, observando el asteroide con los 17 instrumentos a bordo de la nave espacial.

Rosetta tomó una serie de imágenes del sobrevuelo, y también examinó el asteroide con detectores electromagnéticos que cubrían el espectro de radiación desde el UV a las ondas de radio. He aquí una corta animación que muestra el sobrevuelo.

La Dra. Rita Schulz, del Departamento de Investigación y Apoyo Científico de la ESA en los Países Bajos, presentó esta semana la nueva información sobre el regolito en 21-Lutetia en la reunión de la División de Ciencias Planetarias en Pasadena, California. Ella dijo que se ha determinado que el regolito en el asteroide tiene cerca de 600 metros de espesor, y que se parece al regolito que hay en la Luna. Las imágenes del sobrevuelo revelan deslizamientos de tierra, rocas, riscos y otros tipos de rasgos geológicos diferentes (¿o asterológicos?).

Se ha determinado, en el sobrevuelo de julio, que 21-Lutetia tiene un gran cráter de impacto en forma de tazón en su superficie, así como una gran cantidad de pequeños cráteres. La espesa capa de polvo «suaviza» los bordes más agudos de los cráteres de impacto en muchas de las imágenes tomadas. Aún está por verse si la mayoría de los asteroides de este tamaño están cubiertos o no con una manta similar de material.

Se pueden ver rocas en esta imagen cercana de 21-Lutetia, tomadas
por Rosetta durante el sobrevuelo de julio. Crédito de la imagen:
ESA 2010 MPS por el equipo OSIRIS

Comprendiendo más sobre los asteroides y cometas, los astrónomos están en mejores condiciones para perfeccionar su modelo de cómo se formó nuestro Sistema Solar. Estudiando la composición y la frecuencia de impactos en distintos, asteroides pueden mejorar sus datos de cómo han cambiado las cosas desde que nació el Sistema Solar.

Se puede apostar que Rosetta no será la única nave que realizará varios encuentros con los habitantes más pequeños de nuestro Sistema Solar. Sobrevuelos a corta distancia, impactos y aterrizajes en asteroides y cometas son algo que se está volviendo habitual para las naves espaciales.

Ahí está la misión Deep Impact, que impactó con un gran peso de cobre en el cometa Tempel 1, y desde ha pasado a denominarse EPOXI, misión que, se espera, se aproximará al cometa Hartley 2. El próximo encuentro con Vesta y Ceres de la misión Dawn es muy esperado, y por supuesto el éxito reciente del explorador de asteroides Hayabusa ha resultado un fantástico cuento sobre lo mucho que se puede aprender de las huellas de pequeños montones de piedras celestes, que conducen a nuestro pasado.

Fuente: Universe Today. Aportado por Eduardo J. Carletti

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