Titán produce tsunamis en un anillo de Saturno

La luna más grande de Saturno, Titán, pudo haber abierto una grieta en uno de los anillos. Un nuevo análisis de los datos de la nave Cassini muestra el tirón gravitatorio de Titán causa que parte del anillo muestre una marea rotativa con ondulaciones de más de 3 kilómetros de alto

“Es un poco como un Tsunami propagándose desde la falla del terremoto”, dijo el científico planetario Phillip Nicholson de la Cornell University en un breve comunicado de prensa el 4 de octubre. Nicholson presentó un nuevo modelo que explica el hueco en el anillo en la Sociedad Astronomica Americana, en la reunion de la Division de Ciencias Planetarias en Pasadena, California.

Los anillos de Saturno están plagados de separaciones, muchas de ellas abiertas por pequeñas lunas. Pero en los últimos cinco años, desde que la sonda Cassini descubrió la luna Daphnis, no se han observado nuevas lunas en las otras fisuras que se conocen.

«Se ha vuelto un problema cada vez mayor, en referencia a lo que determina dónde se encuentran los huecos en los anillos y qué es lo que los mantiene abiertos», dijo Nicholson.

Uno de estos huecos ha sido un misterio desde que la sonda Voyager 1 sobrevoló Saturno en los 80. Por medio de observaciones de radio, la Voyager detectó lo que parece una brecha de unos 14 kilómetros de ancho en medio del anillo C de Saturno. Justo fuera de esta brecha, los astrónomos vieron una estructura ondulada circundando el anillo, que se interpretó como una región grumosa que estaba siendo empujada a través del disco plano.

Pero la sonda Cassini encontró que el hueco era mucho más estrecho, de unos 2,4 kilómetros de ancho. Y aún más extraño, el hueco parecía desaparecer más o menos la mitad del tiempo.

Ambos enigmas se pueden resolver pensando el anillo en tres dimensiones, dice Nicholson. El año pasado, el ángulo de incidencia de luz solar durante el equinoccio de primavera de Saturno reveló que muchos de sus anillos tienen «montañas».

“La mayoría de los anillos son muy planos. Es la estructura más bidimensional que conocemos en el universo”, dijo Nicholson. “Pero toda regla tiene excepciones, y una excepción a la regla es que los anillos de Saturno son siempre planos”.

El nuevo modelo sugiere que el hueco actual en el anillo tiene sólo medio kilometro de ancho, pero parte del anillo se eleva unos 3,2 kilómetros sobre el plano. La grieta se veía más ancha desde la Voyager que lo que observa la Cassini debido a los diferenrtes ángulos de observación de las dos sondas.

«En retrospectiva, lo que se veía como un hueco de 15 kilómetros de ancho era esta misma brecha pero con un desplazamiento vertical de unos 3 kilómetros, proyectado y visto casi desde el propio borde», dijo Nicholson. «Si asumimos que era vertical y no horizontal y hacemos la proyección, encaja perfectamente con este modelo, mejor que lo que se tiene derecho a esperar».

Las arrugas del anillo se producen por la relación gravitacional con Titán, cuya órbita en torno a Saturno difiere en un ligero ángulo con respecto al plano de los anillos. En cierto punto de su órbita, Titán tironea las partículas del anillo en su dirección, iniciando una onda que viaja alregedor del anillo.

«El patrón completo gira al mismo ritmo el satélite, una vez cada 16 días», dijo Nicholson. Ocasionalmente, la ola bloquea la línea de visión de la Cassini. «Esto explica el hecho de que el huevo parece irse y reaparecer», añade.

Este tipo de onda podría explicar algunos otras brecjas en los anillos de Saturno que no son mantenidos abiertos por lunas, aunque podría ser único para al caso de Titán y el anillo C, dijo Nicholson.

«Este y algunos otros trabajos sugieren que podría no haber una sola explicación para los huecos, podría haber tres, cuatro o incluso cinco circunstancias dinámicas diferentes que podrían producir estos defectos.

Los conocimientos obtenidos de los anillos de Saturno se pueden aplicar a los discos en toda la galaxia, incluyendo los discos alrededor de estrellas que eventualmente coagulan formando planetas, agregó Linda Spilker, subdirectora científica del proyecto Cassini en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL).

«Saturno es, en realidad, un impresionante laboratorio natural para comprender cómo la nebulosa protoplanetaria podría haber evolucionado», dijo.

Fuente: Wired Science. Aportado por Eduardo J. Carletti

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