Los ojos revelan la orientación sexual

Seas homosexual, heterosexual, o estés en alguna otra parte de la gama, la verdad de quien te atrae podría estar en tus ojos

Según un nuevo estudio, la dilatación de la pupila es un indicador preciso de la orientación sexual de una persona. Cuando la gente observa imágenes eróticas y comienza sentir excitación, sus pupilas se expanden en una reacción inconsciente que podría ser utilizada para estudiar la orientación y la excitación sin necesidad de medidas invasivas genitales.

El nuevo estudio es el primer experimento a gran escala que busca demostrar que la dilatación de la pupila coincide con lo que la gente indica que siente, dijo el investigador del estudio, Ritch Savin-Williams, psicólogo del desarrollo de la Universidad de Cornell.

«Así que, si un hombre dice que es heterosexual, sus ojos se dilatarán viendo mujeres, y si es homosexual, sus ojos se dilatan ante los hombres.»

En los ojos está

El vínculo entre el tamaño de la pupila y la excitación viene de hace mucho. En Italia del siglo 16, las mujeres se echaban en los ojos gotas de una hierba tóxica llamada Belladona, que mantenía la contracción de las pupilas, pensando que eso les confiería un aspecto seductor.

De hecho, añadió Savin-Williams, las pupilas se dilatan ligeramente en respuesta a cualquier estímulo excitante o interesante, como el rostro de un ser amado o de una hermosa pieza de arte . La dilatación es una señal de que sistema nervioso autónomo, el sistema que controla las acciones involuntarias, como el pulso y la respiración, se está lanzando hacia arriba.

Tradicionalmente, los investigadores han estado estudiando la excitación y la orientación sexual pidiendo a los voluntarios que viesen películas o imágenes eróticas, mientras estaban monitoreados por unos instrumentos que medían el flujo sanguíneo hacia sus genitales. Para los hombres, esto involucra una medición de la circunferencia del pene, mientras que en las mujeres se utiliza una sonda que mide la variación de presión de los vasos sanguíneos en las paredes vaginales.

Estas mediciones tienen sus inconvenientes, señaló Savin-Williams. Algunas personas pueden reprimir su excitación genital o, simplemente, no tener una respuesta genital en un entorno de laboratorio. Y también está el tema de la invasividad física.

«Algunas personas simplemente no quieren participar en una investigación que involucre a sus genitales», dijo Savin-Williams.

Preguntarle a la gente si un determinado estímulo los excita o no es igualmente problemático, ya que las personas pueden sentir vergüenza de admitir sus deseos, o incluso negárselos a sí mismos. También es difícil hacer preguntas directas en muchas culturas sobre la orientación sexual.

Midiendo la excitación

Para sortear estos problemas, Savin-Williams y su colega, Gerulf Rieger, también de la Universidad de Cornell, reclutaron a 165 hombres y 160 mujeres, incluyendo homosexuales, heterosexuales y bisexuales. Estos voluntarios vieron por separado vídeos de un minuto de un hombre masturbándose, de una mujer masturbándose y de escenas neutras. Los videos estaban ajustados en su brillo de manera que las diferencias de luz no desaplazaran los resultados.

Una cámara de seguimiento fue grabando las pupilas durante estos videos, midiendo cambios diminutos en el tamaño de la pupila. Estas personas también informaban sus sensaciones de excitación en cada vídeo.

Los resultados demostraron que la dilatación pupilar coincide con el patrón observado en los estudios de excitación genital. En los hombres, este patrón general fue nítido: Los hombres heterosexuales respondían a las imágenes sexuales de mujeres y los hombres homosexuales respondían a imágenes sexuales de hombres. Y los hombres bisexuales respondían tanto a hombres como a mujeres.

En las mujeres, las cosas son más complejas, dijo Savin-Williams. Las mujeres homosexuales muestran más dilatación de la pupila ante las imágenes de otras mujeres, de forma similar a lo observado en los hombres heterosexuales. Pero las mujeres heterosexuales dilatan básicamente igual en respuesta a imágenes eróticas de ambos sexos, a pesar de informar sentimientos de excitación por los hombres y no por las mujeres.

Esto no quiere decir que todas las mujeres heterosexuales sean bisexuales en secreto, advirtió Savin-Williams, sólo que su excitación subjetiva no corresponde necesariamente con la excitación de su cuerpo. Los sexólogos no están seguros de por qué sucede esto. Una teoría es que debido a que durante la historia las mujeres han estado siempre con riesgo de ser violadas, han evolucionado para responder con lubricación a cualquier estímulo sexual, no importando si es desagradable. Con esta idea se implica que las mujeres que así lo hacían eran menos propensas a experimentar un trauma o infección después de un asalto sexual, lo que les permitiría sobrevivir y transmitir sus genes.

Los investigadores detallan sus hallazgos en la revista PLoS ONE. El siguiente paso, dijo Savin-Williams, es observar mediciones de las pupilas y de los genitales al mismo tiempo, para poner a prueba su coincidencia.

Finalmente, dijo, esta tecnología podría ser utilizada para llevar a cabo estudios transculturales de la sexualidad, dado que la dilatación pupilar es universal y no depende de las etiquetas de orientación sexual que no pueden traducirse a todos los idiomas. El método podría incluso ser utilizado para ayudar a las personas que están confundidas acerca de su sexualidad a emparejarse con sus deseos, dice Savin-Williams.

Fuente: Live Science. Aportado por Eduardo J. Carletti

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